'..Lo cierto y verdad es que la tauromaquia es una tradición española de siglos y el toreo un arte único que se rige por los valores de la verdad, dignidad, ética, seriedad y respeto, lo que el ministro ignora. Y también es cierto que, según los datos que tenemos en los últimos años, la afición taurina está aumentado en España..'
La afición a los toros sigue creciendo
Rafael Comino Delgado
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, afirma que “una mayoría de españoles no comparte la tortura a animales” y fuentes del ministerio de Cultura informaron de que “solo el 1,9 % de la población española había asistido a algún festejo taurino entre 2021 y 2022”. Basándose en ello suprimió el Premio Nacional de Tauromaquia, lo que está en contra de la ley 18/2013 y el artículo 46 de la Constitución, según el cual “los poderes públicos garantizarán la conservación de la tauromaquia y promoverán su enriquecimiento”, y quiere abolir la ley que declara a la tauromaquia Bien Inmaterial Cultural de España.
En primer lugar, no solo la mayoría de los españoles no está en contra de la tortura animal, sino que el toreo no es tortura. No voy a explicarle al ministro este concepto, pero sí le diré que al que se tortura no se le permite defenderse, y el toro puede defenderse, incluso puede matar al torero. En segundo lugar, los datos de asistencia a los toros que aporto corresponden a cuando estábamos en plena pandemia, no son la realidad, y ¡sabe Dios a quién encuestó!
Lo cierto y verdad es que la tauromaquia es una tradición española de siglos y el toreo un arte único que se rige por los valores de la verdad, dignidad, ética, seriedad y respeto, lo que el ministro ignora. Y también es cierto que, según los datos que tenemos en los últimos años, la afición taurina está aumentado en España. Disponemos de algunos datos reales de la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (ANOET). Solo en Andalucía entre 2007 y 2023, periodo que incluye la crisis de 2008 y la pandemia del covid-19, se dieron 11.000 festejos taurinos, a los que asistieron 20.535.334 de espectadores. No disponemos de los datos completos de 2024, que anualmente presenta ANOET, pero sí hasta el 31 de agosto, e indican que el número de festejos taurinos en España había aumentado respecto al año 2023 un 7,25 %. Y también es verdad que se cerró la temporada con la impresión general de que había aumentado el número de asistentes a las plazas de toros, y especialmente había aumentado el número de asistentes jóvenes, es decir, que la afición está aumentando entre los jóvenes. Hasta el momento se han celebrado las ferias de Valdemorillo, con dos llenos históricos, la de Olivenza, con muy buenas entradas en los festejos que pudieron darse ya que el tiempo estaba lluvioso, lleno en Illescas, y en lo que va de Valencia también está habiendo buenas entradas.
En la primera plaza del mundo, Las Ventas de Madrid, en 2024 asistieron un total de 936.532 personas, con un incremento respeto al año anterior de 67.748 espectadores. Y para la Feria de San Isidro de este año ya hay 17.536 abonados, 961 más que en 2024. Y puestas las entradas a la venta, en las primeras catorce horas se ha colocado ya un “No hay billetes” para el día 23 de mayo con Emilio de Justo, Roca Rey y Tomás Rufo, con toros de Victoriano del Rio y Toros de Cortés, en el cartel. Es la primera vez que ocurre desde que las entradas se comercializan con el actual sistema.
Es pues evidente que la afición a los toros en España está en aumento, aunque eso no guste al ministro de Cultura y sus argumentos para suprimir el Premio Nacional de Tauromaquia sean su deseo pero no la realidad. Por muy ministro que sea, su actuación con respecto a la tauromaquia es dictatorial, totalitaria y eso en un país civilizado como España no se puede tolerar. Por eso, a pesar de haber suprimido el Premio Nacional de Tauromaquia, este año se ha entregado el de 2024 a la RUCTL y a Albert Serra, director de la película “Tardes de soledad”, gracias al Senado, a la FTL y a nueve comunidades autónomas, y en la entrega, Roca Rey le dijo al ministro: “Aquí estamos, no necesitamos su permiso”. ¡Muy bien dicho!
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