
'..Desde el primer momento, el «delito de odio» está concebido como instrumento para perseguir y reprimir ideas y hechos que el poder no quiere ver divulgados. Y sobre todo para frenar a una oposición que pone en peligro su poder y, en el caso de España, la impunidad por los muchos crímenes cometidos desde el poder..'
El «delito de odio», arma de guerra
Hermann Tertsch
«El Gobierno investiga los ‘discursos de odio’ de quienes apoyan la prohibición de los ritos islámicos en Jumilla por parte de VOX». Desde el primer momento, el «delito de odio» está concebido como instrumento para perseguir y reprimir ideas y hechos que el poder no quiere ver divulgados. Y sobre todo para frenar a una oposición que pone en peligro su poder y, en el caso de España, la impunidad por los muchos crímenes cometidos desde el poder.
Por eso es lógico que gobiernos amenazados por la oposición creciente de fuerzas patriotas en todo el mundo y mucho más los gobiernos ilegítimos y abiertamente criminales como el español actual recurran a esta aberración jurídica para perseguir a la oposición real. También hay otros instrumentos, pero este es uno de los más manidos:
A Donald Trump lo han intentado encarcelar mil veces y asesinar unas cuantas; a Călin Georgescu, cuando ya era virtualmente ganador de las elecciones rumanas lo inhabilitan; a Marine Le Pen, la favorita para ser presidente de Francia, la inhabilitan con una excepcionalidad canalla por algo hecho por cientos de eurodiputados; a Matteo Salvini intentan meterlo en la cárcel por defender las fronteras de su país de una invasión; al partido Ley y Justicia de Polonia (PiS) lo acosa la alianza de Partido Popular y la izquierda con inmensa saña, parlamentarios y funcionarios presos, acoso, censura, intimidación; a la AfD, el único partido que en Alemania se atreve a decir la verdad y defiende el sentido común lo quieren ilegalizar; a Jair Bolsonaro le imponen prisión domiciliaria por denunciar que hay miles de presos políticos bajo el criminal narcocomunista Lula. cuando bajo él, tan denostado, no había ninguno; a María Corina Machado la inhabilitaron y a Edmundo González después de ganar lo acosaron, amenazaron y mandaron al exilio; a Álvaro Uribe, lo condenan e inhabilitan en un juicio farsa propio del estalinismo en una trama orquestada por el narcocomunismo que protege al enfermo terrorista Gustavo Petro; hay mil ejemplos más de atropellos del socialismo en sus diversas formas, desde la vegana de Von der Leyen y la carnívora de Sánchez a la caníbal de Maduro. Aunque las tres pretenden lo mismo y muchas veces se cambian el plato.
A VOX que ya se ha convertido en la única esperanza de muchos millones de españoles y especialmente de la juventud, lo quieren destruir hoy más que nunca. Para ello el Gobierno cuenta con un gran abanico de complicidades que va, qué casualidad, desde ETA y los obispos hasta parte del Partido Popular.
Como suele decir Santiago Abascal, «aun no hemos visto lo peor de Pedro Sánchez». Acorralado será aún peor alimaña. Pero VOX con millones de españoles le harán frente y España mandará al banquillo y a prisión a estos felones que tan infinito daño han generado.
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