Imprescindible que exista la voz del aficionado y que la ética esté presente
Ética y aficionados
Son dos conceptos que han de ir unidos en lo taurino, de lo contrario todo se queda cojo… todavía más. Vienen estas palabras a colación en este escrito con motivo de la anunciada creación, si gana el concurso para gestionar la plaza de toros de Las Ventas el equipo de Simón Casas, de un Comité de Ética que presidiría Luis Francisco Esplá.
Aunque existen distintas versiones o acepciones de lo que es la ética, la realidad es que solo una es aplicable al tema que nos ocupa, siendo aquella que la define filosóficamente como la justificación racional de lo que es moral. O dicho de otro modo, la que tiene como objetivo, tras los libres actos de los hombres, de evaluar, de enjuiciar si esos actos han sido éticamente buenos o malos. Distinguir si lo bueno o lo malo es coincidente con lo que en sí mismo es el bien y el mal.
Puede parecer confusa la definición de la ética, pero es muy fácil y precisa su identificación en la práctica y lo es mucho más en lo taurino. Me atrevería a decir, incluso, que racionalmente se percibe sin necesidad de saber ni lo que es ni el cómo se define. Se trata de valorar lo que está bien o mal, despojado por completo de intereses y subjetividades. En concreto, podemos decir que a nadie se le escapa lo que es el toro íntegro y el toreo auténtico. Claro que, si no lo liberamos de los aspectos subjetivos o aquellos otros intereses de quienes lo juzgan, nos podemos encontrar con hacer del mal lo bueno y, quién sabe, si del bien lo malo. Para eso está la ética, para presidir esos actos, para presidirlo todo.
Que Esplá pueda presidir ese Comité ofrece muchas garantías de entrada. En palabras vertidas por él a un medio informativo recientemente "Madrid es un ejemplo que puede decidir sobre los posibles cambios, como ya lo ha hecho en ocasiones, con el toro y el torero”. El torero alicantino sabe, como pocos, lo que Madrid representa en el mundo del toro y de ese conocimiento viene esa confianza en presidir el posible futuro Comité. Añadamos su mas que solvente carrera profesional, con el toro y para el toro, cuyo vértice siempre estuvo en Las Ventas, y llegaremos a la conclusión de que debemos confiar en que su labor pueda dar frutos. Además, su amplia cultura y compromiso con valores alejados de lo común en el mundo taurino le eximen de ser sospechoso de intereses personales. Luis Francisco Esplá es en sí mismo un aval.
A través de la ética se puede recuperar el prestigio perdido y con ello, implícitamente, el reconocimiento a la personalidad y valor de los toreros en el ámbito social. Todo puede hacer recuperar la categoría que ha perdido el toreo. Destaca en sus declaraciones crear “un nuevo planteamiento en el que tenga voz el aficionado”. Y continúa sobre cómo era y cómo es la fiesta actualmente: “Era, metafóricamente, una mesa de tres patas en la que se encontraban el torero, el ganadero y el aficionado. Sobre ella, el empresario ponía el mantel. En el momento que se produce un desequilibrio y el aficionado empieza a no tener voz, le falta una pata que es sustituida por el empresario. En todo espectáculo que quiere estar vivo y sano, debe haber un constante conflicto de intereses, tiene que estar sujeto a una constante depuración interna, conseguir que quienes pretenden manejar las claves artísticas estén sometidas a una purga constante de imaginación. En el momento en que esto no ocurra, se produce un estancamiento y con él, podredumbre y mosquitos".
Sin duda, abundo yo en ello, lo que ha desaparecido es la voz del aficionado, a quien se trata como algo molesto y nocivo. No puede ni debe ser así, a la masa crítica no se la puede sustituir. Y, mucho menos, por la parte más interesada del negocio taurino. No puede existir interpretación, siempre manipulada cuando no tergiversada, de su opinión, sino que hay que tenerla en cuenta, como sufragios directos que son, sin intermediarios. Por eso son tan importantes los aficionados, por que deben cumplir el papel que les corresponde, el de contrapeso de los intereses del resto de los participantes.
Dice bien el maestro Esplá, estancamiento, podredumbre y mosquitos. A un paso estamos de esa situación. Ética y aficionados son la clave para salvar la Fiesta. Quien utilice la, por otra parte, tan sencilla fórmula, estará cerca de salvarla, quien la ignore irá estampando su firma en el certificado de defunción. En ausencia de la ética y la voz de los aficionados, todo son mosquitos.
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va siendo hora de que el aficionado tenga la posibilidad de intervenir en los asuntos de la primera plaza del mundo, ya que gracias a nosotros la fiesta sigue en alza, pero sin la opinion del aficionado,esto se va al traste y eso no debemos consentirlo,que los toreros se bajen del pedestal y los empresarios que no quieran ganar tanto y luego decir que han tenido perdidas, pues si han tenido perdidas que no se presenten mas.
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