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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 15 de febrero de 2014

El conflicto / Por Ignacio Ruiz Quintano


El zulo

"...Por una de esas “cosas del conflicto”, precisamente, Bolinaga echó mano a un funcionario del Estado, que era Ortega Lara, y, como los niños que crucifican ranas, lo enterró en una caja de 2.5 x 1.8, mugrosa y húmeda, a la orillica del Deva. Ahí lo tuvo, hasta que se lo quitó la Guardia Civil, durante 532 días (con sus noches): Ortega suplicando que le matara en lo que él le daba al pacharán y (Napoleoncico de Mondragón) jugaba al ajedrez..."


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Ayer, en un homenaje de los Amigos del Conde de Colombí al ganadero de bravo José Escolar, se habló de Fernández Salcedo, que en “Los cuentos del viejo mayoral” se quejaba del excesivo manejo de los toros en el campo, pues el contacto con los hombres les resta fiereza en la lidia.

Y un amigo del CSIC me aseguraba un día que ni los ratones del laboratorio (movimientos, miradas) se libran de la simpatía a que da lugar el roce entre seres vivos.

–Con el tiempo les tomas cariño y te apena darles el chute.

La única excepción conocida es el etarra Bolinaga.

Los etarras hablan de “las cosas del conflicto” con la misma reverencia que los gitanos de George Borrow hablaban de “las cosas del Egipto”.

Por una de esas “cosas del conflicto”, precisamente, Bolinaga echó mano a un funcionario del Estado, que era Ortega Lara, y, como los niños que crucifican ranas, lo enterró en una caja de 2.5 x 1.8, mugrosa y húmeda, a la orillica del Deva. Ahí lo tuvo, hasta que se lo quitó la Guardia Civil, durante 532 días (con sus noches): Ortega suplicando que le matara en lo que él le daba al pacharán y (Napoleoncico de Mondragón) jugaba al ajedrez.

Sin ánimo de comparar “la solución final” (cadena de montaje industrial) con “las cosas del conflicto” (cultura manual, como el pilpil), sólo algún nazi escogido puede presentar ese expediente psicológico.

Bueno, pues el nazi, a efectos mediáticos, es hoy la víctima, y todo por decir que no le parece bien que su verdugo ande de vinos por la calle.

Hannah Arendt descubrió que la huida de los alemanes ante la realidad fue tratar los hechos como si fueran opiniones, que es lo que aquí pretenden los bragados humoristas de “El Jueves” al vestir a Ortega Lara con la esvástica, luego, eso sí, de que bragados periodistas de izquierdas lo asociaran con Le Pen, aunque después, por supuesto, de que bragados políticos de derechas lo nombraran “heredero de Blas Piñar”.

Es el gas de los pantanos.

*** 

1 comentario:

  1. Que buen aposento sería esta confortable mazmorra para que Zapatero y su cómplice Rajoy permanecieran el mismo tiempo -532 días! tal como estuvo alojado Ortega Lara invitado por el buen samaritano Bolinaga perteneciente a la Orden de la Cruzada Vasca, ETA.

    Saludos en el día del Señor.

    F, Satrústegui.

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