Como cada año, aunque con el debido respeto a cuando se le anticipa Ajalvir, la feria de Valdemorillo se abre paso en el calendario taurino y marca el comienzo de la temporada.
De aquella época de la plaza portátil, con las chimeneas de fondo, se pasó a la plaza cubierta, La Candelaria, con calefacción o su intento de que calentara algo.
Pasan los años y con ellos los tiempos van marcando otras formas y otras costumbres. En este año le ha tocado el turno a otra nueva versión, el glamur.
Para frío, el que se vivía en el siglo pasado en los tendidos de su plaza portátil, a veces con el ruedo nevado. Pero siempre con la subida de temperatura, esa que ponían los toreros, todos ellos olvidados de las grandes ferias y que a esta ciudad serrana acudían para ver si con sus actuaciones también podía subir su cotización.
El frío se mitigó bastante con la plaza cubierta, ya metidos en este siglo, aunque se mantenía el mismo proyecto de dar oportunidades a quienes tenían pocas o muy pocas. Y es cierto que para muchos diestros supuso un empujón en sus respectivas carreras. Si deseado es actuar en San Isidro, no lo era menos para muchos empezar el año en Valdemorillo.
Como decíamos, este año se ha dado paso al glamur, a las llamadas figuras, y con ello no sabemos si supondrá un ensayo oportunista o una apuesta de futuro. La verdad es que si se consolidara, apenas quedaría plaza alguna con la que soñar para todos cuantos aspiran a despegar.
Cuando se abran las puertas del patio de cuadrillas para hacer el paseíllo, los fotógrafos locales se van a encontrar con caras no vistas antes como no sea en las revistas de cuché o en las páginas de publicidad de las especializadas.
Ahí es nada, encontrarse con Morante, Cayetano o Perera. Sin embargo, también encontrarán viejos conocidos, Ferrera, Urdiales y Luque, que sí pasaron por Valdemorillo, y cuyas carreras han transcurrido al alza, quizá porque torearon en La Candelaria en tiempos pasados.
Del frío al glamur, aunque eso no garantice que no vaya a hacer frío. Muy importante será que el ganado de Zacarías Moreno y Montalvo tenga la presencia que siempre ha sido exigida en esta plaza tan cercana a Madrid. Una novillada de Sánchez Arjona, con seis novilleros punteros, completa el ciclo, del 4 al 6 de febrero, más glamuroso de la historia de Valdemorillo.
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