"...Hay toreros y políticos que no quieren el toro o la bandera. Cabe mayor dislate?..."
SIN TOROS Y SIN GOBIERNO
Nunca como ahora se ha parecido tanto la Fiesta a la política española. Así lo manifestaba un tal José Ortega y Gasset, filósofo español para más señas:La historia del toreo está ligada a la de España, tanto que sin conocer la primera, resultará imposible comprender la segunda.
Ahora, en este comienzo de 2016, ambas, la fiesta y la política española, se encuentran en un punto en el que no se sabe si van o vienen; es decir, se siguen encontrando por el camino de la historia. A este momento actual se le podría llamar, sencillamente, el caos.
Hay toreros y políticos que no quieren el toro o la bandera. Cabe mayor dislate?
No estamos sin toros por ser invierno, pues en América se dan casi todos los días, si no por la falta de autenticidad de los que se lidian habitualmente. No estamos sin gobierno por acabar de celebrarse unas elecciones, lo estamos porque no se ve la manera de que se forme uno. En ambos casos estamos en compás de espera, con sucedáneos.
En los toros, antes, había bipartidismo, se era del toro o del torero; incluso se era de uno u otro torero. Eso acabó hace mucho tiempo, y lo hemos cambiado por querer que nos ‘quepan muchos toreros en la cabeza’, del mismo modo que nos han entrado muchos políticos en la urna, lo que deriva en una auténtica locura, en una situación simpática para todos ellos, pero que hace que el toreo y España sean ingobernables.
Por dejar de lado el bipartidismo, ya sea por el toro o el torero, o por cualquiera de los partidos clásicos, ahora salen por toriles todo tipo de cerriles, ya sean toros o políticos.
Chanzas e ironías al margen, lo que si hay que decir es que o se ponen serios y a trabajar de forma coherente y rigurosa o todo se puede ir al garete. Basta ya de mirarse el ombligo unos y otros, los españoles y los aficionados estamos hartos de que no hagan nada en la dirección adecuada. Fingir y fingir no es el camino.
Se finge en el toreo como se finge en la política. Predicar es una cosa y dar trigo es otra. Y en cuanto toman el poder o los mandos todos se van al toro fácil, ya sea en la arena o en el diario devenir político.
Es momento de unir esfuerzos, no de intereses particulares. Es momento de defender la prioridad mayor, no quedarse en gestos o en cosas de menor importancia. Sin recuperar primero al toro es imposible recuperar toreo, sin unión todo parece imposible.
Hacer como que hacemos no es la solución. Dar la cara y de frente hacia el bien común es la salida hacia recuperar el tiempo perdido.
Lo dijo también Ortega y Gasset: "Ahora no se torea. Hoy se hace estilo, y así como el artista oculta la falta de densidad humana con el artificio, los toreros de hoy ocultan en el estilo la ausencia de arte."
Toca recuperar la sensatez y aportar… no apartar. Los que más tienen, y ocupan los primeros lugares, son los responsables de tomar la iniciativa.
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