Por si faltaba algo, nos llegó la cruel nevada que en muchas de las ganaderías ha dificultado sobremanera la forma de poder acercarse a los animales para darles el correspondiente pasto, al margen de todos los animales que han muerto por el frío. Como se ha demostrado, aquel dicho popular de “año de nieves, año de bienes” no ha dado resultado puesto que, hasta este momento, lo que hemos encontrado en las dehesas donde pastan los toros bravos, no ha sido otra cosa que un luto total por parte de los ganaderos sabiendo que, sin remisión, muchos de ellos tendrán que sacrificar sus ganaderías, cosa que ya ha sucedido en distintos ganaderos.
Mantener una raza única en el mundo como es el toro de lidia, con lo que ello supone de bienestar para el propio medioambiente, el ecologismo en estado puro y el animalismo auténtico, como viene siendo habitual, todo ha quedado en la nada; el esfuerzo de muchísimos años por parte de los ganaderos se ha resquebrajado por completo; de nada han servido, en muchos casos, cientos de años de trabajo por mantener y defender la integridad del animal más bello del mundo porque, como los hechos demuestran, el toro bravo se acaba por completo. Luego, cuando ya no exista y sea recuerdo del pasado nos acordaremos de las ganaderías, de las dehesas, de lo que supuso de grandeza un toro bravo pero, amigos, llegado ese momento ya será tarde.
Mientras todo esto ocurre y nos lamentamos de las funestas consecuencias que ello comporta, tenemos que escuchar en boca de un mal nacido, un descerebrado llamado Sergio García Torres, un tipo indeseable y puesto a dedo por Pablo Iglesias con el consiguiente título de Director General de los Derechos de los Animales, con apenas un sueldito de 80.000 euros. Claro que, la pregunta es obligada, ¿en qué coño trabajaba el tipo citado antes de conocer a Pablo Iglesias?
Y decía el tal García Torres refiriéndose al toro bravo y a los ganaderos: La Tauromaquia es un negocio de los señores de la corte que viven del dinero público. ¿Se puede ser más ruin, cobarde, mezquino, canalla, apestoso, mentiroso y cruel como lo es el tal Sergio García Torres? ¿Dinero público? A ver, que me lo explique dicho parásito que yo no entiendo nada.
Tras lo dicho por semejante sujeto, él mismo se retrata; es decir, demuestra que lleva la maldad y el odio dentro de su ser como le ha enseñado su amo que lo ha colocado con el dinero de todos los contribuyentes mientras que, los ganaderos a los que el tipo aludido llama señores de la corte, ellos si se juegan su dinero, nunca el del erario público como ocurre con semejantes individuos que dan lecciones de aquello que no saben y, para colmo, cobran de todos nosotros, los que pagamos impuestos.
García Torres, como Pablo Iglesias y todos los desaprensivos que viven del cuento, ellos si son todos señoritos de la corte porque no han trabajado jamás, no saben lo que es un negocio, ni siquiera ser autónomo que es lo más difícil del mundo en esta España desolada en la que vivimos y, para colmo, siguen dando lecciones.
Se necesita tener la cara más dura que el cemento armado para pronunciarse al respecto, de algo que desconocen porque, entre otras cosas, jamás han pisado el barro y la nieve como les ocurre a los ganaderos. Eso sí, siguen dando lecciones para que todos los descerebrados de este país les siguen dando cancha en las redes sociales. Iros todos a la mierda que es el lugar que os corresponde. Por cierto, mirad la cara de Sergio García Torres, un cántico a la maldad como ocurre con Pablo Iglesias. Por cierto, tras ver esa cara, ¿alguien le fiaría un solo euro? Buscad el careto del individuo por Internet y comprobaréis lo que digo.
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