"...la inmensa mayoría de los venezolanos – quieren “una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley..."
El Día de Júpiter
RAZONES Y SIN RAZONES
Francisco González Cruz
Rector Fundador de la Universidad Valle del Momboy en Valera.
Los jóvenes están claros. El 12 de febrero - su día – marcharon por una Venezuela más justa, segura, próspera y de oportunidades. Marcharon contra la inseguridad, contra el fracaso económico que cierra oportunidades, contra la exclusión. Y lo hicieron de manera multitudinaria y pacífica. Al terminar la marcha se retiraban en paz. Y sucedió lo que todo el mundo sabe e incluso el gobierno ha reconocido: los rezagados fueron emboscados y fuerzas del SEBIN mataron a dos de los marchantes. También ellos mismos mataron a uno de los jefes de los “colectivos”. Y se desencadenó la tragedia.
Las razones de la propuesta se pueden resumir así: los jóvenes – y la inmensa mayoría de los venezolanos – quieren “una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna---“.
Así mismo quieren que Venezuela sea “ …un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”.
Un Estado que tenga como “fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución”.
Estos son textos que están en la Constitución y ese es el programa fundamental de los venezolanos. Y esas son las razones de las protestas porque nadie en su sano juicio cree que este es un Estado de justicia, cuando la casi totalidad de los jueces son provisionales y desde los altos tribunales se ordenen las sentencias. Todo el mundo sabe que es una estado centralizado que ha perdido mucho de su federalismo. Que se coarta muy gravemente la libertad. Que el derecho a la vida no existe con 25.000 asesinatos al año. Que la prosperidad va en retroceso con inflación, escasez, carestía, quiebra de empresas y desempleo.
Que por la lucha por estas disposiciones constitucionales sean un delito parten de una ideología que no está en la carta magna. Es el empeño por imponer un modelo socialista que no es constitucional y que además fue rechazado por la mayoría de los venezolanos en un referéndum convocado al efecto por el propio gobierno. Son las son razones de un empeño sectario y totalitario por desconocer la voluntad popular.
La solución de los gravísimos problemas nacionales está escrita en la Constitución. Así se lo recuerdan los estudiantes al gobierno. Y así se lo recuerdan las academias nacionales, las universidades, los intelectuales y muchos de los inspiradores iniciales de esta trágica aventura. Así se lo ha recordado el pueblo en general. Así lo advierte con meridana claridad la Conferencia Episcopal Venezolana.
FGC/26-02-2014
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