Queremos pensar que, lo de Castellón, ha sido un pequeño borrón en la ganadería de tan emblemático criador de reses bravas. Pero no deja de ponernos a pensar a todos, al ganadero el primero en que, ese comportamiento de sus toros en el coso castellonense no es propio de su hierro y mucho menos de su encaste.
El amargo sabor del fracaso
Pla Ventura
Toros de Lidia / 22 marzo, 2022
He de reconocer, como aficionado, que cuando fracasa Victorino Martín fracasamos todos, de ahí el disgusto que nos llevamos días pasados en la primera corrida de feria de Castellón. Sin duda alguna, la peor desdicha que pueda tener Victorino Martín no es otra que sus toros salgan mortecinos al ruedo, algo que podemos esperar de muchísimos ganaderos de elite, entre ellos Juan Pedro Domecq que es un especialista en ese tipo de toros aborregados y medio muertos pero, en el caso del ganadero de Galapagar cuesta muchísimo entender ese fracaso.
Queremos pensar que, lo de Castellón, ha sido un pequeño borrón en la ganadería de tan emblemático criador de reses bravas. Pero no deja de ponernos a pensar a todos, al ganadero el primero en que, ese comportamiento de sus toros en el coso castellonense no es propio de su hierro y mucho menos de su encaste. De esta ejemplar ganadería podemos esperar todo; desde toros bravísimos, encastados, duros de pelar y, como diría el maestro Ruíz Miguel, hasta la clásica alimaña en la que no hay donde meterle mano. Pero que salgan toros bobalicones, eso es propio de Juan Pero Domecq como antes dije, nunca de una ganadería tan afortunada como la del ganadero de Albaserrada.
Si de Victorino Martín hablamos, recuerda uno muchísimos triunfos de tan legendaria ganadería a lo largo de la historia que, dicha reminiscencia, nos conmueve por completo, como último bastión memorable, la célebre corrida caleña por tierras de Colombia en la que, a no dudar, Victorino cosechó uno de sus éxitos más memorables a lo largo de su trayectoria casi inmaculada como ganadero de reses bravas. Por todo ello, lo de Castellón del otro día que, para mayor desdicha nos recordó la corrida que Victorino lidiara en Madrid, creo que fue en los albores de la temporada 2019 en que, dichos bicornes nos parecieron tan blanditos como los que ha lidiado en Castellón y, como explico, la blandura y bobaliconería no son definiciones propias de tan emblemático hierro, de ahí la desazón que podemos sentir todos junto al ganadero. No nos sirve, e imagino que a Victorino menos que a nadie, esa crónica que hemos leído por ahí que se titulaba, “dulces victorinos” que, sin duda, es la peor afrenta que se le puede hacer a tan singular criador de reses bravas.
Por lógica, nadie puede entender y mucho menos aceptar que a Victorino Martín le salgan toros enclenques por los toriles; quizás no exista una razón para que lo podamos entender, pero sí un disgusto mayúsculo que tenemos que aceptar y, claro, como diría el propio ganadero, hay que ser muy humilde para criar toros bravos porque, sin pensarlo, de la noche a la mañana te sale una reata que te quita el sueño como le ocurriera hace pocos días a Victorino Martín en Castellón.
Confiemos que ha sido una pequeña sombra que ha aparecido en el resplandor de dicha ganadería que, desde siempre nos ha tenido a todos en vilo por aquello de que siempre hemos esperado lo mejor de dichos toros que, no siempre tienen que salir tan bravos como los de Cali, pero si están obligados a salir al ruedo con toda su fiereza, pujanza y fuerza como para recibir, llegado el caso, hasta los tres puyazos que tantas veces han recibido.
Al mejor escribano le sale un borrón, dice un dicho popular y eso es lo que deseamos para Victorino, que todo haya sido un borrón para seguir lidiando toros tan auténticos como de costumbre. Es cierto que, dichos toros de Castellón, lidiados por Miguel Ángel Perera, un diestro que debutaba con estos toros y que está en total declive en su fulgurante carrera como torero, al ver el juego de sus toros pensaría, no es tan fiero el león como lo pintan, ¿verdad? Pues eso, los toros de Victorino Martín tienen que salir fieros, lo demás es pura pantomima.
--En la imagen, el emblemático criador de reses bravas, Victorino Martín García, todo un referente para la tauromaquia en el mundo.
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