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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 22 de agosto de 2025

Álvaro Martínez Conradi, ganadero de La Quinta: «Un toro bravo ha de ser tan fiero como noble»

Borja Jiménez, durante la lidia a Tapaboca, el histórico toro indultado en BilbaoEFE

Entrevista en exclusiva con el ganadero de Tapaboca, el toro indultado en Bilbao

Álvaro Martínez Conradi, ganadero de La Quinta: «Un toro bravo ha de ser tan fiero como noble»

Andrés Amorós
El Debate / 21 ago. 2025 
Para sorpresa de muchos, la gran noticia taurina saltó en Bilbao. Por mucho que les pese a los que no quieren ver a los toros ni en pintura, el indulto de Tapaboca, el gran toro de La Quinta, ha sido una magnífica noticia para la Fiesta. Ante todo, una noticia estupenda, en el País Vasco. Resulta que en Bilbao también se han tirado al ruedo muchos jóvenes para sacar a hombros a un torero. Supongo que eran vascos: los cientos o miles de turistas que acuden a Bilbao con motivo de los toros (si lo dudan, pregunten en los hoteles y restaurantes) no suelen ser jóvenes que se lancen al ruedo. Por mucho que pretendan sofocarlo y aunque muchos se hayan marchado, todavía quedan en Bilbao muchos vascos que están orgullosos de ser españoles y que son aficionados a los toros.

Pero el indulto también ha sido noticia de primera página en toda España, en Francia y en Hispanoamérica. Recibo muchos mensajes preguntándome si ha sido para tanto. ¿Qué voy a contestar? Que sí ha sido para tanto ver el emocionante espectáculo de un toro que era un torrente inagotable de bravura y de un diestro que no se amilanaba, sino que intentaba torearlo con clasicismo y con pasión.

Este indulto ha sido un premio para Borja Jiménez, al que le tocó ese toro: un premio merecido, porque lleva un par de temporadas entregándose al máximo e intentando perfeccionar su estilo.

Borja Jiménez da la vuelta al ruedo junto a los hijos de Martínez Conradi

También ha sido un merecido premio para la ganadería de La Quinta, de encaste Santa Coloma, que lleva años criando toros encastados. En concreto, para el ganadero Álvaro Martínez Conradi, el padre de los dos jóvenes que dieron la vuelta al ruedo con el torero. Al día siguiente del gran éxito, casi agotado de recibir felicitaciones pero feliz, tiene la amabilidad de recibirme, en su hotel de Bilbao. Está desayunando tarde, a media mañana.

–Anoche nos acostamos tarde. No nos dejaban, los amigos…

Estamos solos él y yo, en la cafetería, pero no paran de interrumpir nuestra charla las llamadas a su móvil. Me cuenta quiénes son algunos: profesionales y aficionados de todo el mundo taurino…

–Empecemos por la polémica. Para ti, ¿mereció el indulto Tapaboca?

–Yo creo que sí. Mi hijo Álvaro ha dicho que es uno de esos toros con los que sueña un ganadero. Ha sido un buen ejemplo de lo que buscamos, en la ganadería. Cuanto más le exigían, mejor respondía.

–Lo discuten algunos por la suerte de varas.

–Entró bien al caballo, empujó. Fue el picador el que levantó la puya. También entró bien la segunda vez. No se fue, no se repuchó.

–Le aliviaron el castigo.

–Para que un toro aguante una faena de las que hoy se exigen para un triunfo grande, hay que medir, en el caballo, al toro que empuja. El que no empuja, naturalmente, se quebranta menos.

Desde Presidencia han mostrado el pañuelo naranja, muy celebrado por el público de Bilbao

Momento en el que la Presidencia de Bilbao mostró el pañuelo naranja, que concede el indultoEFE

–Pero tú defiendes la importancia de la suerte de varas.

–¡Por supuesto! Soy muy partidario de esa suerte, me parece decisiva. Lo que no quiero que maten al toro en el caballo. En casa, en la placita de tientas, seleccionamos en el caballo. Buscamos sementales con animales de cuatro años, no de dos, como antes se hacía: «quemamos» muchos, antes de elegir semental. Sale caro pero es la única forma de seleccionar bien.

–Tú defiendes que el toro bravo ha de tener cierta fiereza.

–Así es. A nuestro inolvidable amigo Manolo Vázquez, esa palabra no le gustaba, le recordaba las fieras de la selva. El toro bravo es otra cosa: ha de ser tan fiero como noble. Además, buscamos la fijeza, la movilidad, la expresión, ser pronto: lo que siempre ha sido un toro bravo.

'Vi las cualidades de Tapaboca casi desde que apareció en el ruedo. Le dije a mi mujer: «¡Éste va a ser!»

Álvaro Martínez Conradi
Ganadero de La Quinta

–Tapaboca dio un gran espectáculo en la muleta: no paraba de embestir.

–Al bajarle más la mano, embestía todavía mejor. Cuando ya lo habían indultado, seguía galopando.

–¿Viste pronto sus cualidades?

