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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 15 de abril de 2018

Festival de Candeleda. La torera revelación de Alejandro Mora


La verticalidad de Alejandro Mora en la falda de la Sierra de Guadarrama G.I.B.

El Cid y Antonio Nazaré desorejan en sus respectivos turnos, David Mora y el rejoneador Óscar Mota obtuvieron un trofeo.

La torera revelación de Alejandro Mora

  • El sobrino de Juan Mora impacta en Candeleda (Ávila) con un toreo clásico y solvente ante un exigente novillo santacoloma de Paco Camino.

La primavera ha explotado en el Valle del Tiétar. La peregrinación a Candeleda en búsqueda del túnel del tiempo fue acompañada por una inmensa variedad de verdes, morados y amarillos. Una pequeña plaza portátil esperaba en la falda de la Sierra de Gredos. Novillos de Los Camino, los poco recordados satacolomas del maestro Paco Camino. Pepe Luis Vázquez y Juan Mora como principales atractivos. El hijo del Sócrates de San Bernardo vino desde Sevilla y demostró que a las telas con las que se torea se les debe tratar con suavidad. ¡Qué forma de coger el capote! Tan cerca de la esclavina, tan lejos del toreo de hoy. Sin toques, presenta el capote y lo mece. Algunas verónicas templadas, dos solemnes medias. ¿Para qué más? El precioso novillo de Camino no anduvo sobrado de fuerza, cuando tocó los chismes punteó con violencia pero obedeció al toque. La faena no tomó vuelo, Pepe Luis dejó detalles de su torería, de su lejana y a la vez eterna tauromaquia (saludos).

El Cid hizo el paseíllo por Juan Mora, lesionado a última hora. La novillada del 'Niño Sabio de Camas' estaba fuerte, cuajada, pero fue agradable de cara. El Cid cortó dos orejas tras una faena en la que mostró mucha afición en el sentido de buscar la tecla idónea. De no aburrirse. Por el derecho fue más claro aunque siempre probaba en el embroque, sin embargo por el izquierdo no se terminó de desplazar de verdad. El Cid lo enganchó adelante y pudo firmar algunas tandas templadas. 

El novillo que le correspondió a David Mora también debió de pesar mucho. Le faltó recorrido, parecía que siempre sabía lo que se dejaba detrás. Tampoco humilló como se espera en el encaste. Mora estuvo inteligente con él, con detalles toreros y con profunda exigencia para extraer lo mejor del novillo. Hubo empaque y un final muy torero (oreja).

El quinto fue el mejor del festejo. Reunió el temple, la clase, la humillación y el ritmo como virtudes de su procedencia. Antonio Nazaré lo aprovechó cortando dos orejas en una larga faena. El novillo lo hizo todo por abajo. Hubo naturales largos de Nazaré, poderosos. El novillo respondió con buen son. Una auténtica revelación se produjo en el sexto novillo. El más basto quizá de los lidiados, abría la cara y estaba muy apretado. 


Alejandro Mora lo intentó recibir por verónicas, el novillo cambió el ritmo sin franqueza y decidió sacárselo a los medios sobre las piernas pero manteniendo la torera verticalidad. Una media abrochó el lidiador saludo. Torería. El inicio con la muleta fue bello pero no redondo por algunos inoportunos cabezazos del novillo. 
En el pitón izquierdo estaba la clave. Muy bien colocado, echando la muleta de forma pausada y perfectamente colocada, Alejandro Mora supo tirar de la embestida por abajo cuajándolo por ese pitón en cuatro tandas bellísimas. Por la derecha continuaron los violentos derrotes, volvió al humillador pitón izquierdo. Los remates finales a dos manos quedaron muy por encima del mal manejo de la espada. 
Qué ganas de ver de nuevo a Alejandro Mora (ovación). Abrió el festival el rejoneador Óscar Mota con un buen novillo de El Canario al que le cortó una oreja tras una voluntariosa y animosa actuación. El regreso por la carretera de los pantanos fue tornándose oscuro. 

Para el recuerdo, aquella media de Pepe Luis
 y la torera revelación de Alejandro Mora.


ALEJANDRO MORA

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