Manolo y Pepe con Pepe Andújar, su mozo de espadas, que ya lo había sido de su padre, el Papa Negro -Valencia el 8 de noviembre de 1925- |
Este es el caso de un mozo de estoques ejemplar, más que esto, un amigo íntimo de la casa Bienvenida. Su nombre Pepe Andujar. Un día, mozo de estoques, otro consejero; y siempre administrador sabiendo defender los intereses comunes como propios junto al maestro don Manuel Bienvenida bautizado por el crítico taurino Don Modesto, como Papa Negro. Estuvo al servicio de los Bienvenidas 24 años.
PEPE ANDÚJAR Y
LOS BIENVENIDAS
JOSÉ MARÍA SÁNCHEZ MARTÍNEZ-RIVERO
Collado Villalba y abril de 2018
El aficionado y
el público en general, al mirar al patio de cuadrillas, en una corrida de
toros, suele fijarse en los toreros, en el brillo del oro de sus vestidos y en
la pulcritud con la que se presentan ante el público.
Se desconoce,
pues, quien o quienes están detrás del matador en callada labor para que todas
las tardes que torean, salga todo perfecto: nos referimos a los mozos de
estoques o también llamados mozos de espadas, quienes en tardes de triunfo, le
alientan y vitorean y, por el contrario, quienes le consuelan en las tardes en
que la
cosa ha ido mal.
Este es el caso
de un mozo de estoques ejemplar, más que esto, un amigo íntimo de la casa
Bienvenida. Su nombre Pepe Andújar. Un día, mozo de estoques, otro consejero; y
siempre administrador sabiendo defender los intereses comunes como propios
junto al maestro don Manuel Bienvenida bautizado por el crítico taurino Don
Modesto, como Papa
Negro. Estuvo al servicio de los Bienvenidas
24 años.
En la temporada de 1920 a 1921, conoció al padre de la
dinastía torera actual. Aficionado a los gallos de pelea, se trasladó a México
llevando sus gallos y tratar de vender los mejores.
Surgió una
amistad sincera entre don Manuel Mejías y Pepe Andujar. Este vendió los gallos
y se colocó –con otro matador- como picador en dos corridas. En otra, la
tercera, actuó ya a las órdenes del Papa Negro en la plaza de El Toreo.
En esta corrida picando tuvo una caída al descubierto y, cuando el toro iba a
cornearlo, surgió el capote milagroso de don Manuel librándole de una cornada
en el pecho. Desde entonces Pepe Andújar no se separaría de la familia
Bienvenida. De México a Venezuela (Caracas) y así sucesivamente hasta el
regreso a España.
En 1945 Pepe
Andújar fue entrevistado y refiriéndose a la casa Bienvenida decía:
El arte del toreo en casa de los Bienvenidas, es la tercera
columna en que apoya la vida de todos. La primera es el gran espíritu religioso
que reside en ellos. La segunda el amor, el respeto y la admiración que se
tienen todos dentro y fuera del hogar, y la tercera columna es el arte de los
toros que en ellos es abolengo, raza, casta y sangre. Y sobre todas las cosas,
existe en esta casa el cariño. La palabra “rico” no existe en la familia
Bienvenida.
Estas manifestaciones, sinceras
y cariñosas nos permiten ver como era la famosa dinastía de toreros desde
dentro, y sin que hablara ninguno de los
matadores, sino una persona ajena a la familia aunque le consideraran un
miembro más de ella.
Fue mozo de estoques del gran
Manolo Bienvenida y estuvo con él hasta el día de su muerte. Manolo para su
mozo de estoques era: el fenómeno de
los fenómenos.
Nos relata los comienzos sorprendentes de Manolito Bienvenida:
De becerrista –con dieciséis años- saltó a
matador de toros sin haber sido novillero. Fue el matador más joven
alternativado. Su arte se elevó sobre muchas figuras a pesar de contar con tan
pocos años. Manolo era el torero con más hombría, vistosidad, colorido y
alegría que ha existido en la Fiesta.
Después de la muerte del torero acompañó –como mozo de estoques-
a su otro hermano Pepe Bienvenida. Lo define así:
Torero maestro de maestros y que cuando él
quiere no hay toro ni público que se le resista por sus conocimientos taurinos.
Conocedor de las interioridades y aptitudes de cada torero, dice
que Manolo Bienvenida fue el torero al que más hubo que enseñarle de la
profesión taurina. Contrapone esto al caso de Pepe:
Pepe yo creo que nació torero, que el arte
fue en él innato, y al que don Manuel no tuvo que darle lección alguna.
Sobre Antonio opinaba que era otro miembro de la casa que
también nació torero. Nos refiere una anécdota en la que se pueden apreciar los
conocimientos taurinos del entonces Antoñito:
Un día en la placita de La Gloria a una vaca
que no puedo torear Manolo, porque no embestía, le dio cinco o seis muletazos
asombrosos, ante el estupor de todos, porque la vaca era mansa y Manolo no
había podido con ella. Manolito, que no comprendía eso, intentó torearla otra
vez, y volvió a fracasar. Entonces, Antoñito cogió de nuevo la muleta y repitió
sus asombrosos muletazos. Así se hizo torero Antonio Bienvenida.
No sabemos que hablarían entre ellos los dos hermanos, después
de lo referido por Pepe Andújar; pero seguro que al final llegarían a la
conclusión del porqué la vaca embestía a Antonio y no a su hermano. La
intención de ese saber era importante para conocerlo y hacerlo delante del toro
si se presentaba la ocasión.
Opina del famoso Papa Negro:
El maestro de sus hijos. El gran maestro que
no enseña a todos sus hijos por igual. Deja el estilo de cada uno –no impone
nada- y pule sus defectos, con arreglo al toreo de cada cual.
Mucho más interesantes que las corridas en
las que ellos intervienen es la corrida teórica, que se celebra, cuando termina
la verdadera, se reúnen todos en el hogar y reflexionan sobre lo acontecido.
El maestro Ángel Luís Bienvenida con referencia a la corrida
teórica en una charla con aficionados refería que:
Cuando la tarde se había dado mal y la
colección de broncas era abundante, el Papa Negro sacaba a relucir lo bueno
realizado y que el público no había apreciado lo hecho por los toreros
fijándose en los detalles ya que el ganado no permitía otra cosa. El objetivo
era levantar la moral de sus toreros y que no sintieran el fracaso momentáneo.
¡Vámonos a cenar!, decía entonces el Papa Negro.
Pepe Andújar nos dice cual es su mejor recuerdo:
El día que debutaron en México Manolo y Pepe,
que eran dos criaturas, y que alcanzaron un triunfo de clamor.
Como mozo de estoques les dio la muleta y la espada, en día tan
señalado, a Manolo, Pepe, Antonio y Ángel Luís.
Pepe Andújar tuvo un gran cariño y admiración por la familia
Bienvenida correspondiendo así al que tuvieron por él en ese hogar de tantas
virtudes.
Sea este ensayo, un homenaje a todos los mozos de estoques y
ayudas que fueron y serán en la Fiesta Nacional, destacando a Guillermo
González Luque mozo de estoques de Manuel Rodríguez, Manolete, además de
ser, también, amigo. Fallecido el Monstruo de Córdoba, se retiró de los
toros, incluso no viéndolos por televisión. Todos los días iba al cementerio de
la Salud, en su Córdoba natal, a rezar por el alma de quien fue grandiosa
figura del toreo. Es claro que después de haber servido los estoques a tan
inmenso torero, ¿cómo podría hacerlo con otro?
A Tania gran aficionada y conocedora de la Tauromaquia.
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