Luego Antonio daba un dato y, a continuación, ofrecía su opinión: Ramos es una leyenda del Real Madrid en las últimas 17 temporadas y el mejor capitán blanco de la historia reciente. Y yo, modestamente por supuesto y espero que Romero no se moleste conmigo por disentir, no estoy de acuerdo con su opinión ni creo que el dato sea cierto. Sobre el dato: si Ramos debutó con la camiseta del Real Madrid el 10 de septiembre de 2005 y hoy estamos a 28 de enero de 2021, entre una y otra fecha han transcurrido exactamente 15,38 años, de modo que, salvo que Ramos ya fuera leyenda del Real Madrid vistiendo la camiseta del Sevilla, que todo es posible, es improbable que lleve 17 años siendo leyenda del club blanco. Lo digo, más que nada, porque estoy viendo que, al final, Ramos va a haber jugado con Sabino Barrinaga en los años 40 y, aunque el gimnasio hace maravillas, no es para tanto. Si Ramos no lleva en el Madrid 16 temporadas es imposible que haya sido leyenda del club durante 17. No es baladí el asunto, ¿eh?, no es irrelevante según yo lo veo porque, tal y como se está poniendo el asunto de la renovación, no me extrañaría que los Ramos pretendieran que Florentino reconociese sus 17 años de servicios prestados cuando aún no llegan a los 16.
Lo de "el mejor capitán de los últimos años" yo, si se me permite, también lo voy a poner de momento en cuarentena. No sé qué pasa con ese brazalete, no sé qué ocurre con los futbolistas que llevan muchos años en ese club, que, al final, pretenden mandar más que el propio presidente. Pasó con Raúl, sucedió con Casillas y ahora pasa con Ramos. Yo creo que un buen capitán es aquel que ejerce su liderazgo sin que se note, que rinde sobre el campo sin señalar al resto, sin estridencias. No sé qué ha pasado en el fútbol moderno pero últimamente se ha denigrado mucho la figura del capitán. De los que yo tengo memoria, buenos capitanes fueron Amancio, Pirri, Miguel Ángel, Camacho, Chendo, Sanchís, Hierro... También eran otros tiempos, por supuesto, pero no me imagino a Pirri mercadeando o telegrafiando su renovación. Un buen capitán del Real Madrid sería sin lugar a dudas Modric, por ejemplo. O Toni Kroos. O Benzema. Yo creo que Carvajal será un buen capitán. Ramos... en fin. Sergio ya quiso irse al United, amenazó con largarse a un equipo chino sin pagar un euro y ahora está en lo que está.
Hay algo positivo en todo esto y es que, al final, después de una lucha casi en solitario, después de un año de dura pelea, parece que he convencido a los más "ramistas" del mundo de que lo que pide Sergio es más dinero. Punto. Más pasta. Romero lo dijo anoche: "quiere más pasta", aunque luego lo adornara con lo de la carne en el asador. René no piensa que el Madrid no esté poniendo toda la carne en el asador sino que el Madrid no quiere pagarle más dinero a su hermano. ¿Por qué lo llamamos amor cuando queremos decir sexo? ¿Por qué lo llamamos carne si queremos decir euros? ¿Por qué lo llamamos asador si queremos decir cuenta bancaria? El pan se llama pan y el vino se llama vino. El cariño que quiere Ramos es económico.
No veo una buena salida, la verdad, no la veo. Es más, yo creo que el madridismo vería ahora mismo con mejores ojos a un Ramos vistiendo la camiseta del PSG que a un Ramos quedándose finalmente aquí porque Sergio lo ha vuelto a hacer tan espantosamente mal que la gente interpretará que, si al final sigue, se quedará porque nadie le dio más dinero, o sea porque nadie puso más carne en el asador.
El asunto está agotado, no da para más. Le deseo a Sergio que se recupere cuanto antes de su lesión porque el Madrid le echa mucho de menos, que no recaiga porque entramos en el tramo final de la temporada, y que luego, una vez recuperado, ojalá que para el partido contra el Atalanta o más tarde, no conviene arriesgar, decida lo que sea mejor y más conveniente para él. Habrá más capitanes. Llegarán más leyendas. Vendrán incluso más hermanos de leyendas que acabarán portando el brazalete de capitán. Y la máxima seguirá siendo la misma, la que ya he repetido un millón de veces por aquí: nadie, nunca, jamás, por encima del club. Nadie. Nunca. Jamás.
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