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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 8 de agosto de 2013

Huelva, un paso atrás / Por Por Carlos Crivell

"...En el colmo del atropello, esa gran figura llamada El Juli dejó que lo sacaran a hombros por la Puerta Grande. Es decir, que llevó becerros, anduvo mal con ellos, los mató de forma infame (eso sí muy pronto) y se fue a hombros saltándose el Reglamento..."


Huelva, un paso atrás


Por Carlos Crivell 
Las Colombinas de 2013 han sido muy diferentes a las de 2012. Hace un año se consideró a esta feria como una de las mejores de la temporada. A nadie se le escapa que la presencia de José Tomás fue fundamental para el éxito del ciclo. Ausente el fenómeno, este año se organizaron dos corridas de toros como base esencial de Colombinas, la clásica de rejones y un festejo de promoción. Sólo asistí a las corridas de toros. Y del triunfo de 2012 se ha pasado al fracaso de 2013. Es absurdo ponerle paños calientes al análisis. El fracaso queda definido por el detalle de que no se ha llenado la plaza en ninguna de las dos corridas y en el pobre ganado presentado. La empresa también es culpable de la enorme decepción que ha sufrido la afición. Su obligación era mantener la ilusión del público en un año difícil, pero los resultados han sido tan malos que en lugar de sembrar lo que han hecho es restar posibles aficionados para el futuro.

El centro de la polémica es el ganado lidiado en el mano a mano entre el Juli y Manzanares. Todos tienen su cuota de responsabilidad. Los de mayor culpabilidad son los toreros, porque llevaron una novillada a Huelva. Pero había formas de frenar el atropello. El ganadero se plegó a las exigencias de los toreros. La empresa miró a otro lado. La autoridad fue un monigote ridículo en medio de tanta figura. Y al final, la afición defraudada con una corrida impresentable. Se ha contado ya por activa y pasiva. Solo la generosidad y la falta de criterio del público permitieron las cinco orejas. En el colmo del atropello, esa gran figura llamada El Juli dejó que lo sacaran a hombros por la Puerta Grande. Es decir, que llevó becerros, anduvo mal con ellos, los mató de forma infame (eso sí muy pronto) y se fue a hombros saltándose el Reglamento. 

Se debieron ir al hotel a pie. El petardo fue sonoro. La autoridad dice que le advirtió a El Juli que no era legal su salida. Es la prueba del caso que le hacen algunos toreros a la autoridad. Y el ejemplo de lo poco que mandan algunos. Y después de la corrida han surgido las declaraciones que dejan en mala posición a los protagonistas. Tanto El Juli como Manzanares hicieron comentarios en Twitter en los que en lugar de disculparse se mostraban ufanos y contentos. Y al final, como aperitivo, quedan las justificaciones de la autoridad y de la empresa.

La empresa se justifica de forma absurda sin ningún argumento de consistencia. Nada de lo que comentan puede paliar el desastre. Y al final, el presidente, llamado Juan León, que como casi todos los presidentes en Andalucía es una mera comparsa, dice que la corrida de Cuvillo tenía mucha cara. En fin, cara, lo que se dice cara, es la que tienen algunos. Si tuviera dignidad se marcharía, pero es muy bonito subir al palco en la Feria. 

A mis respetados Carlos Pereda y Óscar Polo les recomendaría que piensen más en la afición y se olviden de los taurinos, ya que éstos por definición siempre intentarán bajar el nivel de los festejos y dar gato por liebre. El paso atrás de este año ha sido clamoroso. Y José Tomás no es seguro para 2014.
***

1 comentario:

  1. Tal vez la Tauromaquia nunca se recupere del enorme daño que está haciendo este personaje llamado Juli en su paso por la misma. Terrible "figura" para tiempos terribles.

    Alonso de Mesa

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