Queda mal Casillas, puesto a los pies de los caballos por Del Bosque, pero queda también mal el propio Vicente del Bosque.
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Uno no sabe quién queda peor después del apuñalamiento en vivo y en directo de Del Bosque en la Cadena Ser, si el (hasta el domingo 31 de julio) seleccionador nacional de fútbol, o el (hasta que lo decida el sustituto de Vicente) capitán del combinado nacional. Según yo lo veo quedan francamente mal ambos santos, tanto San Vicente como San Iker, y también quedan retratados y con el trasero al aire todos aquellos que elevaron a los altares, por intereses bastardos, al entrenador y al portero. Lo que, se vivió ayer, y para que me entiendan los amantes de las series de televisión, fue una especie de Dominion futbolístico, una batalla en ese cielo ficticio que algunos crearon hace seis años con el único objetivo de marcar a sangre y fuego a Satanás Mourinho, que a este paso acabará siendo el bueno de la película.
Quien piense que lo ocurrido ayer es un triunfo para los mourinhistas... está en lo cierto, lo es. ¡Qué no habrá podido pasar en esa concentración de la Isla de Ré para que Del Bosque salga atizando de ese modo a Casillas en su último día de clase!... Nada más conocer la lista de 23 jugadores convocados por el seleccionador nacional para la Eurocopa dije que era un tremendo error llevar a Casillas para no jugar y aquello acabó provocando una trifulca tuitera de padre y muy señor mío entre quien esto escribe y el propio interesado. Que Vicente, que siempre ha sido elogiado por sus Cantores de Híspalis por responder con educación y no sacar los pies del tiesto bajo ninguna circunstancia, recurra al "comme ci, comme ça" para definir el comportamiento de Casillas con el cuerpo técnico, y confiese además que el único jugador del que no se ha despedido ha sido de su portero titular durante los últimos ocho años, nos da una ligera idea del irrespirable ambiente, negado por cierto hasta la saciedad por Del Bosque, que ha debido vivirse en Francia.
Parece mentira que, después de toda una vida deportiva juntos, Del Bosque no conozca aún a Casillas; después de un montón de años de vida deportiva en común, Iker continúa cantando a los cuatro vientos que quien le limpió en su día de la titularidad en el Real Madrid para poner en su lugar a César Sánchez no fue Vicente sino Fernando Hierro.
El seleccionador nacional de fútbol tendría que saber mejor que nadie a estas alturas que para no jugar, para ser suplente, lo mejor para todos habría sido dejar en tierra a Casillas; así, con Iker de vacaciones, la "bomba" habría estallado muy lejos de la idílica Isla de Ré, convertida en una segunda edición de la mítica, por maldita, concentración de La Martona, y su onda expansiva no habría envenenado el ambiente. Pero, fiel a su estilo de hacer las cosas (o, mejor, fiel a su estilo de no hacerlas) Vicente prefirió retrasarlo todo... para acabar cortando a destiempo el cable rojo en el programa de De la Morena.
Queda mal Casillas, puesto a los pies de los caballos por Del Bosque, pero queda también mal el propio Vicente del Bosque. Una de las siete mil quinientas setenta y cuatro diferencias que hay entre los entrenadores Mourinho y Del Bosque es que el primero toma decisiones complicadas, y a veces traumáticas, mientras está en los sitios, y lo hace para tratar de mejorar a sus equipos, mientras que el segundo mete la basura debajo de la alfombra, deja pudrirse las cosas y trata a sus ex jugadores (Arbeloa, Torres, ahora Casillas...) de un modo poco ejemplar. Parece ser que Vicente tiene tomada la decisión de no seguir, entonces... ¿para qué hablar ahora? ¿Con qué motivo? ¿No sería el Marqués un auténtico santo, un hombre bueno de verdad, si, pudiendo hacerlo en cualquier momento, en vez de haberse quejado por el hipotético mal trato dispensado por Casillas durante la Eurocopa se hubiera alejado sin más al monte a rezar en absoluto silencio? ¿Qué gana nuestra selección con todo esto?...
Y por penúltimo, porque esto seguirá a buen seguro dando mucho que hablar en el futuro, ¿cómo quedan los agradaores de Iker y de Vicente? ¿Y por quién tomarán partido, por el santo... o por el santo? ¿A quién quieren más, a papá o a mamá?... Mourinho, es cierto, se las tuvo tiesas con Casillas en su última etapa en el Real Madrid porque el jugador no hizo lo que el entrenador creía que era mejor para el equipo; Mourinho se fue... y se acabó, Casillas ya no es cosa suya. Tampoco es ya cosa de Del Bosque, que se va dentro de treinta días y, aún así, ha querido envenenar adrede el futuro de la selección después de haber arruinado su inmediato pasado deportivo. El regalito que Del Bosque le deja a Joaquín Caparrós es de órdago a la grande con medias de pitos. Y el tiempo es ese juez insobornable que siempre acaba dándonos la razón a los mourinhistas.
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