la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 11 de diciembre de 2022

¡Renegada hija de torero! / por Ricardo Díaz-Manresa

Empezó recordado al padre y a su familia como niña inocente que veía a su padre vestido con perlas (las luces del traje supongo) cuando rezaban su madre y sus tías al despedir al torero. Empezó dando patadas a la religión : le daba asco el pesadísimo ROSARIO, no digamos las imágenes de la VIRGEN que entonces iban de casa en casa y todos los rezos pidiendo al cielo por el padre que toreaba.

¡Renegada hija de torero!

RICARDO DÍAZ-MANRESA
Avance Taurino/10 de diciembre de 2022
¡Ay ROSA MONTERO, renegada hija de torero, petarda hija de torero!. Sí, renegada y petarda, MONTERO, que sólo te ha faltado llamarte MONTERA para aunar el símbolo taurino con la sangre torera de tu padre, el gran PASCUAL, que corre por tus venas, pero tienes bastante con llevar el apellido de dos espantos: IRENE MONTERO, ministra con sexo y sin seso, que daña infinitamente a sus semejantes, y otra que tal, superdañina MARÍA JESÚS MONTERO, de la saga femenina espantosa del PSOE que empezaron LEIRE PAJIN y BIBIANA AIDOS que DIOS tenga en su gloria ministerial. ¿Con qué rima IRENE? Qué tortura : que esto es sí, vaya que sí. Pobrecitas todas. Y pobrecitas españolas y… españoles.

La petarda MONTERO, podría llamarse además de MONTERA, también MONTORO (el toreo y el toro por todas partes). No te libras.

En SEVILLA tienen la costumbre de hacer una jornadas sobre TAUROMAQUIA SÍ o NO y este año fue invitada la escritora de izquierdas ROSA MONTERO, hija de PASCUAL MONTERO, ese banderillero vocacional que estuvo en cuadrillas destacadas como la de ANTONIO ORDÓÑEZ, y que era una gran persona y hablaba extraordinariamente bien de toros, como su mujer, también agradabilísima persona, que intentaban no hablar de su hija cuando coincidía con ellos en diferentes ferias. Tenía tal afición que, retirado, iba muchísimo a los toros de acá para allá.

La disertación de la nena antitaurina la tituló en SEVILLA, “Razón y corazón : la extinción natural de la TAUROMAQUIA” y se presentó muy “peinada”, como la CARMENA, y muy “vestida” a lo feminista izquierdoso y calzada como para andar por el fango.

Empezó recordado al padre y a su familia como niña inocente que veía a su padre vestido con perlas (las luces del traje supongo) cuando rezaban su madre y sus tías al despedir al torero. Empezó dando patadas a la religión : le daba asco el pesadísimo ROSARIO, no digamos las imágenes de la VIRGEN que entonces iban de casa en casa y todos los rezos pidiendo al cielo por el padre que toreaba.

Sus perlas:
– El toro no embiste sino que se defiende en un ataque de angustia pánico y miedo. ¿Y no podía quedarse parapetado en tablas viéndolos venir y defendiéndose?…

– Los animales son inteligentísimos, muchos.

– Los animales tienen conciencia.

– ¿Qué los toros no sienten dolor? Tremendo y continuo. Y lo dicen todos los expertos. Mentira y ¿quiénes son? Hay muchas tesis que son completamente contrarias.

– Todos es brutal. Los destrozos de la puya, que rompe, huesos, nervios, músculos… Y la clavan entre 17 y 20 centímetros… ¿O muchísimos más, verdad ROSITA? (No ha visto descuartizar un toro en el desolladero y leído informes de analistas veterinarios).

– Y después la crueldad de meterle no sé cuántas espadas y muchísimos descabellos. Otra mentira porque el % por ciento es bajísimo.

– ¿Quién puede aguantar en este siglo un espectáculo que destroza cuellos, pechos, muslos y caras de chicos jóvenes con cornadas gravísimas…(Como si eso ocurriera todos los días y no en contadas ocasiones.)

– Dice que el beneficio de las ganaderías para el campo, y la ecología, es nulo. Otra mentira que casi nadie avala. Al revés.

Y sus tres tremendas conclusiones:

1/ La actividad en las plazas es agónica

2/ No pide su prohibición porque en 30 años desaparecerán.

Ristra de datos falsos. Otro esperpento con sus libros y columnas periodísticas: miente más que escribe.

Te contesto en mi próximo artículo, ROSITA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario