Manzanares, Rufo y Roca Rey en Valencia
Tomás Rufo a hombros con una oreja da cada toro. A Roca Rey le niegan la segunda oreja del quito y la puerta grande, bronca al palco. Manzanares corta una del primero. Parchado y dispar encierro…
VALENCIA FALLAS / 6ª
Doña Pilar
Jorge Arturo Díaz Reyes
CronicaToro/Cali, III 16 25
Cuando su señoría, doña Pilar Bojo enfrentó al público y la bronca soberana negando la segunda oreja del quinto para Roca Rey, me dije: --¡Bravo! mis respetos, hace cuatro días le había negado por dos veces las segundas orejas a el novillero El Mene, y expresé temores de que como es usual tal rigor desapareciera cuando vinieran los matadores de toros.
Entonces, veinte minutos más tarde, sacó el pañuelo para premiar un bajonazo y conceder con ello la puerta grande que ya había abonado con una oreja por estocada contraria, que no mató pues obligó descabello. Bueno, al fin mis peores premoniciones se hicieron realidad, otra vez.
Por lo demás, si es que podemos obviar la obligatoriedad canónica y reglamentaria de la suerte suprema en materia de premios, por lo demás, decía, podemos afirmar que la tarde fue del toledano Tomás Rufo quien a los dos toros más propicios ofició el toreo de más calidad y estética.
“Macarra”, el tercero, protestado de salida por su poco cuajo y anovillada traza, fue también blando, pese a no ser picado por Espartaco. Pero traía gran nobleza. Blásquez y Fernando Sánchez se lucieron con él, saludando. El Soro tiró una diana floreada, y entonces, con las rodillas en los medios, Tomás le aguantó el galope de largo para engarzarle siete derechas en redondo y uno de pecho. Los que de salida habían protestado al jandillita eran los que más aplaudían ahora. Luego, la franca, pero sosona embestida hubo de ser sazonada por el empaque del torero y el temple y mando de la muleta que dibujaba redondos, uno tras otro. El culmen emocional llegó al final cuando tras tres naturales de oficio rimaron cuatro de bella factura y un gran forzado de pecho. Más estampa que épica, pero la banda tronaba y la plaza plena hervía.
Igualada, ejecución honesta, más la espada completa se fue contraria y no hizo efecto. La cruceta mató y doña Pilar sacó su incierto pañuelo. Iba una. Y hubo hasta quienes, contrarios a que los toros mueran a estoque como rezaban los viejos carteles, querían la segunda. Bueno, hasta allá no llegó doña Pilar, todo hay que decirlo.
Al anochecer, Tomás, se fue a los medios, que no a porta gayola, para esperar el sexto. El premio mayor estaba en juego y sus alternantes descartados. Había que decidir. Un intento de larga cambiada terminó en zambullida y desarme. Repuesto y rearmado, la inmediata segunda en el tercio enmendó el desaire. Barroso anduvo desacertado en marcar los dos picotacitos y en el tercio de palos, apenas lució (como siempre) el par de Fernando Sánchez.
Brindis al respetable, cuatro doblones y pa´ los medios. Allí sucedió el mejor toreo de la tarde, porque el toro que era franco, repetidor y encastado se fue a más y a más. Tres tandas de a cinco diestras, pecho, cambio de mano, giro y pecho, arrobaron. La izquierda no tuvo el mismo predicamento y el trapo volvió pronto a la derecha para enroscarse y enroscarse al castaño “Repipi” que era una dicha.
Un epílogo de arrimón, y toro pa´llá y pa´cá, largo, en alarde de dominio total. Escándalo gritomusical. No faltaba sino la estocada, decían todos y cruzaban dedos. Pero cayó baja y tarda con aviso. Allí fue cuando doña Pilar entro en lisa admitiendo la petición popular.
Roca Rey, topó con un manso parado al que lidió a medida y le puso una espada caída ineficaz seguida de tres erráticos descabellos y un aviso. Anunció con el dedo (a lo Talavante) que se reivindicaría en el quinto, y quiso cumplirlo. Abundando de capa en el saludo y en el quite. Brindis a la plaza y aguante de largo para dos y dos por espalda y pecho, y una faena de no mucho fuste dada la sosería del parralejo. Y entonces echó mano del último recurso, írsele encima, meterle el cuerpo entre los pitones y halar mirando al tendido para un lado y para el otro, levantando pueblo.
El alarde concluyó con la estocada de la tarde y una de las de la feria, gran volapié volcándose, y en la cruz el acero hasta la bola para fulminar sin puntilla. Oreja, y la pelea con el palco por la segunda que valía la puerta grande. Doña Pilar enfrentó todo. Más valiente aun que cuando se las negó dos veces a El Mene.
Manzanares con el primero, en esa etiqueta suya tan natural, tan propia, pero tan desahogada y fácil, que termina diluyendo la emoción de los no estilistas. Su espada fue otra cosa. Al reverendo volapié un estocadón poniendo la mejilla en el morrillo, que por sí solo valió la oreja y el recuerdo. Que dicha que aún quedan matadores así. Al cuarto solo le puso media en sitio, y lo rodó sin puntilla. Bravo.
FICHA DEL FESTEJO
Domingo 16 de marzo 2025. Valencia 6ª de Fallas. Sol y nubes. Lleno de “No hay billetes”. Cuatro toros de Jandilla, y dos 2º y 5º de El Parralejo dispares.
Jose María Manzanares, oreja y saludo.
Roca Rey, silencio tras aviso y oreja con petición de otra y bronca al palco.
Rufo, oreja y oreja
Incidencias: Saludaron Sergio Blasco y Fernando Sánchez tras parear ala 3º. Al final del festejo Tomás Rufo salió a hombros por la puerta grande.
No hay comentarios:
Publicar un comentario