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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 28 de mayo de 2011

OBRAS SON AMORES / Por Fernando García Terrell



 
"...No hubiese estado de más que los futuros prebostes y mandatarios de los gobiernos autonómicos, ayuntamientos y diputaciones hubiesen incluido en sus programas algún capítulo destinado a la Fiesta y hubiesen prometido, como suelen hacer -¿qué mejor momento?- , su respaldo a los festejos taurinos..."

OBRAS SON AMORES 

Por Fernando García Terrell***
 
Zaragoza, 26 de Mayo de 2011.-
Cuando el torero pisa la plaza, olvida su identidad. Al vestirse de luces sufre una profunda transformación su personalidad. En la metamorfosis abandona al fulanito de tal y adopta su nombre artístico. Tras calarse la taleguilla tan solo piensa en lo que le espera, en los toros que le caerán en suerte, en el público que acudirá al circo taurino para presenciar su lucha. Saliendo del hotel, le invade el miedo, pero el traje reluciente con el que se ha vestido, le infunde el valor necesario para llegar al encuentro que puede resultar, incluso mortal. Todo en él es: valor y miedo a la vez, responsabilidad, ganas de complacer y ante todo respeto, mucho respeto y seriedad en sus actos.

Ninguna de esas sensaciones sienten, ni trasmiten los políticos que en estos días han profanado los coliseos taurinos. Hubiera sido buena ocasión para que, al menos, dado el lugar que pisaban: alberos repletos de historia, de arte, pasión, tragedia, gloria y en definitiva cultura, hubiesen tenido un recuerdo para los partidarios de una Fiesta que ya ni ellos, ni yo, voy a llamar nacional, siguiendo los criterios que comparto con José Ramón Márquez pues efectivamente, ni parte de Galicia, ni Canarias, ni Cataluña, sienten su hechizo y han optado por desvincularse de lo nacional. Por el contrario, junto con Portugal, en los países americanos de habla hispana y en las tierras del sur de Francia ganan adeptos. Hoy en día, no somos solo nacionales sino internacionales.

No hubiese estado de más que los futuros prebostes y mandatarios de los gobiernos autonómicos, ayuntamientos y diputaciones hubiesen incluido en sus programas algún capítulo destinado a la Fiesta y hubiesen prometido, como suelen hacer -¿qué mejor momento?- , su respaldo a los festejos taurinos. Nos hubiesen camelado con la reducción de impuestos para beneficiar, como en otras muchas artes, a los que se dedican a esta ancestral profesión sin ser de la “zeja”. No he escuchado promesas de apoyo a ganaderías que abastecen los espectáculos taurinos y se crían en extensas dehesas que generando el beneficio añadido de preservar el ecosistema. Han olvidado a las escuelas taurinas que nutren de artistas o actores nuestros escenarios. No he escuchado en ninguno de sus mítines que debido a la carestía de vida o crisis actual, vayan a rebajar las pretensiones económicas y los pliegos se ajustarán a nuestra realidad social. No han aclarado que la Fiesta de los Toros no está subvencionada más que por el público que acude a las plazas y no al revés, como dicen algunos partidos antitaurinos, cuando lo cierto es que, muy al contrario, genera una de las mayores fuentes de ingresos en las arcas comunitarias y si no que se lo pregunten a la de Madrid tras los llenos continuos de San Isidro.

En definitiva, han hecho el paseíllo sin llevar en su esportón algo nuevo con que satisfacer a una afición que esperaba algo más de ellos. Se han aliviado haciendo una faena de aliño que ha ido decayendo y tras los primeros lances de inicio, se difuminó en palabrería banal, la misma que utilizan los malos empresarios que tras prometer el oro y el moro, al final de la temporada incumplen los pliegos de condiciones, con los que ganaron el concurso, y encima cuentan con la anuencia de quien ha de velar por su cumplimiento.

A sus señorías tan solo les interesan algunos toreros y es posible que hasta los veamos en Valencia para presenciar la reaparición de José Tomás, el 23 de julio. De pronto, todos serán seguidores del de Galapagar o como mucho de Manzanares o del Juli. No les pregunten por más toreros. Eso sí, está noche se juntarán en sus sedes y celebran sus incongruentes victorias. Todos habrán ganado. Pasado el día de reflexión, les advierto que una vez más han vuelto a perder la ocasión de captar votos a su favor de la familia taurina que en estos momentos tanto les necesita. Allá ellos.

Tal vez a esos señores les falte seriedad y oficio para coger el toro por los cuernos y demostrar que obras son amores… como lo hicieron ayer esos ganaderos aragoneses de reses bravas que mandaron a la “Misericordia” lo que crían: utreros encastados de Santa Coloma, vía Mayoral y Bucaré, alimentados no solo con hierba y pienso sino con mucho amor. Gracias a ellos pudimos recrearnos y hasta deleitarnos con el ganado de “Vistahermosa- Los Maños”, que pasta en los zaragozanos prados prepirinaicos de Luesia. Gracias, muchas gracias.
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***Fernando García Terrell, ex presidente de la plaza de toros de Zaragoza.-

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