Pero hablando de “contenido perjudicial” uno se pregunta ¿cuáles son los contenidos perjudiciales para los menores? Pues seguramente haciendo un estudio serio y en profundidad habrá muchos posibles, pero como analizarlos todos nos llevaría demasiado tiempo, nos quedamos solo con dos: Los espectáculos taurinos (según ellos) y el espectáculo que los líderes y miembros de dichos partidos políticos dan cada día a menores y mayores. Es el espectáculo de la mentira elevada a dogma, de antidemocracia, de liberticidio, de violencia en las calles, de corrupción de todo tipo, de robar a manos llenas, de vivir del cuento, pues no aportan nada a la sociedad, de querer romper España como objetivo secundario, tras enriquecerse ilícitamente, que es el objetivo principal de todos ellos. Como ejemplo tenemos el clan mafioso de los Pujol y la pareja Iglesias -Montero (desde que están en política han multiplicado su patrimonio por una cifra muy alta), que empezaron criticando a la llamada casta y ahora la encabezan.
La pregunta ahora es: ¿Qué es más perjudicial para los menores, la tauromaquia o el ejemplo que dan los componentes de todos los grupos que proponen la enmienda?
Para mi la contestación es clara, no tiene duda. La Tauromaquia a lo largo de los siglos que lleva practicándose en España no ha creado peores ciudadanos sino todo lo contrario. Baste simplemente observar cómo se comportan los aficionados a los toros y como lo hacen los aficionados de otros espectáculos de masas. Y si con ello no es suficiente recordemos la frase de Federico Gracia Lorca, que no era de derechas, ni tampoco un ignorante, y dijo: “Los toros es la fiesta más culta el mundo”. Si no les basta con ello recordaremos que, “el toreo es el arte que más inspira a las demás artes”, pero con gran diferencia. ¡Por algo será!
En cambio, entre los componentes de los que hacen la propuesta para considerar los toros perjudiciales hay muchísimos imputados y condenados por todo tipo de delitos, desde asesinatos a abusos sexuales. Cuando se manifiestan en la calle van dejándolo todo arrasado, como la marabunta. Sus características principales son su salvajismo, su totalitarismo y su irrefrenable tendencia a no trabajar y apoderarse de lo ajeno. En definitiva, el ejemplo que constantemente dan a menores y mayores es simplemente lamentable, tanto como para poder considerar que los verdaderamente perjudiciales para la humanidad entera son ellos.
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