José María Álvarez del manzano, María Luisa Bienvenida, José Luis Rodríguez, Peral,
y Juan Lamarca.- Fotografía: Andrew Moore
y Juan Lamarca.- Fotografía: Andrew Moore
"Antonio Bienvenida, el arte del toreo", libro homenaje al talento y al clasicismo
Juan Miguel Núñez
Madrid, 17 may 2016.- Los treinta y un años que estuvo Antonio Bienvenida (1922-1975) encandilando con su arte en todo tipo de plazas a millones de aficionados condensan el perfil humano y profesional de una figura inigualable, "uno de los mejores toreros de todos los tiempos", según José Luis Rodríguez Peral, autor de un libro referido al personaje, presentado hoy en Madrid.
El autor del libro, José Luis Rodríguez Peral, rodeado por Juan Lamarca, Álvaro Mejía, Antonio Mejías, Juanito Mejías, María Luis Mejías, José Mª Álvarez del Manzano, Gonzalo Izquierdo mejías, y el esposo de María Luisa Mejías.
"Antonio Bienvenida, el arte del toreo" (Ediciones Rubeo) es el título de la obra, inspirado en la definición proclamada por un aficionado de la monumental madrileña de Las Ventas, el célebre "Ronquillo", que aprovechaba los silencios en la plaza para ponderar o sentenciar lo bueno o lo nefasto que, según los casos, ocurría en el ruedo. En aquella ocasión, asegura el autor, su grito fue tan fuerte y oportuno como acertado.
"Escribir sobre Antonio Bienvenida es reivindicar una forma de entender la tauromaquia: el clasicismo", en opinión de Rodríguez Peral, quien reconoce que nunca habló con él, "aunque le ví muchas tardes torear", por lo que el libro es consecuencia de muchas horas de trabajo con sus hijos y personas muy allegadas.
La conclusión que saca de Antonio Bienvenida es que "fue persona profundamente conservadora, pero no sectaria. Tenía un fuerte carácter y no consentía que nadie le ganara..., ni al parchís".
Genuino representante de la tradición, añade Rodríguez Peral, destacó por el clasicismo, la excelencia. Y de ahí los elementos fundamentales que esgrime para escribir este libro: "cuando volvió a los ruedos después de retirarse, lo hizo por añoranza, no por dinero; el lugar que ocupa en la historia está por encima de otros toreros de similar categoría; la consideración que hacen de él aficionados, críticos e historiadores es de gran torero y maestro; y, por último, la inquietud de que las bellas artes inmortalizaran su figura (citó el ejemplo del grupo escultórico que se erige en su memoria en la explanada de Las Ventas)".
En una exhaustiva descripción del personaje que hizo también en el acto el ex alcalde de Madrid José María Álvarez del Manzano y López del Hierro, dijo éste que "su carácter fue bondad y simpatía. Y por eso le admiraron todos, incluidos los toreros rivales en la plaza".
"Toreaba Antonio como era, buena persona: amable, leal, educado y honesto. De ahí lo brillante que fue en la profesión. Y siempre tan tranquilo y sonriente, con la singularidad de que a través de su sonrisa transmitía a los tendidos la tranquilidad, mientras hacía fácil lo más difícil", proclamó Álvarez del Manzano.
Tantos aspectos personales del personaje se tratan en el libro con especial relevancia, convencido el autor de que "su perfil humano, su comportamiento con familiares y amigos, su ética y solidaridad con la profesión y, cuando fue necesario, contra la peor parte de la profesión -fue notoria su campaña contra el fraude del 'afeitado' en los años cincuenta-, nos explica cómo entendía el toreo".
Manuel Ángel Fernández Mateo, director-Gerente del
Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid
En el acto, celebrado en la Sala Cultural de Las Ventas que lleva el nombre del homenajeado, recibió la cordial acogida institucional del Manuel Ángel Fernández Mateo, director-Gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, actuando como moderador el vicepresidente del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida, Juan Lamarca, quien mencionó también los valores humanos, "de una profunda religiosidad, que le enaltecen tanto como sus méritos toreros" propios de todos los integrantes de la gloriosa dinastía torera que igualmente compartieron el permanente ejercicio de principios y valores éticos, morales y patrióticos que originaron su persecución política. Un hombre, un maestro, un torero de toreros,don Antonio Bienvenida, con casi cuatro décadas en el toreo que quedó enraizado profundamente en la historia de España,terminó diciendo Juan Lamarca.
Intervino también una hija, María Luisa Bienvenida, que se emocionó y emocionó contando entrañables recuerdos familiares.
Intervino también una hija, María Luisa Bienvenida, que se emocionó y emocionó contando entrañables recuerdos familiares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario