
Javier Tebas y Rafael Louzán durante la presentación de la nueva Junta Directiva. RFEF
-La RFEF anunció el pasado lunes que solicitará a UEFA y FIFA disputar el encuentro de La Liga en el Hard Rock Stadium de Miami, un viejo deseo de Javier Tebas desde hace años.
-Más información: La RFEF traslada a UEFA y FIFA la solicitud de jugar el primer partido fuera de España en la historia de La Liga
El trampantojo de Miami: el último truco del fútbol español llevando el Villarreal - Barça a Estados Unidos
Por Miguel García Caba*
Louzán y Tebas. Tebas y Louzán. Tanta monta, monta tanto -o eso se cree Louzán-… y tanto traman, uno al piano y el otro soplando la trompeta del negocio. En pleno agosto, cuando el balón duerme y el país bosteza, han cocinado un plan que amenaza con dinamitar la igualdad e integridad en LaLiga.
La bomba estalló este lunes, a la hora de la siesta: la RFEF autoriza a Barcelona y Villarreal a pedir a la UEFA que su partido de la jornada 17 se juegue en Miami. Sí, en Estados Unidos. El mismo organismo que ganó tres pleitos contra LaLiga por esta misma ocurrencia -y con condena en costas en los tres- ahora le pone la alfombra roja.
Y lo más sangrante: son los mismos que, hace apenas unos días, denegaban al Real Madrid aplazar su primer partido de Liga contra Osasuna.
En dos resoluciones sucesivas, el Juez Único y el Comité de Segunda Instancia repitieron como un mantra que no se puede alterar el calendario oficial, que eso rompe la integridad de la competición, que solo cabe hacerlo por fuerza mayor “indubitada” y que “la previsibilidad y el orden” son intocables.
Esas palabras, que parecían grabadas en mármol, han durado lo que un helado en la playa.
Una norma clara… que ahora molesta
En 2018 la FIFA lo dejó cristalino: los partidos oficiales de una liga deben jugarse en su territorio. La RFEF defendió esa norma con uñas y dientes… hasta ayer. Igual que hace diez días defendía, con todo su aparato jurídico, que el Mundial de Clubes no era fuerza mayor para mover un Madrid–Osasuna.
Pero aquí, de pronto, se decide que el Barcelona no visitará el Estadio de la Cerámica. Campo neutral, cero presión, excusa perfecta para “llevar LaLiga al mundo”.
La integridad que antes era sagrada, ahora se convierte en moneda de cambio comercial. Y en el caso Villarreal-Barcelona, la norma se disuelve como un azucarillo en el café de los intereses.
Más marketing que fútbol
Esto no es deporte, es negocio envuelto en celofán. El calendario se retuerce para vender un producto empaquetado, y la integridad queda como daño colateral. Y cuidado: si no hay consenso total entre los clubes -y alguno ya ha dicho que no-, será una imposición pura y dura.
Un amaño institucional. No en el marcador, pero sí en el tablero. Y con un agravante: en el caso Madrid-Osasuna la norma se aplicó con rigidez espartana; en el caso Barcelona-Villarreal, la norma se evapora.
El fútbol no es un circo ambulante
Convertir un partido oficial en un espectáculo itinerante es abrir la puerta a que cualquier jornada se dispute en cualquier rincón del planeta, que un derbi se juegue a miles de kilómetros, con patrocinio extranjero, pero sin alma, sin afición… y, lo más grave, rompiendo la igualdad e integridad de la competición.
Y si alguien cree que exagero, que imagine esto: el Barcelona gana ese partido en Miami y, meses después, conquista la Liga por uno o dos puntos de ventaja sobre el segundo. La respuesta es evidente: competición adulterada. Sin más.
El fútbol español no puede permitirse este trampantojo. Ya se paró una vez en seco. Y más vale que vuelva a pasar, porque el golpe ahora es directo al corazón de la competición.
*Miguel García Caba es profesor de Derecho Administrativo y académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación
Tebas odia al Real Madrid, un personaje que debiera dimitir de su cargo , por su poca neutralidad. Un individuo que se comporta de esa forma no debe ocupar ningún cargo de responsabilidad. Ymarcharse a vivir en Cataluña.
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