Juan Miguel Núñez:
Esta lámina, "Vista de la Plaza de toros de Madrid 1752", está dedicada a los contertulios y amigos del cronista taurino Curro Fetén, que fue santo y seña de la afición taurina y de la lealtad.
El propietario de la obra, Juan Barco, mecenas y filántropo de todo lo que es arte inspirado en la Fiesta de los Toros, la ha cedido para su reproducción, llevada a cabo en los talleres del Grupo MT, de Baeza, que dirige Manuel Torres, quien con igual generosidad se suma a la iniciativa del grupo de periodistas y escritores, representantes del colectivo taurino y amigos del inefable Curro Fetén, cuyo ideario profesional y humano hace que, al cabo de catorce años de su muerte, su recuerdo tenga carácter de genio y figura.
Juan Miguel Núñez, Juan Lamarca, Antonio Carrasco, Luis Álvarez, José Ramón Márquez,Juan Barco, Manolo Torres, Ignacio Ruiz Quintano, Ángel González Abad
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Madrid, 28/02/2014.-
Y allí retornó la tertulia, entre fogones y bodega, sobre mesa y mantel, rebozados en óleos y fotos de la gloria del toreo del histórico restaurante "Salvador", el de la otrora castiza calle Barbieri, que fuera flanqueado en aquella "edad de oro de Madrid" por el hontanar de arte flamenco de Manolo Caracol, "Los Canasteros", -hoy ya hornacina de Pepín Cabrales- y por "Los Jiménez" taberna cordobesa donde Antoñito era más que califa, y de frente las ruinas del hotel "Mónaco" donde Laureano se iniciara para luego labrarse su leyenda de la "Pañoleta" a "Gitanillos"...
El recuerdo de Curro Fetén alegraba los corazones de Juan Miguel Núñez, Antonio Carrasco, Luis Álvarez, Juan Barco, Manolo Torres, Ignacio Ruiz Quintano, Ángel González Abad, José Ramón Márquez y Juan Lamarca. Todos, entre manjares y buenos caldos, aportaron algo más sabroso aun del perfil del cronista taurino más genial que haya existido, el cordobés Gonzalo Angel Luque del Pino "Curro Fetén".
Faltó Pepe Blázquez, el alma de "Salvador", por encontrarse en el "hule", pero ya nos contará otro día las cosas de su amigo Curro.......
Recordando a Curro Fetén ......
Juan Miguel Núñez
En Madrid, a 27 de febrero, 2014
Ingenioso y oportuno, ocurrente y de gran agilidad mental. Y más aún, por su extrema bondad y optimismo estable, Curro fue un regalo permanente, ejemplo de cordialidad, de lo más gratificante en el trato personal para los que tuvimos la suerte de vivir cerca de él. Por eso seguimos echándole de menos.
Un almuerzo en Casa Salvador, en la madrileña calle de Barbieri -lugar que frecuentaba "a la hora de la cuchara humeante", como solía decir con su peculiar, singular y proverbial gracejo-, ha sido una buena excusa para traerlo a nuestra memoria.
La idea de este encuentro surgió una noche de tertulia en el periódico ABC, cuando de repente el nombre de Curro y su personalidad hicieron brotar sentimientos y devociones, tanto de los que lo conocimos y amamos como de los que supieron de él por oídas y leídas. Todos de acuerdo en el respeto y la admiración por Curro Fetén.
Ignacio Ruíz-Quintano tiró el guante, y acto seguido se sumó al compromiso José Ramón Márquez. Los dos son seguidores de Curro "por lo que cuenta de él Juan Lamarca", o Juanito, según el apelativo con el que ambos lo motejan, que en absoluto tiene sentido de diminutivo, todo lo contrario, lleva una carga de mucho afecto. Lo cierto es que Quintano y Márquez consideraron que había que reivindicar a Fetén con urgencia y con categoría, y así nació este encuentro, gracias a los dos con mucho tirón.
Allí estaba también Ángel González Abad, que tanto aprendió de Curro en los viajes por tierras de bravura y nobleza como Aragón, Navarra y La Rioja; enseñanzas con las que después intentó la resistencia taurina en Cataluña (con eñe de España), que, pese a la que está cayendo, aún sigue en pié. Y Juan Barco, de quien queda dicho que se responsabilizó de ilustrar el encuentro con esta obra genial tras descubrir el halo de romanticismo que rodea la figura del gran Fetén. De la misma manera que Manuel Torres, impresor por excelencia y genuino representante de la amistad como bendición, aportó asimismo sus buenos oficios, la mejor tecnología para que la lámina sea algo admirable.
Y como cada uno contó lo que había, incluso que podía haber más, la lista se engrosó, naturalmente con Lamarca, para referir la "doctrina del maestro": "Para ponerlos mal (a los toreros) -nos decía-, siempre hay tiempo, y todavía no es".
Por eso también fue muy querido por los profesionales. Uno de ellos, que acude a este encuentro, es el polifacético Luis Álvarez, torerillo en ciernes por el respeto que demostró a la profesión al no tomar una alternativa con miras limitadas en sus tiempos de muy escasas oportunidades, aunque valor y arte no le faltaban, sin embargo, es todo un genio de la administración táurica, como empresario y como apoderado.
