-López Simón inicó la fana a sus dos novillos de rodillas en los medios-
Disposición e ideas claras de los novilleros
contra la mansedumbre del ganado
Juan Miguel Núñez / EFE
Madrid, 23 may (EFE).- Una terna de novilleros muy dispuesta, y con la ideas muy claras, pudo más que la mansedumbre y el feo estilo de los novillos, hoy en Las Ventas, en un festejo resuelto sin trofeos pero donde quedó patente el buen concepto y el valor de los jóvenes actuantes.
VALIENTES Y CAPACES
Novillada internacional, con espadas de tres nacionalidades. Pero eso fue sólo una anécdota, aunque en estos tiempos de tantas contradicciones con lo taurino sirve para reivindicar el carácter universal del espectáculo.
Lo bueno del festejo fueron las ganas de ser torero demostradas por los tres jóvenes diestros. Ansias de superación frente a la aspereza, violencia y brusquedad de "los montealtos", la mayoría de los cuales, salvo el segundo y en parte el quinto, terminarían apagándose en la muleta.
No hubo trofeos porque fue imposible estructurar faenas de triunfo. Pero hay que insistir en la actitud y aptitud de los tres novilleros, cada uno en corte y estilo diferente. Los tres, a salvo en una tarde cuyo poso final, pese a todo, fue de decepción, circunstancia ésta achacable exclusivamente al ganado.
Novillo manso, suelto y aquerenciado, el primero, que embistió siempre a su aire. La voluntad férrea de Duffau, dejándole la muleta en la cara para "taparle" la huida, logró muletazos aislados de buen trazo por ambos pitones.
El cuarto, que salió haciendo extraños regates a los capotes y manseó lo suyo en el caballo, en la muleta no fue más allá de las medias y espaciadas embestidas. De nuevo Duffau fue a por todas, aunque sin poder profundizar.
El mexicano Flores firmó los pasajes más notables de la función. Una serie de lances a la verónica, templados y mecidos, en el saludo a su grandón y basto primero, fue algo muy distinguido.
La faena de muleta tuvo también su importancia, por el arrojo y las buenas maneras. El novillo, calamocheando, acabó sometido por el temple. Lástima que le faltó un tramo a la faena, imposible desde que el astado empezó a negarse, parándose. Pero la estocada, fulminante, podía haber valido por si sola la oreja, que finalmente el presidente no concedió.
El trasteo al quinto tuvo algunas desigualdades, roto el ritmo por la descompuesta y brusca embestida del burel. No obstante, en la pelea volvió a brillar la capacidad de mando de Flores, dejando incluso destellos de su buen concepto torero. Un artista con valor.
López Simón apechó con el más deslucido del envío, el tercero, un jabonero con volumen y musculado. Un tío, que se dice en la jerga. Y manso con ganas, que enseguida cantó su condición por la falta de celo en el capote.
Tuvo mérito el novillero madrileño, que abrió faena de rodillas en el mismo platillo, corriendo la mano como si estuviera de pie. Pero el animal, cada vez más parado, abortó pronto las ansias de López Simón, que erguido e hierático, con la mano muy baja, intentó lo imposible.
El sexto parecía que iba a tener mejor condición que ninguno, y otra vez ensayó López Simón los muletazos de rodillas en el inicio del trasteo. Pero se impuso de nuevo el genio del astado, con la cara alta, descompuesto y reponiendo las embestidas. Quiso mucho el hombre, pero no fue posible. EFE
FICHA DEL FESTEJO.-
Novillos de "Montealto", muy bien presentados -casi una corrida de toros-, mansos y muy deslucidos, con muy feo estilo, pegando arreones más que embestidas, y la mayoría también viniéndose abajo en el último tercio. El segundo fue aplaudido, pero fue más por la "transmisión" que tuvo dada su destemplanza.
El francés Thomas Duffau: pinchazo y estocada (ovación tras aviso); y buena estocada (ovación).
El mexicano Sergio Flores: estocada fulminante (ovación tras petición); y pinchazo y estocada (ovación).
El español López Simón: pinchazo y estocada (ovación); y pinchazo y estocada (palmas).
En cuadrillas, buen tercio a caballo del mexicano Plácido Sandoval "Tito" en el segundo.
La plaza casi se llenó en tarde de nubes altas y calor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario