
Francisco Vega de los Reyes "Gitanillo de Triana" Curro Puya (Sevilla 1903-Madrid 1931)
'..la inmensa mayoría de los toreros, al realizar la Verónica, dejan la mano de atrás, la de entrada, apoyada a la altura de la cadera, o ligeramente más baja, y mueven el capote solo con una mano, cuando en la verdadera Verónica, la que se hace con profundidad, esa mano debe ir a la bragueta, moviendo el capote con las dos manos al unísono, y bajándolas, como hacía Curro Puya..'
La falsa Verónica
Rafael Comino Delgado
Cuando se inició el Toreo a pie, el torero llevaba en la mano izquierda una tela, un lienzo, reminiscencia de la capa que usaban antes los ayudantes (más tarde fueron toreros a pie) que tenían los caballeros, para defenderse y hacer quites cuando ello fuese necesario. Con esa capa se hacían y hacen distintas suertes, como la Verónica, base fundamental del toreo de Capote. Hay algunos datos indicativos de que su inventor fue Costillares, y desde luego ya aparece recogida en las tauromaquias de Pepe Illo (1796) y de Paquiro (1836). Originariamente la Verónica se daba totalmente de frente al toro, cogiendo el Capote con las dos manos.
Se cree que el nombre se debe a su similitud al presentar el capote a como la Verónica presentó el lienzo, para limpiar el rostro de Jesucristo.
Al estar totalmente de frente el torero tenía que sacar los brazos hacia un lado, para desviar la embestida del toro. Más tarde Manuel Domínguez “Desperdicios” empezó a dar este lance de perfil o costado, lo que Rafael Guerra “Guerrita” asimiló y hacía habitualmente. Ello hizo fortuna entre profesionales y públicos, y así se ha consolidado. Hoy lo que se considera más ortodoxo es realizarla dando el medio pecho al toro. Puede hacerse con el compás abierto o cerrado, incluso de rodillas.
El primer gran intérprete de la Verónica introducida por Guerrita, fue Juan Belmonte, que la hacía dejando los pies fijos y con arte, pero casi siempre terminándola por arriba. Más tarde Curro Puya (Francisco Vega de los Reyes; Sevilla,1904- Madrid, 1931), fue un gran estilista de este lance, que siempre intentó hacerla como Belmonte pero por abajo; llevaba las manos abajo, especialmente la de entrada, es decir, si toreaba por el pitón derecho la izquierda y si lo hacía por el izquierdo la derecha, que iban a la bragueta. Grandes capoteros, especialmente interpretando la Verónica, han sido Manolo Escudero, Joaquín Rodríguez “Cagancho”, Victoriano de la Serna, Fernando Domínguez, Antonio Ordóñez, Paco Camino, Curro Romero, Rafael de Paula, Fernando Cepeda, José Luis Galloso, Luis de Pauloba, Finito de Córdoba, Morante de la Puebla (aunque este hace con demasiada frecuencia la que llamamos, “Falsa verónica”), entre otros muchos.
Si bien entendemos nosotros que últimamente, son pocos los que interpretan la Verónica verdaderamente clásica, la mayoría lo que hacen es simplemente “lancear” con el capote, como me dijo, en cierta ocasión, el maestro José Luis Galloso, gran capotero. En este sentido he observado, desde hace, al menos, unos 20-25 años, que la inmensa mayoría de los toreros, al realizar la Verónica, dejan la mano de atrás, la de entrada, apoyada a la altura de la cadera, o ligeramente más baja, y mueven el capote solo con una mano, cuando en la verdadera Verónica, la que se hace con profundidad, esa mano debe ir a la bragueta, moviendo el capote con las dos manos al unísono, y bajándolas, como hacía Curro Puya, y que antes hemos expuesto, pero para torear así hace falta mucho valor. Creo que el máximo exponente de esta forma de torear (mucho más fácil que llevando la mano a la bragueta y moviendo el capote con las dos manos), con el capote ha sido José Tomás, que lo hacía casi siempre o siempre; tal vez por ser quien es, muchos le han imitado. Nosotros hemos llamado a esa forma de hacer la Verónica , “falsa Verónica” o “Verónica delantal”, o “Delantal verónica”, o ni Verónica ni Delantal” porque es mitad Verónica y mitad Delantal. Muchos toreros me han dicho que es bastante más fácil que la verdadera, y no me gusta, o me gusta mucho más la que daba Curro Puya, tal vez el que mejor haya toreado a la Verónica, si bien he observado que algunos la aplauden a rabiar. ¡Pues que la disfruten!
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