El tabernero, previa presentación de "parte facultativo", no pudo asistir, el hombre que sigue dando gloria a este lugar donde nos reunimos, santuario de la gastronomía, Pepe Blázquez, a quien el mismísimo Curro Fetén apreciaba sobre todo por el temple de sus fogones.
Y en las penúltimas evocaciones, el nombre de Antonio Carrasco, amigo y algo más de Curro, pues fue su lugarteniente y delfín en la radio y en la calle. Las anécdotas que vivió Antonio con él son un glosario de virtudes, pues el tiempo que estuvo a su lado, que fue mucho, compartió situaciones entrañables y muy sinceras, algunas también embarazosas, cómo no, pues había mucha, pero que mucha confianza entre ellos. Y en todo caso, éstas las resolvió Curro siempre restando gravedad al asunto a base de ingenio, rectitud y brillantez, que al fin y al cabo es lo que cuenta para la memoria.
Así acordamos reunirnos los amigos y contertulios de Curro Fetén. Como a él le gustaba: sin penas y alrededor de una buena mesa.
Por lo que se refiere a la estampa que firma el italiano Antonio Joli (Módena 1700 - Nápoles 1777) como “pintor y arquitecto de S.M.C. (Su Majestad Católica)”, se trata de la Plaza que estuvo situada junto a la Puerta de Alcalá, y es la réplica de un grabado en cobre. Una joya de la pintura y la impresión taurinas, para la que se utilizó técnica de talla dulce. La estampa está iluminada de época, posiblemente por el propio Joli, y hay que hacer notar que de las pocas que se grabaron y se conocen, ninguna aparece iluminada.
El original, de 664 x 443 mm., forma parte del fondo del "Centro de Arte para la Tauromaquia - Colección Juan Barco", que se va a inaugurar en Málaga el próximo mes de marzo de este 2014.
Ésta es la traducción al español de un extracto de la descripción que aparece en la misma escrita en italiano. Es un relato de la corrida y de la propia Plaza de Toros de extramuros de la Puerta de Alcalá de Madrid en el Reinado de S.M.C. Fernando VI:
“Se hace este espectáculo quince veces, de mañana y después de comer, comenzando en Junio y terminando en Septiembre. Es autorizado por el Presidente de la ciudad de Madrid y lo recaudado es a beneficio del Hospital General de la Ciudad. Solo es destinado un toro cada vez, pero aquí para ornato de la estampa se representan varios incidentes (se refiere a las suertes del toreo que se ejecutaban entonces) habituales de contemplar.
Este anfiteatro es en su mayor parte de madera pintada de color verde, los adornos son amarillos y dorados. La balconada en superior en todo su contorno tiene 100 palcos separados y cómodos para varias personas de lo mejor de la Nobleza. El tendido inferior está todo formado por gradas para el público, de los cuales la mayor parte están al descubierto.
A) Palco para el Presidente y los señores de la Ciudad, que autorizan la Fiesta.
B) Alguaciles, Ministros de la Justicias para hacer observar las leyes.
C) Dragones a caballo, alguno de los cuales rodean el exterior del anfiteatro.
D) Soldados de infantería, llamados "Los Blanquillos", que vigilan todas las localidades dentro y fuera.
E) Puerta donde hay guardados 18 toros, de los cuales solo uno debe de salir cada vez a la Fiesta.
F) Puerta por donde son sacados los toros muertos, arrastrados por tres mulas.
G) Puerta por la cual salen los Toreros a Caballo y por la cual se retiran los que van heridos.
Los toreros a caballo son muy bella gente, de gran valor, ricamente vestidos, con bellísimos y bravísimos caballos. También los toreros de a pié son de suma agilidad y rapidez. Y todo el conjunto constituye un magnífico espectáculo".
Luís Álvarez
Manolo Torres
Ángel González Abad
Antonio Carrasco
Juan Barco
Luis Álvarez y Juan Lamarca
Ignacio Ruiz Quintano
José Ramón Márquez, entre Ignacio y Juan Miguel
Enhorabuena y muchas gracias a los señores de esta tertulia.Como siempre, lo han bordado. Creo que la memoria de Curro merece aportaciones como éstas. Con tantos azulejos que hay por ahí recordando a mindundis y alcahuetes que hicieron del periodismo taurino oficio de buscón y bufón del poder. Curro, con su gracia natural, fue algo muy serio, y recto. Me gusta la forma que han tenido de reivindicarlo.
ResponderEliminarSaludos afectuosos.
Pepe Colmenar
Gracias a ti, Pepe por tu cariñoso comentario y gracias desde aquí a todos los que le querían bien...
EliminarMarian.
Muchas gracias a todos los q estuvísteis en esa comida y en especial a Juanmi Nuñez y a Ignacio Ruiz por su columna de ayer en ABC. Habéis conseguido que su nieta y sus hijos nos sintamos orgullosos. Un beso y un abrazo cariñoso de su hija.
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