la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 28 de julio de 2014

Valencia: 5ª y última de la Feria de San Jaime: Un Cuadri de bandera, bien Rafaelillo y un Duque de Requena

“Tratero” de Cuadri, un gran toro 

5ª y última de la Feria de San Jaime en Valencia. 
Un Cuadri de bandera, bien Rafaelillo y un Duque de Requena

Aunque Rafaelillo salió a hombros por cortar dos orejas del gran cuarto toro de Cuadri que mereció la vuelta al ruedo y fue el mejor de la feria, aún estando bien, no a la altura de su oponente. Quien dio la sorpresa de la tarde y de la feria fue el nuevo matador de Requena, Jesús Duque. Un apuesto muchacho que tiene valor y lleva el toreo sentido en la cabeza. Debieron darle la oreja del tercer toro. Luis Bolívar tuvo el peor lote y, aunque quiso mucho, se fue de vacío.

Valencia. Plaza de la calle Xátiva. 
Domingo, 27 de julio de 2014. Quinta y última de feria. Tarde calurosa con viento y menos de un tercio de entrada.
Seis toros de Cuadri, muy bien presentados y de juego vario. De parado a noble y encastado aunque duró poco. Un marrajo sin paliativos el segundo. Bravucón y noble aunque a más en tardo en la muleta el tercero. Muy bravo, encastado y noble el cuarto, premiado con vuelta al ruedo. Bravucón equívoco el muy tardón y sin clase alguna en la muleta quinto. Muy mermado en todo el sexto que resultó deslucido.

Rafaelillo (carmesí y azabache): Dos pinchazos, estocada atravesada que hizo guardia, estocada entera y descabello, dos avisos y aplausos. Gran estocada, dos orejas.
Luís Bolívar (palo de rosa y plata): Muy habilidosa estocada de prontos efectos, silencio. Pinchazo y estocada corta trasera, palmas.
Jesús Duque (granate y azabache): Gran estocada, petición de oreja denegada y gran ovación. Gran estocada, ovación.
A falta de saber lo que ocurrió ayer, entramos en la plaza pensando en que no fue tan mal esta feria como creímos en principio salvo por la falta de clientes en los tendidos. Justo es reconocer con alegría que hemos descubierto a un novillero más que prometedor, Varea, y a un transfigurado Miguel Abellán que, si continúa como anda últimamente, va a dar gusto ir a verle. No es poco.
Dudé que ninguno de los tres actuantes de ayer le quitara los premios al triunfador y al autor de la mejor faena. Para mí fue Abellán con notable diferencia. Pero una vez más tengo que decir que nunca se sabe lo que puede ocurrir en una corrida hasta que se ve entera. Nada de irse antes de que salga el último toro. Nunca. El año pasado en la feria de Murcia, vimos como Rafaelillo indultó un gran toro de Fuente Ymbro tras una insospechada gran faena que contemplamos asombrados. La mejor de la vida de Rafaelillo, aquella larde trasmutado en gran artista. Ver para creer. Así que, nunca hay que perder las esperanzas en los toros. La corrida de Cuadri, quien sabe… Últimamente no he visto de esta ganadería un solo toro para disfrutarlo. ¿Entonces? Crucé los dedos de mi mano derecha. Junto a Rafaelillo hicieron el paseo Luís Bolívar y Jesús Duque que ya triunfó en su doctorado fallero aunque no me acuerdo. Deseé acordarme de él si es que le rodaran bien las cosas y vaya que le rodaron. Aunque no triunfó, en mi opinión fue la sorpresa de la tarde y de la feria.

En las tertulias taurinas cada vez menos frecuentes en las ferias y aún menos en esta valenciana de Julio – ¡cuánto añoro las de Hotel Astoria¡- , no se está hablando de otra cosa que de la ruptura de relaciones entre El Juli y Roberto Domínguez. Lo extraño del caso es que el divorcio se ha comunicado con meses de antelación a su ejecución fáctica que aplazan hasta que Julián termine su campaña. Dicen que ya lo venían rumiando desde hace tiempo. Lo que no entiende nadie, ni yo tampoco, es que no hayan esperado hasta el final para contarlo. Habrá que oír a Roberto cuando me lo encuentre. Cosa que procuraré suceda porque, si continuara apoderando a El Juli, dudo que sucediera algún encuentro porque yo, a El Juli, ya le echado por encima mi ramal del desprecio personal. E ir a verle a propósito, jamás. Lo mismo me sucedió con muchos a los que creí me querían después de ayudarles a que fueran lo que son y algunos donde están y, en cuanto pudieron, me apuñalaron por la espalda. Han sido muchos, muchísimos los traidores. Tanto es así, que cada vez que cruzaba en avión el charco para ir a México en enero cuando todavía no usábamos ordenadores ni teléfonos móviles, rehacía mi agenda y entre los que se habían muerto y los que “mataba” yo, cada año caían quince por lo menos. Y siguen cayendo, que conste.
Nunca viajé adrede para ver en ninguna parte a El Juli aunque le vi infinidad de veces por pura obligación profesional. A Julián, siempre que estuvo bien, que fueron infinidad de veces, le canté sus glorias sin reticencia alguna. Pero si no estaba yo presente y alguien me decía que en tal o cual plaza había sido algo maravilloso, me daba igual. Uno envidia a los que cuentan que han visto grandes faenas de mis toreros predilectos cuando no he estado donde las hicieron. Pero de las de El Juli no envidié nunca a los que las disfrutaron. Esto, que conste también.

