Parece que este año habrá toros en las de primera. Parece. Y piden para celebrar corridas un 50% del aforo: menos es una ruina. Un problema en el que quizá se refugiaron en el 2020 para no abrir ni una puerta a la esperanza y a la necesidad del mundo del toro de mantenerse vivo.
Cómo repartir el 50% del aforo en las de primera
El tema está en que Madrid declara tener 17.000 localidades abonadas. Casi los ¾ del aforo, con lo cual ya no entran en el reparto unas seis mil, cifra que se rebaja considerablemente si destina un cupo para taquillas para el público en general. Y todavía más atendiendo a los muchísimos pases de favor y acreditaciones de prensa.
Pamplona tiene vendida diariamente casi toda la plaza.
¿Cómo hacer entonces si cada espectador tiene que sentarse solo cumpliendo las normas de distancia?
Si puede ser, a los que tienen dos abonos, o siempre en progresión pares, los pueden despachar con la ½ o la ¼ parte, pero ¿y los poseedores de un número impar de abonos?
No se pueden partir 3 en 2 y ofrecer 1½, como tampoco los de 5 y así sucesivamente, sino cortar por debajo y dejarlo en 1 ó en 2. Un buen lío.
Los que no estén de acuerdo y no acepten ¿perderán el derecho para cuando se vuelva a la vieja normalidad (no a la nueva que dicen los estúpidos)?
Las Ventas puede tener el mayor problema por el elevado número de abonados, que ha descendido ligeramente en las últimas temporadas. Pamplona partirá por la mitad y las otras, con Málaga y Córdoba, se las arreglarán sin problemas. Ya les gustaría tener la complejidad de un abono alto o muy alto.
Claro que ahora todavía falta tiempo y todavía no se sabe si se podrán dar toros en Fallas o en la suspendida oficialmente Feria de Abril de Sevilla.
Y Madrid que se prepare para que no les coja el toro en San Isidro.
Los uniabonados no pasarán dificultades porque, supongo, que podrán renovar sin problemas en esta corridas del 50%.
Bienvenido sea el problema a todos los niveles porque eso significará que la plaza está abierta y que hay toros. Dios lo quiera.
Se puede tirar por la calle de en medio y sacar todas las entradas a la venta con preferencia a los abonados. Lo que es otra fórmula.
Si las grandes plazas siguieran cerradas, el problema para la Tauromaquia sería gravísimo.
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