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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 9 de junio de 2012

LAS VENTAS: Oreja al valor de Alberto Aguilar / Por Juan Miguel Núñez


Alberto Aguilar con el victorino
/Fotografía: Muriel Feiner-Burladero.com/

Oreja al valor de Alberto Aguilar 

Juan Miguel Núñez  

Madrid, 8 jun (EFE).- Una oreja cortó Alberto Aguilar hoy en Las Ventas, por una faena de valor, firmeza y pundonor, incluso con atisbos de torería, a un toro de Victorino Martín, lo que le da más mérito al triunfo.

 VICTORINO VUELVE CON INTERÉS 
Tres años llevaba sin lidiar Victorino Martín en Las Ventas. Un descanso que él mismo se había tomado seguramente porque los resultados negativos de las últimas corridas.

Pero se le echaba en falta, más cuando todo el mundo sabe que la grandeza de esta ganadería está estrechamente vinculada a la historia de la monumental madrileña. Y el regreso ha cumplido las expectativas.

Victorino ha traído una corrida variada, exigente y con movilidad. Unos toros más fieros que otros, aunque haciéndole bien las cosas, sobre todo los que lucían un buen fondo de casta y bravura, al final han respondido aportando emoción.

Fue el caso del tercero, complicado por no perdonar errores, pero "tragándole" daba mucha importancia a la faena.

El primero, completamente distinto, fue noble y de un temple excepcional, quizás faltándole fuelle, aunque esto último debería contar en el debe de dos tremendos puyazos, sobre todo el segundo, además muy trasero.

Y el cuarto, que para muchos fue el mejor. Toro importante, con el que no se entendió el torero, ahogándole en las cercanías cuando lo que pedía "el victorino" era distancia.

En el extremo opuesto, segundo y quinto, fueron ingobernables. Como tampoco dio facilidades el sexto.

Otro gran protagonista que tuvo la tarde fue el pequeño gran Alberto Aguilar. Diminuto de cuerpo, pero enorme en ambición y facultades para medirse a estos toros.

Aguilar lanceó al tercero con aplomo y mucha seguridad. Un tercio de varas muy medido, dado que el toro metía bien la cara en el capote pero le fallaban las fuerzas. También el secreto de la faena de muleta sería el respiro que le dio el torero (al toro) en los primeros compases.

Dos tandas a derechas de mucha seguridad, aplomo y verdad, muy hilvanados los pases a base de quietud, y con limpieza y ajuste. Por el izquierdo hubo que tragarle más ya que se volvía el toro a partir del segundo muletazo. Y de hecho al cambiar al otro pitón pasaba ya sólo en el primero, protestaba en el segundo y sencillamente no pasaba en el tercero.

Fue impresionante lo que aguantó Aguilar. Y con qué compostura, pues no fue sólo esperar que pasara el astado, si no que se gustó asimismo en los trazos de la trinchera, el cambio por delante y cuatro "alegrías" más por abajo antes de buscarle la igualada. Gran estocada, y oreja de peso.

La pena fue que con el sexto se quedó Aguilar a un tris de la Puerta Grande. Un toro más revoltoso, volviéndose y reponiendo las embestidas. Le pegó también pases, algunos muy buenos, pero al trasteo le faltó el fondo que el toro no tenía.

El primero fue otro ejemplar de categoría, con el que Ferrera estuvo correcto, pero sin calado. ¿Que faltó empuje del animal? Posiblemente, pero lo que de verdad sobró fue el duro castigo en varas.

Ferrera, que banderilleó fácil a este primero, al cuarto lo hizo con exposición y riesgo. Y ese cuarto, que había pelado con mal estilo en varas, no obstante, fue humillado y muy templado en las primeras arrancadas a la muleta.

Había que darle aire, exigencia muy habitual al oro de esta ganadería. Sin embargo, Ferrera optó por las cercanías, el encimismo, ahogándole, y ahí se agotaron las posibilidades de faena y de triunfo.

Urdiales, que sorteó el peor lote con diferencia, hizo un esfuerzo notable. Bruto y muy violento su primero, con la cara por las nubes, incluso terminó gazapón. Un toro desconcertante con el que a pesar de todo fue grande el empeño del riojano. El quinto, de medias y espaciadas arrancadas, no aportó nada.

Lagunas aparte, en el conjunto de la tarde hay que celebrar la vuelta de Victorino Martín a "su" plaza. Fue grande el interés que despertaron los toros. Como importante el triunfo de Alberto Aguilar, toreo a la medida de la emoción. EFE

FICHA DEL FESTEJO.- 
Toros de Victorino Martín, desiguales de presencia, encastados y de comportamiento también muy diverso. Los mejores, primero, tercero y cuarto, ovacionados los tres arrastres. Violentos, segundo y sexto. El quinto, más vacío.

Antonio Ferrera: dos pinchazos y estocada desprendida (silencio tras aviso); y cinco pinchazos y bajonazo (silencio tras aviso).
Diego Urdiales: pinchazo, media baja y cruzada, y estocada (silencio tras aviso); y pinchazo y estocada (silencio tras aviso).
Alberto Aguilar: buena estocada (oreja); y media y dos descabellos (vuelta).
La plaza tuvo más de tres cuartos de entrada en tarde apacible.

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