¿Qué les habrá pasado a Roberto y a El Juli? ¿Quién dejó a quien? Personalmente, me inclino por que ha sido Roberto quien se ha hartado y no me choca. Sobre todo en estos últimos años de El Juli que pretende mandar hasta en las gallinas de sus corrales… En cualquier caso, afirmo que Roberto es un tipazo. Y que El Juli, no, porque por sus hechos, al final le he conocido, según dice el Evangelio… Que se lo pregunten a El Tato. Yo sé lo que pensó Raúl Gracia de El Juli cuando le echó sin contemplaciones de su breve apoderamiento. Pero no lo cuento. Así que esperaré a ver qué me cuenta Roberto si alguna vez me habla claro… Cosa que no es fácil. Bueno, dejemos el tema, que me estoy metiendo donde no me llaman y no tengo vela en ese entierro.
Y vamos a los toros de ayer que espero no fueran monas…

Merecida vuelta al ruedo con grandes ovaciones para el gran ejemplar

Por supuesto que no lo fue el primer toro de Cuadri con 570 kilos y negro de pelo que salió echando las manos por delante, quedándose corto y frenándose en seco tras los primeros capotazos de Rafaelillo que salió feamente vestido de banderillero pobre. Al tomar el primer puyazo, el toro perdió las manos aunque quedándose pegado al peto. Puesto de largo, demasiado largo, no fue al segundo y hubo que acercarlo a las rayas para darle un picotazo. Yo no me explico por qué a estos toros tan blandos y tan parados enseguida les ponen de largo en la suerte de varas. ¿Qué querrán demostrar?…Siguió haciendo cosas feas en banderillas y se fue a tablas tras el primer par. Esperó muchísimo para el segundo y para el tercero. Pobre Rafaelillo. Pretendió torear formalmente. Le robó medios o cuatros de pases con la derecha que el público jaleó como si fueran completos. Pero el tesón del murciano logró que pudiera ligar una primera tanda en redondo. Y otra después al natural aunque fue desarmado al dar el cuarto. Otra más, mejor. Había roto el toro para delante por ese pitón. Y ello gracias a la fe de Rafaelillo que, ya se sabe, cuando es auténtica, mueve montañas. Hasta consiguió muletazos diestros redondísimos hasta que el animal se negó a seguir colaborando. Se había ganado la oreja pero tardó en matarlo de varias agresiones. No obstante, fue aplaudido.


Rafaelillo apuntó dos verónicas en el saludo al cuarto, otro toro de hechuras similares a los ya lidiados, pero en cuanto al lucimiento capotero ahí quedó la cosa. Revoltoso y en corto embistió después aunque luego hizo una pelea de bravo con el caballo. Rafaelillo quitó por chicuelinas feas aunque el remate por revolera y media fue bonito. Al segundo encuentro acudió desde largo y esta vez para bien. Bravo animal en varas, sí señor. Alegre en banderillas. Muy bien Pepe Rus que saludó una gran ovación. Y brindis del murciano que empezó la faena dando distancia al toro que acudió con bravo celo a la muleta. Tanto que, a pesar de su nobleza y aunque el de Murcia se estiró por redondos, tardó un poco en serenarse. Lo consiguió acto seguido en algunos naturales que recetó con largura unos y con dudas otros por lo que el animal empezó a tardear. Emocionantes en todo caso. Como también los que siguieron con la derecha. A la par valiente y torero, Rafaelilló escuchó oles coreados y una ovación tras adornarse con variedad. A la banda, ayer magnífica en los solos de saxo, también le aplaudieron mucho. Un estoconazo recetado con bemoles y enterrado arriba y la bella muerte de “Tratero”, sin duda el más bravo de la feria, que acompañó Rafaelillo sentado en el estribo dio paso a las dos primeras orejas de la tarde, sobró la segunda, y a una merecida vuelta al ruedo con grandes ovaciones para el gran ejemplar.

Luís Bolivar vistió de palo de rosa y plata, casi igual que uno de sus banderilleros, lo que nos llevó a confundirles a veces. Hay que prever estas coincidencias. ¿No les parece? El colombiano saludó con dos lances, ero serio, negro y cuajado segundo dijo que nones en el tercero. Tomó el primer puyazo al relance y protestó mucho al sentir el castigo. Se repuchó y volvió en el segundo sin que el piquero lograra emplearse. Irregularmente cubierto el segundo tercio, Bolívar besó su montera tras saludar al presidente. Se conoce que estaba pensando en que no habría nada lucido que hacer y llevó razón. El bruto acometió corto y con genio tras pensarse en sise arrancaba o no. Más veces que no que sí. Pero Bolívar siguió intentándolo a costa de sufrir cabezazos e inquietantes miradas del marrajo hasta desistir. Lo mató con gran habilidad de estocada de rápidos efectos.

