Domingo López Chaves: Palmas y silencio.
José Garrido: Oreja y dos orejas simbólicas.
Álvaro Lorenzo: Palmas tras petición de oreja y silencio.
Antonio Suárez: Palmas y silencio tras tres avisos.
López Chaves en su primero insistió hasta lograr hacer sonar la música, aunque con poca transmisión por la embestida sosa del toro de los Riera. Al final escuchó palmas. En su segundo no había nada qué hacer con un manso que le correspondió. Silencio.
Álvaro Lorenzo, trasteó espectacularmente a su primero sonó la música y el público se le entregó. Mató con una estocada en todo lo alto, fuerte petición a la que Usía, hizo caso omiso. En su segundo fue muy poco lo que nos enseñó, ya que el manso no se dejó. Silencio.
José Garrido, entendió muy bien al noble animal que le correspondió, faena musicalizada para rematar con estocada en todo lo alto, una oreja. Su segundo fue el de Campolargo, que reemplazó uno que se accidentó en el cajón que lo trasladaba. Con este ejemplar fue con el que se lució José, armó la tremolina y volvió locos a los aficionados que se encontraban en la plaza, quienes solicitaron el indulto que sí fue concedido. Cortó las dos orejas simbólicas para convertirse en el triunfador de la tarde.
Antonio Suárez, consumó una lidia de buenas maneras a su primero, escuchando música y de no haber marrado con los aceros habría cortado al menos una oreja. Con el último, un manso con peligro dejó ver lo poco toreado que está y le sonaron los tres avisos.
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