¿Habrá algo más justo en el mundo que los beneficios que obtenga la Comunidad de Madrid, por ser propietaria de la plaza de Las Ventas, se reinviertan en dicho inmueble y en todo lo que a la tauromaquia de Madrid se refiere? Eso, que lo sabrían entender hasta los niños de pañales pero, estas gentuzas no lo comprenden porque, como siempre dije, les puede el odio, el rencor y la maldad y, a su vez, no entienden del respeto hacia sus semejantes como puedan ser los aficionados a los toros.
La plaza de toros de Las Ventas de Madrid, mal que les pese a todos los desaprensivos que ostentan una parcela de poder, bien sea en la Comunidad, Ayuntamiento o en el propio Gobierno, es un icono referencial en la capital de España, un coso protegido por ley que se debe de cuidar y, lo que es mejor, perpetuar. Claro que, tenemos que darle gracias a Dios que no mande nunca la maldita izquierda en la comunidad madrileña porque, de ser así nos pasaría como sucedió cuando gobernó Madrid desde su ayuntamiento la descerebrada de Manuela Carmena que, con su odio ancestral a cuestas cerró el Batán, quitó la escuela taurina y, de haber estado en su mano hubiera cerrado Las Ventas que, es lo que quieren sus discípulos del rojerío más denigrante.
Fijémonos que, hasta los mismos políticos de izquierdas, aquellos que tuvieron el poder en los años ochenta, hombres equilibrados y acorde con sus ideas, en la actualidad y viendo el momento dramático que atravesamos, se hacen cruces al ver las baladronadas de estas gentes sin escrúpulos, sin educación, sin respeto y con el solo baluarte del odio que vive en sus entrañas en que, como es obvio, desde todos los frentes, solo aspiran a la destrucción de todo aquello que tenga vida, eso sí, amparándose en cuestiones sociales pero, su egolatría por aquello de seguir en el poder les lleva por cauces criminales porque, ¿cómo es posible que sigan diciendo que abogan por las cuestiones sociales y, algunos de la izquierda, hasta han llamado denigrado por sus bellas dádivas a Amancio Ortega –hay que ser hijo de puta para criticar a un hombre generoso como el citado- porque ese gran señor de España ha donado trescientos millones de euros para la sanidad española?
Lo de Ortega y otros muchos que le secundan, eso sí es luchar por la sociedad en que viven, aportar bienestar a las familias, a los hospitales y otras muchas causas sociales como pueda ser la gran institución de la Iglesia llamada Cáritas que, por cierto, jamás he escuchado a ningún apestoso de izquierdas unas palabras de cariño y aliento para tal institución que, pese a Pedro Sánchez y demás rojerío unificado, sigue mitigando el hambre y el frío de cientos de miles de personas que, según este maldito gobierno que padecemos no debería de haber ni un solo pobre en España. Claro que, si de pobres hablamos, es por ello que el Banco de Alimentos, por estas fechas ha recogido más de veinte millones en alimentos para mitigar el hambre de los más necesitados. Pues, desgraciadamente los hay por cientos de miles, eso sí, los beneficios que aporta la plaza de Madrid, esos sí que hay que destinarlos a causas sociales. ¿Se puede ser más cretino que estas gentuzas indeseables?
Seguro estoy que, la tal Mónica García, en la casa donde viva, si se hace una grieta en la misma no la arregla, se compra otra y aquí paz y allá gloria. Lo digo porque, Las Ventas, como inmueble, al igual que todos los edificios del mundo, privados o públicos, todos necesitan de reparación y conversación y, en este caso, las reparaciones que se hagan en Las Ventas, las pagamos nosotros, los aficionados a los toros sin necesidad de tener que mendigarle el bocadillo al indeseable de Sánchez o a todos sus malditos socios de gobierno.
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