El quinto echó las manos muy por delante en el por ello frustrado saludo de Bolívar. Puestos a ver si este quinto era como el sexto, Bolívar lo colocó demasiado lejos ante el caballo y el animal se fue. Recolocado algo más cerca, fue pero salió suelto de inmediato. Insistió Bolívar por tercera vez y nada, tuvo que cerrarlo y, desde más cerca, fue. No era este toro para ser picado en un concurso como quedó demostrado. Además, al medio cumplir en varas, muchos creyeron que también iba a ser bravo en la muleta tras su mediocre comportamiento en banderillas ya casi parado y escarbador. Bolívar lo brindó por si a caso… Pretendió arrancar el trasteo en los medios citando desde lejos porque el toro estaba en tablas, remolón y distraído. Fue por fin y embistió con cierto brío aunque sin clase. Tardón siempre, le costó repetir. Los muletazos, aislados, resultaron sucios en demasía. A la par toro y torero en la falta de acople. El toro también echó las manos por delante en la muleta como lo hizo de salida en el capote. Un bravucón equívoco que se vio con ilusión pero sin que el animal respondiera a la esperanza. Ya nos habría gustado que este hubiera sido como el gran cuarto. Bolívar lo mató de pinchazo y estocada corta.


Puestos a vestir mal, Jesús Duque – natural de Requena que cortó una oreja en su alternativa aquí el pasado octubre – lo hizo con un terno granate y azabache. Otro que tal baila en cuanto a vestimenta equívoca. Afrontó al tercero de Cuadri. Otro negro serio y cuajado que apenas llegó pero no remató en tablas y le quitó el capote nada más intentar darle un capotazo. Escapado de su recuperado capote, tomó el primer puyazo en que recibió muy duro castigo saliendo escopetado de la agresión. E igualmente el segundo aunque le levantaron el palo tras volver a darle estopa. Hicieron bien porque el morlaco pareció irse arriba traicioneramente en palos poniendo en apuros a los banderilleros. Duque tiene hechuras y cara de gitano moreno y espigado. No lo es. Por la pinta, torero lo parece. Y lo fue, vaya que lo fue en los primeros compases de su faena por trincheras y de pecho. Mejor este toro que el segundo, parecido al primero en su embestir, Duque lo pasó sobre la mano derecha con cierta enjundia y con el imprescindible temple. Arte y valor. ¡Menuda sorpresa¡. Lástima de vestido. Este de celeste y oro, llenaría plaza con su sola presencia. Pese a lo que tardeó el animal cuando Duque tomó la izquierda, dio muy apreciables naturales que cerró con buenos pectorales, de descaró con torería cara y cerró la faena con dos diestros, el de pecho y un ayudado por alto. Lo más importante es que el toro no enganchó su muleta una sola vez. Y como lo mató muy bien. Tardó en doblar el toro dando lugar a un aviso mientras agonizaba visiblemente junto a las tablas. Insensible, el presidente se negó a darle la oreja que, eso sí, no todos pedimos y yo el primero. Se negó a dar una vuelta al ruedo.

No fue tan proclive al lucimiento el sexto, tan serio como sus hermanos. Al menos de salida, en el recibo bienintencionado aunque no tan nítido como el anterior de Jesús Duque. El toro cumplió manseando en el caballo sin que le picaran en serio y Duque quitó con prudencia para no agotar las posibilidades que creyó tendría en la muleta. Buen dato en cuanto a la estrategia del incipiente lidiador. Tuvo buen resultado en banderillas pese a lo que esperó el animal. Brindis al esperanzado personal asistente. Ya solo por cómo le fue andando al toro y como se fue tras los primeros pases, olía a torero. Interrumpida la grata impresión por un desarme y, vuelto a la cara del animal, éste no respondió bien al tardear mucho, quedarse muy corto y echar la cara muy arriba con cabezazos poco controlables. No obstante, Duque logró sacar algunos muletazos de excelente factura exponiéndolo todo. Su única mácula con este deslucido ejemplar fue pasarse de tiempo sin lograr lo que quería hacer y nosotros contemplar. Bien lo mató, volviendo a ser muy aplaudido.

1 comentario:

  1. Completamente de acuerdo con Vd
    Jesús Duque tuvo un gran pundonor y no se amilanó ante su primero, que le hizo tomar el olivo. Su presencia, valor y vergüenza torera con los dos de Cuadri, merecen sus agradables, justos y sopesados comentarios, que seguro agradecerá el torero. Lo del vestido seguro que lo mejorará, pues es hombre que sabe escuchar aprendiendo, también su trayectoria, tiene valor, ganas y mucha afición.
    Bisturí

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