El 24 de octubre de 2010 se celebró, en Zafra, el VI Symposium sobre el Toro de Lidia, cuya conclusión fundamental fue:
“ES URGENTE LA REFORMA DE LA SUERTE DE VARAS”.
Rafael Comino Delgado
Bien, pues aquella conclusión fue archivada, como tantas cosas, y nadie (entre los profesionales del mundo del toro) más volvió a hablar seriamente de ello, hasta que hace muy pocos días, más de nueve años después, un ganadero, don Victorino Martín, vuelve a hablar con claridad y contundencia sobre el tema. En entrevista publicada en Aplausos nº. 2203, ha dicho: “Habría que revisar por completo toda la suerte de varas”. También don Adolfo Martin dijo en Aplausos (nº. 2202), “Hay que cambiar las puyas, estas cortan como estiletes y los desangran”.
Estamos totalmente de acuerdo, hay que revisar la suerte de varas, y lo venimos denunciando desde hace bastantes años, porque, “se hace rematadamente mal; solo un cuatro-cinco por ciento de los puyazos se ponen en su sitio-entre 4ª y 7ª vértebras cervicales, o tercio posterior del morrillo-, y como consecuencia se estropea un alto porcentaje de toros, que de haber sido bien picados hubiesen embestido más y mejor”.
Sabemos, porque así lo han demostrado los veterinarios que se han ocupado de ello, que los puyazos fuera del tercio posterior del morrillo (en el hoyo de las agujas, en la cruz o más atrás, en las paletillas)casi siempre lesionan el aparato locomotor del toro y/o penetran hasta el pulmón, originando un neumotórax, y como consecuencia el toro o no se puede mover correctamente o se asfixia, por lo que se acaba muy pronto, culpando de ello, los mismos profesionales, a que tenía poco fondo, y lo que tenía es que la puya le había causado un daño muy importante. Pero es que, además, entre la paletilla y las apófisis espinosas de las vértebras toráxicas pasan la arteria y vena subescapular (que tienen una rama hacia delante (rama craneal) y otra hacia atrás (rama caudal), y al colocar la puya en ese lugar se suelen romper lo que origina una gran hemorragia procedente, sobre todo, de la arteria, si bien cuando la puya profundiza mucho, cosa alto frecuente, también rompe la arteria intercostal dorsal, y entonces la hemorragia ya es abundantísima.
Hoy sabemos, porque así lo han demostrado el veterinario don Julio Fernández Sanz y su grupo, que el objetivo fundamental de la suerte de varas es estimular la piel, donde hay gran cantidad de receptores del dolor, para el toro produzca abundantes beta-endorfinas, que inhiben el dolor y le inducen a embestir más. Es cierto que debería reducirse el tamaño de la puya, pero si se picara en su sitio (tercio posterior del morrillo) no sangrarían tanto (los desangraría dijo don Adolfo Martín), esto sería un aspecto secundario. Algunos picadores me han dicho, ¡es que resulta muy difícil acertar en ese sitio!, pero no lo creo, porque la parte posterior del morrillo es amplia, y muchas veces he visto poner la puya correctamente, e inmediatamente rectificar para irse más atrás.
Además de que los puyazos no se ponen en su sitio, hay otras muchas cosas que se hacen mal, como dejar mucho tiempo al toro empujando en el peto, lo que le produce un gran quebranto, cuando debería ser sacado inmediatamente, para que volviera a entrar, y poder verle arrancarse galopando al caballo, etc.
Teóricamente los más perjudicados, o los más directamente perjudicados, con esa forma de picar, son los ganaderos, pero en la práctica son perjudicados también los matadores, que podrían haber triunfado y no lo hicieron, y los aficionados que no pudieron ver una buena faena, pero en realidad es perjudicada toda la Fiesta en general.
A pesar de ello, y sabiendo todos que esto está ocurriendo, nadie ha afrontado seriamente el problema y ha dicho hasta aquí hemos llegado: ¡Hay que picar bien, y en su sitio!
Y la pregunta del millón, ¿quién o quiénes son los culpables de ello? Pues yo diría que todos, pero por este orden: Los ganaderos que no han levantado enérgicamente la voz para que se corrija esta deficiencia, los matadores que permiten a sus picadores picar mal, los picadores que lo hacen (incluso a veces ponen el puyazo en su sitio e inmediatamente rectifican para irse más atrás), los que dicen, ¡lo ha cogido perfectamente, en toda la yema!, cuando el puyazo está en el hoyo de las agujas (coincide con la 3ª-4ª vertebras toráxicas, que es trasero), o incluso más atrás, los cronistas taurinos que no lo denuncian con contundencia, los aficionados que lo permiten. Los del siete de Madrid revientan multitud de faenas porque el torero no está cruzado permanente, lo cual ni es necesario, ni bueno, ni posible (es un error garrafal), y sin embargo aplauden cuando un picador pone una puya en la cruz. ¡La ignorancia es muy atrevida!
Esperemos que don Victorino Martín siga insistiendo en ello, y de una vez se afronte el tema con intención de resolverlo, porque la suerte de varas, tal y como se realiza, le está haciendo un enorme mal a la Fiesta. Además de que corre el riesgo de desaparecer, porque no consigue, prácticamente, ninguno de los objetivos para los que se ideó y, por contra, tiene muchos efectos indeseables.
Muy pero MUY cierto porque [la suerte de varas] “se hace rematadamente mal; solo un cuatro-cinco por ciento de los puyazos se ponen en su sitio-entre 4ª y 7ª vértebras cervicales, o tercio posterior del morrillo-, y como consecuencia se estropea un alto porcentaje de toros, que de haber sido bien picados hubiesen embestido más y mejor” como ha dicho Vd.
ResponderEliminarQue este nuevo ciclo del 2020 sea en verdad de felicidad... y cumplimiento.
// Atte., Torotino