Uno de los ejemplares que toreó Diego Ventura
¿LAS FIGURAS ESPAÑOLAS... SON LOS RESPONSABLES?
Por JOSÉ MATA¿LAS FIGURAS ESPAÑOLAS... SON LOS RESPONSABLES?
de Toros en el Mundo, el jueves, 10 de noviembre de 2011, 18:56
Una frase hecha, y que todo hace ver es certera, es la que comenta insistente el gran público taurino mexicano… “las figuras españolas son los responsables de lo que lidian en México”.
Una verdad que indica a todas luces, una profunda y contundente responsabilidad que deben enfrentar los toreros ultramarinos, y corregirla para engrandecer su paso por México.
Tampoco se trata de una defensa a los empresarios mexicanos, sino de manifestar lo que la realidad exclama de quienes son los que acaban imponiendo los toros, o mejor dicho, los pequeñajos, que enfrentan en los ruedos mexicanos… los flamantes toreros ultramarinos.
La premisa es simple… el público quiere ver, por ejemplo, a Diego Ventura, a este señor, cómo figura que es del rejoneo en España, quien además de exigir sus emolumentos, que deben ser tan estratosféricos –y bien por él-, para que una barrera, por ejemplo, en El Relicario de Puebla cueste $950.00, manda a sus veedores, para que seleccionen el ganado que quiere torear, y ¡oh sorpresa! aparecen invariablemente… lindos pequeñajos.
¿Eso se merece el público que está pagando precios tan exorbitantes por asistir a un gran espectáculo y que al final acaba siendo testigo de un simulacro?
Es oportuno hacer notar, que si la empresa, además de los abultados honorarios, no cumple con el cartel que vaya bien con la figura en turno y, sobre todo, con los pequeñajos que hemos visto que “enfrenta” el distinguido señor Ventura, pues tan sencillo como decir NO, y... no acudir a la plaza que maneja el empresario que pretende contratarlo.
Ante esta negativa, todos dirán que el empresario es malo, que no sabe negociar, y por ello, no pudo contratar al torero; no obstante, tiene otra opción… aceptar las imposiciones y contratarlo, por eso es que vemos ejemplares tan inadmisibles, que aparecen en el redondel cuando salen a torear estas grandes figuras del toreo español.
Con otra, como es obvio, sus alternantes no pueden torear ejemplares con mayor catadura, con mayor edad, con mayor presencia, porque evidenciarían lo que la figura está exigiendo torear.
Dado lo anterior, es absoluta responsabilidad del gran público taurino exigir se respete la tradición, tanto en España como en México… del TORO AUTÉNTICO PARA EL TORERO DE VERDAD.
Nada de que, “… mire usted, es que si se mueve para acá verá como si se parece a un toro”.
Hay que exigir como se le hizo en la Plaza México al señor Ponce, devolverle sus pequeñajos, y así se debe hacer con todos los toreros ultramarinos que quieran venir a darnos espejos por euros. Con ello se les obligará a enfrentar al TORO en todo su esplendor, como lo hacen en España.
En muchos momentos se percibe que vienen con la única intención de tomar el pelo literalmente. Se presentan en los cosos mexicanos, piden el pasodoble, o la melodía que más impacte la sensiblería del público local, y a manejar a placer la buena fe del respetable, y eso… eso…
¡ES INADMISIBLE!
Porque eso no lo hacen en España… ni lo harán. Ahí tienen que torear, y si no lo hacen… los echan.
Queda en el gran público, que es el que manda en el espectáculo, hacerle notar a estos toreros ultramarinos que la grandeza está en la verdad que les sustenta, si no la tienen, no son válidos sus argumentos, y esa verdad está basada en:
EL TORO AUTÉNTICO PARA EL TORERO DE VERDAD.
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