José Cobo, una traición que los católicos no vamos a olvidar

'..José Cobo, arzobispo de Madrid, ha cometido una de las mayores infamias que se recuerdan en la historia reciente de la Iglesia en España: entregar la cabeza de Santiago Cantera, prior del Valle de los Caídos, al poder político y mediático que busca, sin descanso, convertir el Valle en un mausoleo masónico, donde la fe, la cruz y la memoria cristiana sean arrancadas de raíz..'

 José Cobo, una traición que los católicos

 no vamos a olvidar

Jaime Gurpegui

Infovaticana/ 21 marzo, 2025

José Cobo, arzobispo de Madrid, ha cometido una de las mayores infamias que se recuerdan en la historia reciente de la Iglesia en España: entregar la cabeza de Santiago Cantera, prior del Valle de los Caídos, al poder político y mediático que busca, sin descanso, convertir el Valle en un mausoleo masónico, donde la fe, la cruz y la memoria cristiana sean arrancadas de raíz.

Este acto no es una decisión administrativa, no es una medida pastoral, no es un gesto de obediencia: es una traición en toda regla, una puñalada trapera a uno de los pocos religiosos que ha demostrado coraje, fidelidad a la Iglesia, y valentía frente a un Estado hostil y una jerarquía vendida. José Cobo no ha actuado como pastor, sino como un colaborador de los enemigos de Cristo. Ha obedecido no al Evangelio, sino al guion marcado por quienes quieren destruir todo vestigio de catolicismo en la vida pública española.

Es un escándalo que clama al cielo. Cobo se ha alineado con los que profanan, con los que persiguen, con los que mienten. Ha entregado el Valle, ha entregado a los monjes, y lo ha hecho con sonrisa beatífica y lenguaje vacío de misericordia y diálogo, cuando lo que lleva dentro es la agenda de la rendición, de la demolición, de la apostasía práctica.

Como católicos, no nos vamos a callar. Exigiremos, cuando llegue un Papa fiel al Señor y no a los poderes del mundo, que se aparte de inmediato a este lobo con piel de cordero. Pediremos su remoción con toda la fuerza de nuestra fe y nuestra conciencia, porque los fieles no tenemos que soportar que Madrid esté en manos de un obispo indigno, que ha traicionado su misión y ha pisoteado a quienes sí han sido fieles.

Cobo debe ser apartado, y lo será. Porque Dios no puede bendecir la cobardía, la traición y la hipocresía. Recemos para que el Señor envíe pronto un Papa que limpie la Iglesia de pastores como él, que más que guiar al rebaño, lo entregan a los lobos, que no defienden la cruz, sino que se arrodillan ante la mentira.

Y recemos, sobre todo, por Santiago Cantera y por los benedictinos del Valle, mártires vivos de un sistema que no perdona la fidelidad. Ellos son la verdadera Iglesia: perseguidos, calumniados, pero firmes. A Cobo, que Dios le juzgue; a nosotros, nos toca no olvidar y exigir justicia.

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