Esa pancarta exhibieron, precisamente porque
discrepaban de lo de los corrales
"...Actuaba El Juli, que discrepa de torear reunido y con ajuste, y entonces discreparon de esa forma de torear. La discrepancia crecía pues se agigantaba la desreunión, se exageraba el pico, se retrasaba la pierna de salida y se mandaba el toro fuera, muy fuera..."
LAS DISCREPANCIAS
S.I.16.- Hoy era, y ha sido, día de discrepancias. Podríamos preguntarnos por qué y esa debería ser la tarea para estas líneas que ahora comienzo.
Bueno, mejor será que digamos cuanto antes que existe el verbo discrepar y que su presente de indicativo dice así: Yo discrepo, tú discrepas, él discrepa, nosotros discrepamos, vosotros discrepáis y ellos discrepan. Pues se ha conjugado entero y creo que hasta otros tiempos verbales también.
Las discrepancias de hoy comenzaron realmente antes del paseíllo. Esas fueron por ellos, los veterinarios, que no autorizaron el encierro anunciado de Jandilla. Discreparon con quienes creían que si, pero al final se impuso la autoridad y hubo que cambiar la ganadería. Puede que esto sea baladí para la mayor parte de la gente que acude a la plaza, pero no lo es, por su significado, para los aficionados.
Si ellos discreparon de esa manera, los aficionados discreparon en la plaza enseñando una pancarta que decía así: Hartos de tanta manipulación, transparencia en corrales. Comenzó el festejo y se discrepó de la presentación de los de Vellosino, en primer lugar, después de sus fuerzas y, más tarde, de su mansedumbre bobalicona. Discrepando, discrepando cambiaron al sexto, que era sobrero muy elegido de ganadería de figuras, Domingo Hernández, y este toro debió discrepar de salir en plan reserva siendo de casa buena.
Unos discrepaban por esto y otros
porque discrepaban aquellos
Actuaba El Juli, que discrepa de torear reunido y con ajuste, y entonces discreparon de esa forma de torear. La discrepancia crecía pues se agigantaba la desreunión, se exageraba el pico, se retrasaba la pierna de salida y se mandaba el toro fuera, muy fuera. Vamos, la discrepancia no tenía arreglo por ninguna de las partes, -como lo de formar gobierno- con lo que había que ir a unas próximas elecciones o intervención en este caso.
Salió el cuarto y el foro entero participó en las discrepancias. Ya no eran los que discrepaban con el toreo de El Juli, también estaban los que discrepaban con los que discrepaban antes. De seguido se consiguió que el de Velilla tirara por su lado, mientras los discrepantes lo hacían entre ellos. Unos que no le protestéis a El Juli y los otros que por qué discrepáis de los que discrepamos. Una tangana que sirvió para que saludara el torero entre las discrepancias.
Toda la tarde fue un discrepar de unos contra otros. Y todo porque allí no sucedía nada que evitara las discrepancias. Y es que no hace falta ser muy listo para saber que hay días que no se discrepa en absoluto. Ayer con David Mora, el domingo con Paco Ureña, y el sábado con Leonardo Hernández, no se produjo en la plaza ese tipo de discrepancia, si había discrepantes, que alguno habría, era a título personal y sin armar alboroto.
Perera y López Simón nos recetaron sus acostumbrados trasteos, con esos toros, y lograron que no hubiera discrepancias en los tendidos, se aburrió la gran mayoría y eso es sopor lo que genera no discrepancia.
Ya ven, gracias a que hubo muchas discrepancias he tenido algo de lo que escribir; de lo contrario, la crónica se hubiera quedado en blanco y no hubiera podido cumplir con esta obligación diaria con todos ustedes. Una más para olvidar, aunque no se discreparán.
Galría fotográfica de Andrew Moore
No hay comentarios:
Publicar un comentario