Ahora que todo el mundo anda redactando la carta a los Reyes Magos, interesaría que los aficionados pidieran toros bravos, justicia en las contrataciones y ternas ilusionantes, originales, curiosas, insólitas, interesantes, atrayentes. No conviene “más de lo mismo”.
Carlos Bueno
Simón Casas ha publicado en sus redes sociales una foto junto a su socio Rafael Garrido y los Matilla acordando las contrataciones de Manzanares y Castella para San Isidro 2025. Afirmaba el empresario francés que durante la negociación reinaba el buen ambiente, lo que insinuaba que la firma se daba por hecha. Los aficionados ya pueden respirar tranquilos. Tras el anuncio del pacto con el novillero Marco Pérez para que lidie seis novillos como único espada en la feria madrileña, la confirmación de la presencia de los novedosos Manzanares y Castella era la noticia que todos esperaban con ansia. Es de suponer que tampoco habrá problema con Talavante, lo que valdría para confeccionar una terna innovadora, original y sorprendente.
Ironías aparte, todo indica que en el próximo el ciclo isidril estarán los Roca Rey, Emilio de Justo, Daniel Luque, Juan Ortega, Perera, Aguado, Ginés Marín, Curro Díaz, Rufo, David Galván, Román, Diego Urdiales, Uceda, seguramente Morante si está restablecido, Cayetano que se despedirá… Merece buena consideración Paco Ureña, que se lo gana a sangre y fuego cada año, como Rafelillo, Juan Leal, Chacón o Rubén Pinar. Y se debería de tratar bien a Borja Jiménez y a Fernando Adrián.
En fin, que poco diferirá el resultado del cartel final del que se anunció el año pasado. Sería de desear que se tuviera una mínima sensibilidad con toreros como David de Miranda, Víctor Hernández, Gómez del Pilar, Esaú Fernández, Clemente, Damián Castaño, Jesús Enrique Colombo, Juan de Castilla, Adame, Jorge Martínez, Galdós, Isaac Fonseca, Garrido, Ángel Téllez, Fortes, Álvaro Lorenzo… Alguno de ellos levantó expectación un día y al siguiente fue arrinconado por no haber puntuado, y cabe recordar que cada cual tiene su punto de maceración.
Tampoco convendría olvidar a los más nuevos, entre ellos Samuel Navalón y Nek Romero, que necesitan “cariño” para seguir subiendo peldaños y ser parte de los nombres ilusionantes que renovarán el escalafón. Todos ellos han hecho méritos para estar en el escaparate madrileño, la afición reclama su presencia y la tauromaquia requiere nuevos alicientes.
En unos parámetros similares a la feria de San Isidro parece que está moviéndose la confección de las Fallas de Valencia. A la espera de la decisión de Morante, parecen seguros Roca Rey, Manzanares, Talavante, Tomás Rufo, Juan Ortega, Borja Jiménez, Daniel Luque, Pablo Aguado, Román, Nek Romero, Navalón… ¿Sorpresas, nuevos alicientes? Todo indica que poca cosa, que los carteles de los últimos años van a diferenciarse muy poco entre ellos.
Ahora que todos andan ultimando la carta a los Reyes Magos, interesaría que los aficionados pidieran a Melchor toros bravos, sean del encaste que sean, a Gaspar justicia en las contrataciones y a Baltasar ternas ilusionantes, originales, curiosas, insólitas, interesantes, atrayentes. No conviene “más de lo mismo”.
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