Tarde histórica para José Mauricio. Foto la Plaza México.
José Mauricio puso la Plaza México de cabeza al cortar dos orejas, abrir la Puerta Grande y ganarse su repetición el próximo domingo en la corrida de triunfadores mexicanos.
Así de rotunda ha sido la tarde de José Mauricio, que con su triunfo ha incendiado una temporada que aún no terminaba por prender y que tras el triunfo del torero capitalino ha dado un giro de 180° grados.
José Mauricio incendia con torería la Temporada Grande
Por Luis Cuesta
Una cosa es torear y otra muy distinta es pegar pases decían los apóstoles de la tauromaquia. Pero faltó agregar a esta ecuación qué hay quienes no solo torean bien, sino que también hacen el toreo de firma, ese que no lo hace quien quiere, sino el que puede, y uno de los que pueden en estos momentos es José Mauricio.
Nadie a estas alturas va a descubrir quién es José Mauricio: Un torero que de promesa pasó al estrellato y del estrellato regreso a la oscuridad, de la que hoy parece que se ha vuelto a escapar gracias a una tarde de torero macho y artista, ante un corrida de toros muy seria de Barralva.
Una vez más la afición capitalina saboreó el toreo grande de Mauricio con el tercer toro, y le hubiera dado casi todo, si llega a rubricar su faena con la espada. Hasta lo de la espada José Mauricio había toreado al tercero de Barralva como sólo puede hacerlo un diestro que de verdad esta convencido en querer ser figura, pero además lo hizo con clase, temple y sentimiento. Con el capote instrumentó un quite por chicuelinas de calidad excelsa y desarrolló su obra con la muleta con asombrosa armonía, manteniendo un perfecto equilibrio entre arte y hondura.
Toreó bellamente José Mauricio en redondo y al natural a aquel toro de Barralva de nombre “Clavellino“, que se tragaba los pases con clase, pero al que le falto un punto de raza, por lo que era difícil alcanzar ese punto de emoción que completa la grandeza de una faena cumbre. Y, sin embargo, Mauricio lo citaba dándole distancia, embarcaba cargando la suerte, interpretando los muletazos con inspirada cadencia y, en suma, se sentía que el torero hacía aquello con el alma, y por esta razón puso a vibrar a Plaza México entera. Hubo también un trincherazo que paró el tiempo en la plaza. Pero al final la espada no entró y todo quedó en una vuelta al ruedo con mucha torería tras escuchar un aviso.
El sexto toro era un Belcebú y también con esta alimaña puso torería José Mauricio desde los hermosísimos ayudados iniciales, y si trazaba cortos los pases, fue por culpa del propio toro que tenía poco recorrido. El solo hecho de haber intentando triunfar con un toro de estas condiciones, merecía la máxima consideración de los aficionados.
No pudo la faena tener mucha brillantez pero tuvo eficacia, y sobre todo una enorme emoción. Se trataba de uno de los toros más peligrosos que hemos visto en los últimos años en la Plaza México y José Mauricio estuvo con él hecho un jabato. La pelea fue de poder a poder y al final la ganó el torero capitalino tras señalar una estocada en la que se tiró a matar con el corazón como muleta, y de la que se salvó de milagro de sufrir un grave percance. Al final el público reconoció su labor entre gritos de ¡torero! y el triunfo para Mauricio fue más que merecido.
Después de analizar la tarde de José Mauricio uno no entiende porque no es una figura del toreo y porque razón no manda en el toreo en México, cuando es uno de los diestros que reúnen en mayor medida las condiciones básicas para ello.
Fermín Rivera también ha tenido una tarde triunfal, por lo que le concedieron una oreja del segundo de su lote. Su primero era un inválido con el que estuvo voluntarioso, pero su segundo era distinto -un toro escasamente codicioso-; pero con el que demostró su dominio encelando al probón, y al que consiguió extraerle algunos muletazos largos y templados, siempre imprimiéndole temple y hondura a las series de redondos y naturales.
La buena noticia es que una vez más hemos podido ver a ese torero responsable, firme y técnicamente puro, pero esta vez por encima de las condiciones de sus dos toros. La oreja del quinto le garantizó su repetición el próximo domingo en la corrida de triunfadores.
Mención especial merece el encierro de Barralva, ya que nos permitió ver toros de enorme emoción, que propiciaron espectaculares derribos en el caballo y que embistieron con genio y casta, por cierto dos características inquietantes para las neo- figuras de hoy, ya el toro que las llega exhibir lo llaman “de contraestilo”. ¡Ja! pues con esos toros de “contraestilo” José Mauricio puso la Plaza México de cabeza. Ya quisiera yo ver a muchos toreros del escalafón nacional e internacional hacer lo mismo.
Abrió la tarde David Fandila “El Fandi” que así como llegó se retiró de la plaza, es decir; sin que nadie lo esperara y sin que nadie lo echara de menos.
Es lo que digo yo.
Twitter @LuisCuesta
BARRALVA / FANDI, RIVERA, MAURICIO
Plaza México. Octava corrida de la Temporada Grande. Toros de Barralva, de encaste Atanasio Fernández, todos bien presentados, entre los que sobresalió el corrido en 3° lugar por su clase.
David Fandila “El Fandi”: Pitos y abucheos en su lote.
Fermín Rivera: Ovación con saludos y oreja.
José Mauricio: Vuelta tras dos avisos y dos orejas.
Incidencias: Destacaron en varas Alfredo Ruiz, en el tercero y Erick Morales, en el sexto. Se despidió Felipe Kingston, tras 45 años de actividad profesional.
Entrada: Casi un cuarto de plaza.
Para el próximo domingo 22 de diciembre novena Corrida de la Temporada se anuncian toros de Montecristo para los diestros triunfadores Juan Pablo Sánchez, Fermín Rivera y José Mauricio.
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