Por ahí van las cosas, por el camino del autoritarismo, de la imposición, del matonismo, por la fuerza de las armas. Eso si es fascismo y no aquel de opinar lo contrario del oponente. Ese es el camino criminal contra la libertad máxima, la que representa la vida misma.
Lejos, muy lejos de esa terrible situación que viven en Ucrania, seguimos padeciendo en España la persecución, no de ningún ruso, pero sí de locos, que también quieren imponer por la fuerza sus ideas contra nuestra querida Fiesta.
En el ejemplo de ese magnifico pueblo ucraniano tenemos que tomar nota. No podemos rendirnos contra quienes nos acosan sin más razones que sus únicas ideas y deseos de aniquilar aquello que, por lo visto no les hacen falta razones racionales, odian. Debemos decirles que ‘no pasarán’.
Ya se sabe, si se les permite, siempre seguirán anhelando dar un paso más, una vuelta de tuerca más. Abandonamos la lucha en Cataluña, sin pelear, a pesar de tener las sentencias a favor, y ahí está, el ruedo de la monumental de Barcelona criando malvas.
Resistir y pelear han de ser los verbos a conjugar. No se puede permitir que los locos nos impongan sus absurdas, y criminales, ideas. Aplastar la libertad no puede, ni debe, salir gratis.
Aquellos que privan a los demás de sus derechos, no solo hacen daño a quienes perjudican directamente, desgraciadamente crean el caldo de cultivo para que el futuro se impregne de egoísmos y bastardos intereses.
En esta temporada de 2022 que ahora comienza de seguido, hemos de recuperar nuestro ritmo, para recuperar tiempo perdido. Y no solo por la pandemia, también por la insignificante respuesta dada a los enemigos de la Fiesta.
Las cien tardes que dicen tiene firmadas ya Morante, en ferias grandes y pueblos pequeños, es un gran banderín de enganche para recuperar ese tiempo pasado. Si las tiene firmadas será porque al menos se van a celebrar muchos festejos. Ganaderías, compañeros y público en general tenemos la oportunidad de vivir intensamente nuestra pasión por la Tauromaquia.
La lucha de Ucrania ha de servirnos para saber que nada es regalado. Que cuanto mas se empeña el enemigo en dañarnos más fuertes hemos de ser en la resistencia. En un mundo donde la vida y la muerte se dan cita, como la Fiesta Brava, todos a su alrededor hemos de estar a la altura de lo que demanden los tiempos que vivimos.
Ya se que no es igual lo que en Ucrania pasa, pero también se que no se puede dejar a los enemigos el terreno libre de obstáculos.
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