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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 27 de abril de 2018

Recapitulación de la Feria de Abril según mis gustos personales / por J.A. del Moral





El gran e indiscutible triunfo de El Juli en la corrida de Garcigrande con el indulto del segundo toro de su lote incluido, lo han querido aprovechar muchos para intentar entronizarle en un lugar inaccesible para los demás toreros y, muy especialmente, para Enrique Ponce y José María Manzanares, ambos objeto de permanente ninguneo por parte de la mayoría de los aludidos. Por fin han encontrado la ocasión de dedicar a El Juli su exagerado “cantar de los cantares“.


Recapitulación de la Feria de Abril según mis gustos personales

J.A. del Moral · 24/04/2018
Sé perfectamente que lo que voy a escribir no le va a gustar a mucha gente, sobre todo en Sevilla incluidos no pocos críticos locales y alguno de la prensa nacional. Vamos a ello sin mayores ni menores prolegómenos.

El gran e indiscutible triunfo de El Juli en la corrida de Garcigrande con el indulto del segundo toro de su lote incluido, lo han querido aprovechar muchos para intentar entronizarle en un lugar inaccesible para los demás toreros y, muy especialmente, para Enrique Ponce y José María Manzanares, ambos objeto de permanente ninguneo por parte de la mayoría de los aludidos. Por fin han encontrado la ocasión de dedicar a El Juli su exagerado “cantar de los cantares“.

En mi opinión personal que, por cierto, comparten no pocos aficionados sevillanos porque me lo han dicho, los autores de las mejores faenas de La Feria de Sevilla 2017 fueron precisamente el valenciano y el alicantino. Sobre todo este último que nos obsequió con tres grandes faenas que en su caso son indiscutibles creaciones de altísimo nivel artístico y, no digamos, sus lances a la verónica en su mejor toro de Juan Pedro Domecq además de sus estocadas, especialmente la que ejecutó en la suerte de recibir en su primera actuación de la feria. Como también podríamos decir algo parecido de la faena de Enrique Ponce a su segundo toro de la corrida de Garcigrande porque no solo anduvo por encima de su mediana condición – recordemos que se rajó poco después de la primera parte del trasteo -, también fue una creación artística genial e incomparable.

Estaban deseando que El Juli tuviera un éxito tan grande y tan mediático como el de Sevilla para dar rienda suelta al más enfervorecido entusiasmo que hayamos visto últimamente. Y llegada la ocasión, empezaron a minimizar los éxitos de sus colegas más importantes.

No es cuestión de preferencias como tampoco pretendo negar la gran maestría del matador madrileño. Pero la enorme diferencia que distingue el toreo de Ponce y el de Manzanares sobre el de Julián López es que éste no tiene el “don” ni lo tendrá nunca, mientras los otros dos lo tienen en grado superlativo y lo tuvieron y tendrán siempre. Y en el caso de Ponce, además, llevado a cabo a los casi 30 años de alternativa dentro del periodo en el que la inmensa mayoría de las grandes figuras que más han durado a lo largo de la historia, lo cubrieron en franca cuando no en lamentable decadencia. Y al contrario Ponce que, cada año que pasa, su toreo progresa más y más en calidad y enjundia. Y es que cuando triunfan los toreros que poseen el “don”, los que no lo tienen palidecen. Caso como por ejemplo el de Roca Rey. Y menos mal que en la Corrida del Domingo de Resurrección le vimos en su mayor dimensión posible. En maestría le superó El Juli y en toreo de alta calidad, Manzanares y Ponce. Como quizá también el de los modestos Pablo Aguado y Pepe Moral.

Respecto a las corridas de toros que se han lidiado en la feria, creo sinceramente que la mejor fue la de Garcigrande, seguida por la de Núñez del Cuvillo que, por cierto, fue desperdiciada en su mayor parte. Toros sueltos, destacaron los dos buenos de Fuente Ymbro. ¿Y fracasos? Los de Victorino Martín y Juan Pedro Domec aunque el de esta última ganadería fue cantado bastante más saña que el de Victorino. Y es que hay ganaderías con bula perpetua y otras como la de Juan Pedro Domecq, con asegurada condena, sean sus toros como sean. A los excelentes que se lidiaron en Castellón y en Valencia, también les pusieron pegas. Y a los de Sevilla los mandaron al infierno.

Claro que me preocupó la extremada blandura de cinco de los seis toros de Juan Pedro y he procurado enterarme de los por qués del desastre. Tal cual ocurre en no pocas ganaderías, cunde la alarma porque el ganado de bravo suele padecer una especie de hepatitis por culpa de los piensos. Algunas fábricas de piensos dan gato por liebre por no emplear la fórmula conveniente y exigida.

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