"...Quito tiene que levantar la voz y recuperar lo que le pertenece la “FERIA JESÚS DEL GRAN PODER”, o “LA MEJOR FERIA DE AMÉRICA” y los alcaldes que son representantes del pueblo, tienen la obligación de respetar, proteger y promover las tradiciones en general, sin importar cuál sea la de su predilección..."
Quito Luz de América, Luz de la Independencia y de la fiesta brava
Manolo Espinosa “El Ciclón”
La ciudad de Quito goza de grandes privilegios históricos y culturales, por cuya razón se convirtió en capital de los ecuatorianos que la ostenta con dignidad, porque es cuna de la cultura y cristiandad, porque es poseedora de valiosas obras arquitectónicas, monumentos, iglesias, obras artísticas, leyendas, tradiciones y una de las primeras ciudades en el mundo, considerada por la UNESCO como “La ciudad Patrimonio de la Humanidad”; aquí se han gestado grandes acciones cívicas y libertarias que llena de orgullos a los quiteños y a los ecuatorianos en general.
Pues en esta misma ciudad, 39 años después de su fundación es decir por el año 1573 y según varias referencias históricas, se conoce sobre los primeros espectáculos taurinos realizados en esa época en la conocida y actual Plaza de la Independencia. Que confirma y corrobora, el sentimiento enraizado de los quiteños por la fiesta brava y todo lo que esta significa y es comprensible, por ser el fruto de la fusión intercultural entre el hispano y el indoamericano, en cuyo mestizaje, permanece y permanecerá genéticamente esta fiesta inmortal.
A parte de la primera plaza mencionada (que no era más que cerramientos), se construyeron otras que tuvieron importancia en su tiempo, están son: “El matadero”, en la actual Plaza del Teatro; otra en la Recoleta, en la ciudadela Larrea, la de Guangacalle, la “Belmonte”, la “Arenas y por último la Monumental de Toros “Quito; en esta última se inicia un período de oro para la fiesta, porque con ella Quito cobra vida y experimenta un tiempo de modernidad, con lo cual llega a ser conocida en todo el mundo, gracias a la feria “Jesús del Gran Poder”, que más tarde obtendría el título “De la Mejor Feria de América, tanto por el número de festejos a días seguidos, cuanto por la calidad de los carteles que se presentaron durante cincuenta años, creando un ambiente de fiesta para la ciudad y por otro lado, fue generadora de recursos importantes para el municipio, lo mismo que para varios emprendedores que surgieron con nuevas iniciativas, por eso Quito se levantó convirtiéndose en una metrópoli atractiva, incluso para el área turística.
Claro, todo esto fue un inmenso esfuerzo de los pioneros, un grupo de quiteños aficionados a los toros, entre ellos el Matador de Toros Manolo Cadena Torres –el principal-, Luis Larrea, Pablo Maldonado, Fausto Torres, Conto Patiño (de los que recuerdo) y Santiago Herrero en representación de la Casa Chopera (españoles) que comenzaron como Empresa de Toros “Quito” organizando la feria desde diciembre de 1960, año en que se inauguró la plaza en el sector de Iñaquito por parte de la propietaria, la Cámara de Agricultura, que preparó tres festejos los días 5, 6 y 13 de marzo de ese año.
Por lo tanto la fiesta brava es “un sello inconfundible de su Majestad”, -como reza la canción de “El Chulla Quiteño”, versión que hace alusión a los valores tradicionales de nuestra bella ciudad y que nadie está en la capacidad –por más autoridad que sea- de restar méritos a la capital asentada en la Mitad del Mundo que es otro privilegio. Es cierto, que han existido personajes nefastos que por sus actitudes demuestran que no son quiteños, o que no quieren a Quito y se han atrevido con su herejía a destruir parte de su patrimonio como es el caso del anterior alcalde Augusto Barrera, que eliminó nuestro viejo Aeropuerto “Mariscal Sucre”; una pista con historia, pues este aeropuerto, inició su vida con los prestantes pilotos Cosme Rennella Barbato, Elia Liut y Pedro Traversari; con ellos nació la aviación y en 1935 se creó el primer aeropuerto en la Hacienda de Iñaquito en donde aterrizó por primera vez el avión “TELEGRAFO I”; también en este escenario, se gestaron acciones militares heroicas y por lo tanto no existió justificación alguna, para ser eliminado sino respetarlo y dejarlo como aeropuerto doméstico y lo más importante, crear un gran museo sobre la aviación en el país.
Casos como este se dan en nuestro medio, por gente sin escrúpulos que ignorando el valor de las tradiciones hacen lo que les viene en gana, sin respetar aquello que significa la identidad y vivencia de un pueblo, en este caso específico la fiesta brava; patrimonio con historia y tradición producto del mestizaje nacional. Por eso Quito tiene que levantar la voz y recuperar lo que le pertenece la “FERIA JESÚS DEL GRAN PODER”, o “LA MEJOR FERIA DE AMÉRICA” y los alcaldes que son representantes del pueblo, tienen la obligación de respetar, proteger y promover las tradiciones en general, sin importar cuál sea la de su predilección.
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