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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 23 de febrero de 2014

Florentino llamó a Aznar, que llamó a Gallardón, que llamó al fiscal, que llamó a Zurutuza / Por Juan Manuel Rodríguez



Florentino llamó a Aznar, que llamó a Gallardón, que llamó al fiscal, que llamó a Zurutuza


Juan Manuel Rodríguez
23 de Febrero de 2014 
A José Mourinho se le ocurrió decir el otro día que este Barcelona del Tata Martino era el peor en muchos años y la Yihad se le lanzó ipso facto a la yugular, sin lugar a dudas la más apetecible de largo de todas las yugulares futbolísticas de cierto pedigrí. A nadie parecía interesarle el fondo de lo que acababa de decir el mejor entrenador del mundo sino únicamente desacreditarle tanto a él como a los motivos que hubiera podido tener para realizar semejante afirmación. Probablemente si los teóricos especialistas se hubieran parado un minuto a cavilar acerca del por qué podría decir aquello Mou habrían llegado a una conclusión similar a la suya pero, sobre todo cuando se trata del portugués, a nadie le interesa demasiado pararse a pensar y en líneas generales se opta por golpear primero para salir cuanto antes en la macilenta foto de la prestigiosísima familia Tattaglia.

Nada más decir aquello se reactivó por supuesto la caza del hombre y se entabló un debate poco serio y nada interesante: Mourinho se había vuelto definitivamente loco, había perdido el poco juicio que aún le quedaba y decía aquello por afán de protagonismo, por inquina personal hacia el Barcelona o (y ésta reconozco que es buena) para desprestigiar un hipotético triunfo del City, equipo entrenado por Pellegrini y que se medía al equipo catalán en la Champions. Luego el City perdió por 0-2, con escándalo arbitral incluído, y aquella victoria sirvió para que la opinión publicada expidiera con orgullo el certificado médico de enajenación mental transitoria a nombre de José Mário dos Santos Mourinho Félix. No querría darle más munición al pelotón de odiadores de Mourinho pero al criticar así al Barça, ¿no estaría en realidad queriendo restarle mérito el técnico del Chelsea a Ancelotti y un posible triunfo liguero del Madrid ante un equipo inferior al que dirigía Guardiola?... Ancelotti, que lo ha ganado también casi todo, sí es su rival pero... ¿Pellegrini?... ¡Por favor!... Pellegrini fue el mejor segundo de la historia gracias a un extraordinario puntaje. Ahí lo dejo.

¿Cabe la posibilidad de que Mourinho dijera que este es el peor Barcelona en mucho tiempo porque verdaderamente lo creyera?... No y mil veces no. Mou siempre tiene recónditos motivos personales para decir lo que dice o para hacer lo que hace como, por ejemplo, sentar en su día a Iker. Ancelotti también sentó a Casillas pero, a diferencia del portugués, lo hizo por cuestiones profesionales y no porque le tenga antipatía. Hoy, después de la victoria por 3-1 de la Real Sociedad, muchos de estos profetas del pasado se han dedicado a seguir la estela del orate Mourinho señalando que el equipo de Martino carece de un plan B. El Tata, que a primera hora de la tarde era el héroe que igualaba los números ganadores del añorado Guardiola que ganó el triplete, por la noche había sacado de su sitio a Busquets y se había suicidado alineando a Song, que hasta hace nada era un fichaje sencillamente estelar.

Este Fútbol Club Barcelona, que es el mismo que lo ha ganado casi todo con el refuerzo añadido de Neymar, puede acabar siendo víctima de sus propias exageraciones, de aquella afectatídima pose que solía adoptar el no menos afectado Guardiola, un hombre que acabó convirtiéndose en una mala imitación de sí mismo. Ayer el Barça fue simple y llanamente arrasado por un equipo que le tenía muchas ganas tras la injustísima eliminación de Copa y que le jugó un fútbol directo con Griezmann y Vela como grandes abanderados. Nada más acabar el partido, que le servía por cierto en bandeja de plata el liderato al Real Madrid, el personal, que tiene muy mala leche, empezó a hablar vía Twitter de la posesión (64%-36%), del estado del césped, de los valors... Martino acabó expulsado por llamarle pelotudo al árbitro y, en la derrota, sólo Iniesta fue capaz de dar la cara. Andrés, a quien Martino tiene también un poco despistado, vio el vaso medio vacío al hablar de una "derrota muy dura" y un "paso atrás"; Piqué quiso ver el vaso medio lleno y dijo que el Barcelona está a un partido del Real Madrid. Ambas cosas son ciertas.

Y ahora es cuando repiquetea en mi cabeza aquella monumental chorrada de Xavier Bosch: "Florentino llamó a Aznar y Aznar a Gallardón y el fiscal cambió lo que pensaba de la querella contra Rosell". Un perfecto plan de fuga diseñado ad hoc para que gente generalmente fanatizada se evada de la cruda realidad de una operación cuando menos poco clara, la que acabó con los huesos deportivos de Neymar en el Barcelona. Si, en opinión de este periodista que además es socio culé, es posible que alguien con dos dedos de frente dé credito a una historia para no dormir según la cual es posible que Florentino Pérez agarrara el teléfono para llamar a todo un ex presidente del Gobierno y que éste accediera a ponerse en contacto con el ministro de Justicia quien, a su vez, no dudara en telefonear al fiscal para que éste cambiara sin titubear su opinión sobre la querella contra Rosell, ¿por qué no echarle también la culpa al presidente del Real Madrid de la derrota ante la Real Sociedad?... El caso es que Florentino llamó a Aznar, que llamó a Gallardón, que llamó al fiscal, que llamó a Zurutuza. A ver qué dice de esto Mónica Planas en su columna de la tele...

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