'..Seguirá este corto ciclo este viernes 15 de agosto, día más prolífico del calendario taurino, con una corrida de toros nocturna. Esperemos que esta vez estemos de fiesta y de verbena, porque esta noche no hubo ni una ni otra para nadie, sino todo lo contrario..'
Las Ventas: Ni fiesta, ni verbena
Por Jean-Charles Olvera - España
Una novillada nocturna de Aurelio Hernando abrió el ciclo corto de dos festejos en Las Ventas, en torno a las populares fiestas y verbenas madrileñas de la Virgen de la Paloma, antes Virgen de la Soledad.
De hecho, en esta noche hubo más calor sofocante y soledad que fiesta o verbena en Las Ventas. La plaza se veía con escaso ambiente taurino en los tendidos: apenas oímos un discreto, pero siempre molesto, "¡Viva...!" y ni los silencios se hacían cuando los novilleros levantaban sus espadas. Tampoco se oyeron palmas de tango del 7 y las gradas se vieron más vacías que durante el último Certamen de novilladas, instalándose ocasionales y ruidosos vecinos desconocidos, poco acostumbrados a la seriedad y exigencia del coso capitalino. Y estos vinieron como partidarios de tal o cual novillero, sin importar si lo que hiciese fuese bien o no. En eso, ganaron los 'ultras' de David López, que vinieron a apoyarle desde Colmenar Viejo, y que pidieron a gritos y pañuelos la oreja del primer novillo, tercero de la noche de López, como si fuese el Morante de la pasada noche marbellí.
Resistió con criterio el palco dirigido por José Antonio Rodríguez San Román. Pero es cierto que lo poco que vimos esta noche, lo fue durante la faena de David López a este jabonero de nombre 'Embrujo', siendo lo único destacable de toda la novillada. Bien puesto estuvo el colmenareño, con sitio y distancia, intentando interesar al 'veragua' que fue a menos, acusando flojera y saliendo distraído de los pases limpios del novillero. Mató de entera desprendida. Tardó en salir a saludar al tercio tras ovación, y no hizo esa vuelta que otros hubieran dado, con división, sabiendo que al conjunto le faltó ligazón y profundidad. Pero su actitud gustó, como su pundonor al evitar esa inútil vuelta que exigían sus propios vecinos.
El novillo que cerró plaza fue el único que embistió al capote, pero cortando la trayectoria, poniendo en dudas al madrileño. También quiso lidiarlo, pero el novillo, también jabonero, se fue a menos, distraído y con floja embestida descompuesta. Notable actuación global de David López, único novillero de la noche que se presentaba en Las Ventas, que nos gustará volver a ver, confirmando con otro tipo de ganado más encastado.
Los otros cuatros novillos fueron recibidos con tibias palmas en salida de chiqueros por el inusual pelaje jabonero o albahío, típico de esta ganadería, también de Colmenar Viejo. Pero les faltó lo principal, la casta. No tuvieron ni celo, ni raza, ni transmisión, impidiendo cualquier tipo de lucimiento para Álvaro Seseña y Valentín Hoyos, ambos novilleros del agrado del aficionado de esta plaza. Lo intentaron en cada momento, pero estrellándose literalmente con tan poca casta.
Seguirá este corto ciclo este viernes 15 de agosto, día más prolífico del calendario taurino, con una corrida de toros nocturna. Esperemos que esta vez estemos de fiesta y de verbena, porque esta noche no hubo ni una ni otra para nadie, sino todo lo contrario.

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