Roca Rey copa la taquilla y abre la puerta grande con una faena de trofeo a un serio y bravo victoriano y con otra de tumba abierta frente a un mansobronco. Chicharro corta oreja al de su alternativa. Talavante silenciado. Encastado encierro...
VALENCIA FALLAS / 4ª
El ídolo bifronte
Jorge Arturo Díaz Reyes
CrónicaToro/Cali, III 15 25
En la historia del toreo hubo buenos toreros, figuras, toreros de época, e ídolos. Roca Rey ha conquistado con honores la última categoría. Hoy, cuando la multitud que había copado la plaza para verlo, se lo llevó al grito de ¡torero, torero! por la puerta grande, lo hacía con la convicción de haberle visto agotar su tauromaquia y su tremendo valor frente a dos toros de talante diametral. Ídolo de dos frentes como Jano el de los romanos, para el bueno y para el malo.
Ambos cuajados, en peso y edad. El uno bravo, de gran son, y el otro manso, bruto, poderoso, que traía un responso en cada pitón. A los dos enfrentó con generosa entrega, con sabia y estética lidia y sobre todo con la emoción arrobadora que produce la verdad del toreo. Ambos le cazaron.
“Frenoso”, número 58, negro, cinqueño menos un mes, recibió el homenaje del capote peruano, en seis verónicas y media y un quite que puso la plaza en pie. Dos chicuelinas estatuarias, ceñidas, intercaladas con una miguelina, una cordobina y una revolera. A la salida de la cual fue zancadilleado y derribado a merced. Tan en terreno estaba.
No le importó. Lo pasó crudo. Chacón y Algaba se pusieron a la altura con los palos, y tras brindar al “no hay billetes”, de rodillas en el platillo para de largo, tres por la espalda y tres por el pecho. El victoriano acometía con todos los elementos de la bravura. Pronto, de lejos, codicioso, humillante y con el tranco demás para repetir y repetir a una muleta baja, templada, mandona y ligada que despreciaba el viento. Por la derecha por la izquierda. Las tandas embrocadas desembocaban en pases de pecho, redondos, circulares y dosantinas. Engarzadas la una con la otra, orbitando alrededor del hombre hecho una estaca y sin dar tregua a las gargantas. La verdad es la verdad. Por encima del griterío sonaba el pasodoble dentro y fuera de la plaza. Esta no es la emoción que se trae preparada desde la casa. No.
Duelo largo, de toro y torero a más. Sin señas de conclusión, surgió la petición de indulto, escandalosa. Andrés miró de reojo al palco. Don Jesús Merenciano hizo el gesto neroniano, y sin dilación, un volapié frontal, y la estocada total en la cruz, hasta la bola. Sí, hasta la bola, no es metáfora, vean el video. Las dos orejas, petición de rabo y vuelta merecida para el gran toro. El único sereno como había estado durante toda la faena era el torero. Lo demás, un manicomio.
“Marginado”, el quinto, de 570 kilos, hondo y negro, duro, manso, avieso, le derrotó en el tercer lance volteándolo violentamente. Aun así, ya con el triunfo asegurado, no se alivió un ápice, impidió que Molina le castigara como merecía, en sus dos bien colocados picotazos. Entonces Chicharro, el toricantano entró al quite mexicano, quizá un homenaje a la hoy infamada segunda afición del mundo. Tres gaoneras, una fregolina y un brionesa de mucha enjundia y predicamento. Qué bien.
Los cuatro doblones genuflexos, el cambio de mano y el de pecho, aunque majos, no hicieron mella en la rudeza de las embestidas. Dos desarmes por los pitones al brazo y el cobarde se fue a tablas. Allí se le puso Roca como tal. En una porfía cercana poniendo la piel como carnada para poder arrancar los envites al malhadado. Dele que dele a juro, jugándose la vida por nada. Y la plaza con él, rendida. No cejó hasta el mismo filo del aviso que sonó al tiempo con la igualada. Tanto se prodigó. El volapié fue a pecho descubierto, este nunca miente. La estocada completa, pero algo descentrada requirió un certero crucetazo. Mientas que la petición no fue considerada por usía. Pero la salida pareció un triunfo romano.
El madrileño Alejandro Chicharro, que se llevó el lote, dejó dos faenas de gran corte sobre el ruedo valenciano, las dos malogradas con la espada. Al de la alternativa no lo estoqueó, le pinchó y le descabelló recibiendo una oreja inopinada de parte de los de arriba. Al sexto, en el que se superó, tampoco estoqueó, pinchó dos veces y descabelló. En ambos oyó aviso.
Alejandro Talavante, cierto, tuvo un lote complejo. Pero él…, bien se hubiese podido quedar en la casa.
Al ganadero Pablo del Río le gustaron tres, igual que a todos. El primero, el tercero sobre todo y el sexto. Pero los toreros deben ser para todo toro como Roca Rey. Por eso es ídolo.
FICHA DEL FESTEJO
Sábado 15 de marzo 2025. Valencia. 4ª de Fallas. Nubes. Lleno de “No hay billetes”. Seis toros de Victoriano del Río y de Cortés (4º), (557 kilos promedio), bien presentados y de juego diverso.
Alejandro Talavante, silencio y silencio.
Roca Rey, dos orejas y saludo tras aviso-
Alejandro Chicharo, oreja tras aviso y vuelta tras aviso
Incidencias. Saludaron: Juan Carlos Rey y Fernando Sánchez tras parear al 1º, e Iván García y Fernando Sánchez tras parear al 6º. Al final del festejo Roca Rey salió a hombros.
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