“Me hace una gran ilusión estar en Mérida. Hace muchos años que no voy, quizá 10 u 11. Cuando fui niño torero estuve allí, y ahora será mi debut como matador en Mérida y en México. No sabes cuánta emoción siento de volver al país, además, en un cartel de banderilleros, con dos muy buenos toreros”..."
Gaspar Silveira
Diario de Yucatán / 25 de marzo de 2022
Revisando el Archivo del Diario aparecen dos fotos de un niño torero venezolano, Jesús Enrique Colombo, junto a otro niño torero yucateco, André Lagravere Peniche, antes de partir plaza en Xmatkuil. No dude usted que de esas imágenes de noviembre de 2011 muchos hayan dicho que era cosa de niños y quedaría en eso.
Pero, en 2022, ambos están convertidos en matadores de toros y están en momentos clave en su carrera en la Fiesta.
Colombo lo recuerda bien, de cara a una cita que considera fundamental para él, pues mañana sábado, en la Plaza Mérida, debutará en México como matador, en una trayectoria en que ha crecido, especialmente después de una violenta cornada justo cuando iba a doctorarse.
“Me hace una gran ilusión estar en Mérida. Hace muchos años que no voy, quizá 10 u 11. Cuando fui niño torero estuve allí, y ahora será mi debut como matador en Mérida y en México. No sabes cuánta emoción siento de volver al país, además, en un cartel de banderilleros, con dos muy buenos toreros”, dice.
Quiere que sea “una cita increíble. Voy por un triunfo, a entregarme como siempre, y que me sirva todo porque un triunfo en Mérida es importante, en una plaza de primera, con toro serio. Y es un cartel precioso, pues los dos compañeros son grandes matadores y banderilleros”.
Ironías: los dos niños toreros de la foto en mención pasaron por el dique seco tras severas cornadas. “El Galo”, en una reciente en Jalisco (de hecho, será su reaparición); Colombo, en la que le llegó dos días antes de su alternativa, a la que llegó en una temporada de 47 novilladas, con triunfo en San Isidro.
Sin embargo, la vida les deja lecciones a los toreros.
“El torero es el mismo y las hambres mayores”, dice Jesús en una charla con desde Madrid, antes de volar a México, preguntado sobre el valor que da una cornada grande como la suya en esa fecha tan especial.
“La cornada llegó en un día, digamos, un poco atravesado, por lo que venía luego (se doctoraba en Zaragoza 48 horas después). Esto tiene que pasar, somos toreros y nos exponemos. Me causó un parón, un bache que me costó superar, pero debo decir que es una de las bases de mi vida, me ayudó a crecer como torero, como persona. Y seguimos”.
Insiste: “Había tenido cornadas, pero no como esa de Valencia. Gracias a Dios la superé”.
Ahora Jesús Enrique Colombo, con alternativa de matador tomada en Lima, en 2017, confirmada en Madrid en 2018, quiere seguir a paso firme, sin importar las prisas. “El toreo es una carrera de fondo. Esto seguirá hacia adelante, tengo citas muy importantes este año (Las Ventas, en San Isidro), que me posicionarán en el toreo que quiero, con ambición y ganas al máximo”.
Y tendrá a Mérida, con “El Zapata” y “El Galo”, de punto de partida.
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