El joven Luigi Guardiera posa con su perro
días antes de ser asesinado.AR.-
"...Otra víctima mortal de la ultraizquierda europea. Otra vez el silencio de los medios informativos y de las organizaciones defensoras de las libertades y de los derechos humanos a condición de que esas libertades y esos derechos humanos estén etiquetadas dentro de un determinado perfil racial o ideológico..."
- Se apunta que el asesinato de Luigi Guardiera fue perpetrado por una decena de “antifascistas”. Fue hallado con parada cardiorespiratoria al ser trasladado a un hospital de Toulousse. Ingresó en estado de muerte cerebral.
5 de Mayo de 2016
Luigi Guardiera, un joven francés de 23 años, militante del Frente Nacional, ha fallecido tras tres días de agonía. Fue brutalmente atacado por un grupo de ultraizquierdistas a la salida de una discoteca en la localidad francesa de Tarbes, en el suroeste de Francia. Su delito: oponerse pacíficamente al cambio demográfico de su patria, no rendirse al dogma del multiculturalismo, denunciar pacíficamente el vacío moral de Europa, el abandono y la negación de lo que nos es propio, sostener contra viento y marea que la integración de Francia en este marasmo mundialista conllevaría la negación de sus raíces y sería, más que una mentira y un error, el suicidio de ese grandísimo país.
Luigi Guardiera ya descansa en paz. A diferencia de lo que ocurriría si la víctima hubiese sido un activista de izquierda, un inmigrante ilegal o un defensor de la destrucción de las raíces cristianas de Francia, la noticia, lejos de correr como la pólvora, ha sido arrinconada en algunas secciones de sucesos. Junto al recuadro de la viejecita víctima de un atraco doméstico y al del peatón atropellado por un imprudente motorista.
No habrá panegíricos en su memoria firmados por alguno de esos intelectuales encumbrados por la Fundación Rockefeller. Tampoco palabras de condolencia ni de condena procedentes de la izquierda ni tampoco de la derecha liberal, ésa que deambula sin patria y sin alma. No se homenajeará su memoria, la memoria de un joven comprometido con lo poco que su patria conserva de bello y fecundo. El dolor lacerante que sienten los suyos, que sentimos también nosotros, se trueca en criminal indiferencia por parte de los representantes del Sistema. Hasta la Iglesia francesa, satanizada hasta el tuétano, guarda un repugnante silencio. Debe ser que París ya no vale ni una misa.
Condolencias del FN
Marine y Marion Le Pen, así como Nicolas Bay, secretario general del Frente National, han mostrado sus condolencias a la familia por la muerte de su joven compañero. Lamentan que ni un sólo representante, tanto de la izquierda como de la derecha liberal francesas, hayan condenado la muerte de Luigi.
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