la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 22 de noviembre de 2011

FRANCISCO CHENEL “PAQUILLO” / Aquilino Sánchez Nodal

El monosabio
**********

FRANCISCO CHENEL “PAQUILLO”
El último Monosabio de carrera

Aquilino Sánchez Nodal

. . . Desde la Plaza de Toros Vieja, en la edad de bronce de la Tauromaquia, nos llega la intrevista a un hombre del toro. Mayor, anciano, aunque todavía ejerce la profesión de “mono sapien´s”. Vestido con su uniforme rojo chillón, pantalón azul ultramar y gorrilla a juego. Es el gobernador de las caballerizas en la nueva plaza de Madrid, a pesar de los años cumplidos.

- “ No siento fatiga haciendo el trabajo para el que nací. En este oficio, solo se siente la

nostalgia cuando se está alejado de el, durante los meses de invierno y no se celebran corridas de toros”.

- ¿Se necesita valor para ser monosabio?.-

- ¡Necesariamente!. Hay que ser torero para permanecer en presencia del toro que

puede rozar tu ropa o algo mucho peor. El volumen del astado va aumentando según se acerca al caballo. No todos los hombres, por valientes que puedan ser, sirven para monosabio. La plaza de mozo de caballos se consigue por recomendación, por regla general. Claro está que todos los que solicitan este puesto tienen una afición loca por los toros, el que más y el que menos ha soñado alguna vez con ser torero, aunque este oficio de monosabio tenga poco de glorioso. He presenciado todas las cogidas de la última época en la Plaza de la Carretera de Aragón y las ocurridas hasta la fecha en esta Plaza Nueva de Las Ventas. La cornada que más me impresionó fue la de Manolo Granero. Le vi expirar en mis brazos. También la de Gavira y la del infortunado banderillero “Soguita”. Mi mejor recuerdo es una faena de Vicente Pastor, fue la primera tarde que se concedía una oreja a un matador de toros en Madrid. El toro se llamaba “Carbonero”, manso y muy complicado. ¡Pastor estuvo sensacional! ¡Que faena y de recompensa . . . la primera oreja concedida en Madrid y la consagración definitiva de un matador madrileño, . . . allí estaba yo !.

He toreado muchas veces, claro, sin traje de luces y sin figurar en el cartel, a cuerpo limpio y vestido de monosabio. He tenido que entendérmelas con toros en los medios en circunstancias trágicas a veces y cómicas otras muchas

Afortunadamente en mi familia ¡por fin! ha nacido un torero, mi hermano Fernando Chenel, “El Pollo”.

He sufrido una cornada muy grave. Un toro del Duque de Veragua me dió una paliza que me tuvo al borde de la muerte. Me curé y vuelta al pie del cañón como buen artillero que soy. Las cogidas del personal auxiliar pasan sin pena ni gloria; claro, un monosabio no es un espada, el público no siente la misma impresión, aunque los dos, aunque de distinta manera, nos jugamos la vida en el ruedo para emoción de los públicos y grandeza de la Fiesta.

La Fiesta ha cambiado, antes era más penosa. La profesión era más dura y menos lucrativa para los toreros. Un matador de toros moderno no tiene necesidad de triunfar todas las tardes, puede vivir bien en un segundo plano, no necesita ser figura para llenar todos los días el puchero.

En la corta distancia, los toreros que me han impresionado más han sido: “Varelito”; Vicente Pastor y “Regaterín”, sin menos preciar a los demás profesionales que actúan, cuyo valor soy el primero en reconocer.

Está desmesurada afición me ha llevado a trabajar de monosabio en Francia y Portugal de forma desinteresada.

La tarde más triste de mi vida fue la del cierre definitivo de la Plaza de Toros de la Carretera de Aragón. El último toro lo mató y lidió extraordinariamente, como siempre en toda su vida, Marcial Lalanda. Estuvo ¡ superiorísimo ! Fue el broche de oro a un capítulo de la historia del toreo. Lloré como un chiquillo de tristeza, fue el cierre para siempre de aquella Plaza de Toros y de una parte importante de mi vida.

Hoy se cumplen los treinta y siete años de mi carrera de monosabio. Toda la vida dedicada a colocar caballos frente a los toros.

Gracias a los aficionados por su cariñoso comportamiento hacia mi persona, a mis compañeros de fatigas y en particular a todos los toreros, son amigos entrañables.

Madrid, 5 de Septiembre de 1.944

2 comentarios:

  1. Figura esta, a la que no se le suele dar la mayor importancia en el fiesta .
    Ya quisieran muchos profesionales actuales, tener la afición y toreria de algunos monosabios, pero a estos, aunque a estos auxiliares de la fiesta les pueda sobrar valor. son conscientes de que su tiempo paso para dedicarse profesionalmente al vestido de luces , aunque en sus sueños, fuera el haber sido figura del toreo en otras circunstancias.
    A la historia me remito , resaltando una gran cantidad de quites a cuerpo descubierto y solo con un simple " palito " (vara de monosabio), con el que se pegaba al toro en el ocico o donde se pudiera, para que la fiera se fuese a tí y dejara al picador o al torero libre de la cornada segura.
    No es siempre cierto que tiempos pasados suelen ser mejores, pero la verdad, es que ahora, todos valen para monosabio y cuando comparas con recuerdos pasados, hoy en día, no tiene nada que ver, no siguen ni las faenas de los matadores que estan en el ruedo, preparados siempre a saltar para hacer el quite ( que importante es su sexto sentido).

    Los que siempre han valorado esta gran figura simpatica y viva, son todos aquellos , a los que en algun momento auxiliaron y les librarón del hule de la enfermería.
    Fdo. Manuel Alfonso Alonso

    ResponderEliminar
  2. maravilloso artículo de un hombre que amaba la fiesta y que no sabía que dentro de poco su hijo sería uno de los más grandes toreros de la historia. Antonio Chenel Antoñete

    ResponderEliminar