Y con tal motivo, a lo largo del año, se han publicado varios artículos glosando la magna figura que ha sido el maestro de Camas. Nosotros mismos, también hemos publicado algunos, centrados en su concepto y forma de interpretar el toreo, por lo que en este haremos más énfasis en una característica que le ha distinguido desde siempre, cual es la de estar dotado de una inteligencia poco común, muy superior a la mayoría de los mortales, y que llevó al crítico taurino don Gonzalo Carvajal a bautizarle con el apelativo de, “El Niño Sabio de Camas”, creo que en 1959 o primera mitad de 1960. Si bien, cuando debutó con caballos en Zaragoza, el 7 de septiembre de 1958, allí la gente ya le llamaba “El niño torero”.
Desde que le vi por vez primera me llamó mucho la atención la facilidad con qué hacia todo, su dominio de la situación, dando la impresión de que aquello era muy fácil. El 31 de marzo de 1963, tarde apoteósica de Paco Camino en Méjico-la tarde de los berrendos en la plaza de El Toreo- el periodista Carlos León, diría, “Junto a Paco Camino los otros toreros son catecúmenos”. De hecho, a él mismo le he odio decir qué, desde siempre, desde que era muy niño vio fácil el toreo, y luego en la práctica lo demostraba. Siempre demostró gran inteligencia para ver muy pronto al toro, para pensar delante de la cara (decía, “si uno no piensa delante de la cara del toro está perdido”), y resolver con gran difícil facilidad todo tipo de problemas que el toro presentara. A lo largo de su carrera le vi muchísimas veces, pero jamás percibí que le llegara el agua al cuello, por complicado que fuera el toro, como se suele decir en el argot taurino.
Cuando el 22 de mayo de 1975, en Madrid, realizó la gran faena al sobrero del Jaral de la Mira, faena que nadie esperaba-nadie daba nada por el toro, visto su comportamiento en los primeros tercios de la lidia- sin embargo, él dice que desde que salió por la puerta de chiqueros se dio cuenta que era su toro, que tenía posibilidades. Nadie en la plaza lo había visto, solo él. Esa sapiencia, esa gran inteligencia se la reconocen todos los profesionales y buenos aficionados, todos están de acuerdo en ello. El mismísimo Luis Miguel Dominguín decía de él que, tenía una cabeza privilegiada, y además se lo he odio decir a muchísimos más, tanto matadores como subalternos. Ahora mismo se me viene a la memoria habérselo oído, en diferentes ocasiones, a los maestros Gregorio Sánchez, Antoñete, el Viti, Limeño, Luis Parra, Jerezano, José Maria Montilla, Manuel Benitez, El Cordobés, Jose Luis Galloso, Paco Ruiz Miguel, y un largo etc. de matadores y banderilleros. Entre los críticos taurinos cabe recordar las palabras de Vicente Zabala padre: "Era tan grande la facilidad de Paco Camino para torear, tal su talento natural para ver con prontitud las condiciones de los toros, que nos hacía pensar que podía haber llegado mucho más lejos”, o las de Carlos Abella: “Camino tuvo que hacerse perdonar cada tarde, durante más de 20 temporadas de matador de toros, su facilidad, su enorme y fabulosa facilidad para entender los toros…”.
El abogado, escritor y gran aficionado, don Domingo Delgado de la Cámara, en su libro, Revisión del toreo, dice, “Paco Camino quizás haya sido el torero más inteligente y completo del siglo XX, superado únicamente por Joselito el Gallo”. Estamos de acuerdo solo en parte, porque como no vimos a Joselito no vamos a opinar. Podríamos traer muchas más citas de ilustres taurinos reafirmándose en la insuperable inteligencia del maestro Camino delante de los toros.
Así pues, nadie duda de que ha sido una de las cabezas más preclaras del toreo de todos los tiempos. Para mí, sin duda, y respetando cualquier otra opinión, la más clara de los que he visto en los últimos 70 años, aunque el maestro Enrique Ponce creo que también es un superdotado delante del toro; por eso logra hacer faena a tantos toros.
Pero es que, el maestro Camino en la vida también ha demostrado ser muy inteligente, por la forma de llevar su carrera, de conducirse y actuar en cada momento, dependiendo de las circunstancias, y emitir juicios de valor sobre cualquier tema en general.
Napoleón decía que, “El hombre superior es impasible por naturaleza, le da igual que le elogien o censuren”, reflexión que le podemos aplicar al maestro Camino de pleno. Dijeran lo que dijeran, él seguía la línea que se había marcado, sin que le afectarán mucho los comentarios, pues conocía sus capacidades, y cuando había que apretar más o menos. Tan es así que prácticamente todos los años salía triunfante de las ferias más importantes, especialmente de Madrid. En varias ocasiones le he oído decir que, “ha sido en el toreo lo que ha querido, no lo que quería el público”, y que, “no le interesaba ser el número uno”. Pienso que ha sido el único torero, de los que visto, que triunfaba cuando él lo decidía, pues también le he oído que, “no dependía del toro para estar bien”. Ha sido, pues, el único torero que triunfaba cuando él lo decidía.
De cualquier tema que se hable siempre expresa opiniones muy certeras, que resumen de forma simple y clara la realidad del asunto, adelantándose a los acontecimientos. Por poner solo un ejemplo, en 2019 le hicieron una entrevista para el diario El Mundo, y entre otras frases dejó la siguiente: “Corren tiempos de adoptar perros y abandonar a los padres en residencias de ancianos”. Ahí queda para la historia esa verdad, que todos la vemos a diario, pero él la expresó públicamente, y define muy bien el disparatado mundo que vivimos, en algunos aspectos. En verdad, siempre que ha hablado públicamente ha dejado frases importantes, profundas, para reflexionar sobre ellas, tanto referidas al toreo como a la vida.
Y no es solo lo acertado de sus juicios, sobre la vida en general, sino también se ha caracterizado por ser un hombre cabal, enemigo de la falsedad, discreto, que trataba y trata de pasar desapercibido, alejado, en lo posible, de los medios en general-y de la llamada prensa del corazón muy especialmente- que llama a las cosas por su nombre, y que siempre ha ido y va de frente.
He dicho en varias ocasiones, y repito que, como torero le he seguido y admirado desde el principio, desde que debutó en Cumbres Mayores, y como persona también, porque me he identificado siempre con su forma de pensar, entender la vida y pasar por ella.
Es por ello que, para nosotros, el egregio maestro Paco Camino es un sabio del toreo y de la vida.
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