Manolo Muñoz recibe la alternativa
de manos de Leonardo Benítez
/Fotografías: Aníbal García Soteldo/
Triunfo apoteósico de Leonardo Benítez
en el cierre de la Feria de Valencia
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
VALENCIA (Venezuela), 21 Nov 2011 (AFP) – Actuación de rotunda valía la que se ha cincelado en el ultimo capitulo de la Feria de la Virgen del Socorro 2011, el diestro caraqueño Leonardo Benítez, al cortar tres orejas, en tarde el la cual tomó alternativa el diestro local Manolo Muñoz, quien en el astado de la ceremonia dejó ver interesantes detalles de cara a su inminente futuro en su ascenso al escalafón mayor. Por su parte el diestro sevillano César Vargas Girón pasó inadvertido ante un lote a contraestilo, mientras que en el intermedio del festejo el caballista José Luis Rodríguez se le concedía una oreja, discutida por demás.
Con poco más de un tercio de plaza, en tarde nublada, con lluvia dos horas antes del comienzo se lidiaron reses de San ose de Bolívar, en su conjunto bien presentadas, nobles en distintos grados, destacando por su bondad 1º, 2º y 5º. Para rejones se corrió un burel de Santa Fe (4º), bravucón a las monturas.
Benítez ha dejado el porqué con el paso de los años se consolida como la primera figura del toreo venezolano que és. Lo dejó evidente en dos lidias compactas, sacando partido al máximo de las posibilidades de sus antagonistas. Ante su primero un jabonero de dulce nobleza por el pitón derecho le cuajó series plenas de sentimiento, llevando largo y detrás de la cintura su embestida. No lo fue así por la zurda, lo que tras una estocada en todo lo alto, al volapié, generó el corte de las dos orejas, un tanto generosa la segunda, que luego resarció un incongruente palco presidencial al premiar con un apéndice su labor ante el cuarto de lidia ordinaria, actuación mucho más completa, de la que se destacó series de frente por naturales, así como un variado repertorio muleteríl por la diestra. Otra vez se fue por “uvas”, necesitando de un golpe con el descabello para cerrar apoteósicamente tarde, que le habilitó su salida en hombros por la Puerta Grande.
Dubitativo, falto de ideas con un lote de pocas prestancias, así fue el balance artístico del sevillano César Vargas Girón, nieto de la primerísima figura del toreo venezolana César Girón. En su primero, las ásperas arrancadas en el tercio, así como la poca empatía con el tendido dieron al traste con su labor, despachándole de efectivo volapié, ligeramente desprendido, misma situación que se presentó en su segundo, donde estuvo “aperreado” en gran parte de lidia, viéndose desbordado en más de una ocasión ante las creciente complicaciones del morlaco.
El toricantano Manolo Muñoz ha dejado en claro que tiene futuro en esta profesión. Así lo dejo evidente en el del doctorado de nombre «Lavador» Nº 017 de 438 kilos, jabonero de capa, ejemplar de una nobleza destacada, donde el joven espada sacó partido en series por ambos pitones, en faena de gran concepto que lamentablemente no coronó con la espada, lo que hubiese supuesto triunfo seguro. En el que cerró plaza, su aún verdor con astados de mayores complicaciones no dejaron posibilidad de lucimiento alguno por lo que fue silenciado.
En el intermedio de corrida actuó el jinete José Luis Rodríguez, quien contó con mejor material para lucirse desde sus jacas, ocasión que aprovechó por momentos para clavar banderillas con cierta ortodoxia. Lamentable que el sablazo en la paletilla izquierda, fulminante, le sirviera para que Usía inexplicablemente se inventara la concesión de una vergonzosa oreja, que así mismo debió guardarse en su chaquetilla el cavaleiro en mención.
Manolo Muñoz
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