–Casi desde que apareció en el ruedo. Le dije a mi mujer: «¡Éste va a ser!».

–Fue el último de la tarde. Sus hermanos, los anteriores, se quedaron a medias.

–Sinceramente, no me gustaron. Fueron nobles pero sosos, no decían mucho.

–No sé si sabes que Antoñete llamaba «tapaboca» a la estocada: aunque no haya habido una faena lucida, si la estocada era buena, el público lo perdonaba. Por cierto, ¿por qué ese nombre?

–Es mi hijo Álvaro el que pone los nombres, según las condiciones que ve en el animal. Se lo puso a la vaca, claro está. El nombre del toro, exactamente igual: la palabra sirve para los dos géneros.

–¿Por qué elegisteis a ese toro para Bilbao?

–Por los dos criterios básicos: la reata y el trapío. Dos hermanos suyos nos han dado muy buen resultado.

Borja Jiménez, durante la lidia de ese sexto toro para la historia de Bilbao

–Vuestro encaste, Santa Coloma, tiene su trapío propio.

–Y no se le puede sacar de ahí. Yo agradezco a Madrid que eso lo haya aceptado. Con 600 kilos, ya no sería un Santa Coloma. Lo que sí he mejorado un poco, desde que inicié mi ganadería, son las caras. Antes, muchos animales de ese encaste tenían unos pitones que hoy no se admitirían, en algunas Plazas.

–¿Os plantea ese encaste algún problema específico?

–La consanguinidad. Hemos de mezclar con lo nuestro. Dentro de eso, procuramos abrir líneas. Por eso tenemos cada año una docena de sementales, que nos duran tres o cuatro años.

–No es el primer toro que os indultan.

–No. Juan Bautista indultó uno en Istres. También, nos han indultado en Castellón, en Santander…

–Lidiáis mucho en Francia.

–Como todo el mundo sabe, funcionan bien en muchos aspectos, hacen caso a los aficionados. Te añado otra cosa: suelen tener los toros en la Plaza con antelación, para evitar el estrés del viaje. En nuestro encaste, eso es muy importante: lo hemos comprobado y buscamos el modo de remediarlo.

–El éxito de un toro depende mucho también del diestro que le toque.

–¡Sin duda! Borja le hizo una gran faena. Imagínate que no lo indultan, hace una faena vulgar y le da siete pinchazos: nadie se acordaría ya del toro.

–Lo vimos el otro día, en Gijón: un diestro no se entendió con un toro vuestro.

–A mí me gustó mucho ese toro… Por eso, conviene que los diestros que van a torearlos se hagan a la ganadería: que vengan a casa y se familiaricen con su forma de embestir.

–¿Qué hace falta para triunfar con vuestro encaste?

–Poderle al toro. Ser un torero poderoso. Y, también, tener cabeza, ver claras sus condiciones.

–¿Quién han sido los mejores, con este encaste?

–Sobre todo, Paco Camino. Los entendía como nadie, fue el rey de Santa Coloma. Por eso, mataba camadas enteras. Le bastaba con verlos salir del chiquero para comprender sus cualidades. A veces, sólo con verlo salir, ya lo había visto: «A éste, hay que matarlo. No va a mejorar».

–Y, ¿en los últimos años?

El Juli, una cabeza privilegiada y un estudioso del toro. Lidió un toro nuestro y el banderillero le advirtió que era hijo de una vaca que él había toreado, en casa. La recordaba perfectamente y le dio la misma lidia que había dado a la vaca, la que el toro pedía, enganchándolo muy en corto… Hoy en día, varios: Emilio de Justo, Daniel Luque…

–¿Y Roca Rey?

–Mató una corrida nuestra en Arles y le cortó cuatro orejas.

–Siempre repito que, a mí, me gustaría ver un mano a mano de Luque y Roca Rey, con vuestros toros. ¿Crees que lo voy a ver?

–Sólo de ellos depende. Por nuestra parte, encantados. Pero no lo veo fácil.

–Siempre se ha dicho que las grandes figuras deben matar todos los encastes.

–Así debe ser: por su satisfacción personal y por el entrenamiento que supone supone enfrentarse a problemas diferentes.

–Vuelvo al comienzo, a Tapaboca. ¿Estaba muy herido?

–No, lo normal. Le quitaron las banderillas y le pusieron un antibiótico, como siempre se hace, para evitar infecciones. Esa misma noche lo llevaron para nuestra casa. Si no surgen complicaciones inesperadas, se recuperará bien.

–¿Lo vas a emplear como semental?

–¡Desde luego ! Pero no siempre los grandes toros dan los mejores resultados, depende de cómo liguen, de la consanguinidad….

–Este éxito, ¿te va a hacer cambiar algo, en la ganadería?

–No. Nosotros seguiremos nuestro camino de siempre.

–Una última pregunta. Un toro indultado, en Bilbao, ¿no es una noticia que merece estar en los telediarios de toda España?

–Yo creo que sí.

Pero no lo hemos visto.. Así estamos, en España.

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