El 2020 se cargó la temporada taurina en los dos continentes, y la del 2021, no da signos más alentadores. En Colombia, por ejemplo, el empresario español Alberto García quien a partir del primero de enero tomó la plaza de Cali por tres años, declaró —Soy entusiasta, trabajaremos, pero sin público no habrá toros—
Por su lado, el de Manizales, Juan Carlos Gómez, anuncia dos corridas virtuales (a plaza vacía) para los próximos 9 y 10 —Me lo han pedido, nos cuesta, pero es época de dar no de recoger— explicó. Nada más
Hace unos años, en los buenos tiempos decíamos que si algún día la fiesta era derrotada en Colombia, la última trinchera sería Manizales. Allí se resiste hoy. Los abonados que pagaron la feria frustrada, no se han rajado, Juan Carlos tampoco. Es médico, formado en la objetividad, no en subjetividades pesimistas u optimistas. Consciente y solidario se adapta a las exigencias preventivas, pero mantiene activa su plaza.
Son las opciones. Echar adelante con lo que hay o esperar (laissez passer). El New York Times de ayer informaba cosas como: Los casos diarios de coronavirus en muchos países son más altos que nunca... Más de 4,2 millones de personas en los EEUU han recibido la vacuna contra COVID 19 en medio de distribuciones caóticas. El País de Madrid: La sucesión de festivos oculta la tercera ola. Mientras en Argentina el ministerio de salud reportaba 317 reacciones adversas (fiebre, cefalea, mialgias) entre 32.013 vacunados con la “sputnik”. Y la cifra mundial de muertos se acerca rápidamente a los 2.000.000
La incertidumbre arrecia y estos primeros cuatro días, contra todo lo deseado, no prometen un feliz año. Hablando en serio, habrá que luchar más para seguir viviendo. Los toros también.
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