"...La "fría máquina de matar" dio rienda suelta a sus instintos cuando Fidel Castro lo puso al frente de la prisión de La Cabaña. Guevara dirigió entonces la Comisión Depuradora que, según testigos presenciales, se regía por la ley de La Sierra, "tribunal militar de hecho y no jurídico". Se fusilaba de lunes a viernes. Las ejecuciones se llevaban a cabo de madrugada.."
Un insulto a Simeone
Es sorprendente el eco mayoritariamente positivo que encontró la portada que la Gazzetta dello Sport le dedicó el otro día al Cholo Simeone. El periódico italiano aprovechó la famosa foto que Alberto Korda le hizo a Ernesto Guevara, y que hoy se ha convertido tristemente en uno de los iconos del siglo XX, para hacer un montaje con la cara del entrenador del Atlético de Madrid, "Comandante Simeone". Incluso le preguntaron a él en rueda de prensa qué le parecía y el técnico argentino pasó palabra: "Habrá que preguntarle al autor de la portada". A mí, desde luego, no me gustaría ni un pelo e incluso consideraría ofensivo que me comparasen con Guevara, a quien Álvaro Vargas Llosa denominó, muy acertadamente desde mi punto de vista, "la máquina de matar" en un brillantísimo artículo publicado en la revista norteamericana The Republic.
La "fría máquina de matar" dio rienda suelta a sus instintos cuando Fidel Castro lo puso al frente de la prisión de La Cabaña. Guevara dirigió entonces la Comisión Depuradora que, según testigos presenciales, se regía por la ley de La Sierra, "tribunal militar de hecho y no jurídico". Se fusilaba de lunes a viernes. Las ejecuciones se llevaban a cabo de madrugada. En un espacio donde no cabrían más de 300 hombres apelotonados consiguieron meter a 800 prisioneros. Guevara presidía el tribunal de apelaciones, que por cierto jamás anuló ninguna condena a muerte. Se calcula que, con el Che al frente, en La Cabaña se produjeron más de 500 ejecuciones. En enero de 1957, como indica su diario, mató de un disparo a Eutimio Guerra porque sospechaba que estaba pasando información al enemigo. Luego dispararía a Aristidio, un campesino que expresó su deseo de abandonar la lucha armada. No le tembló el pulso para matar a Echevarría, hermano de uno de sus camaradas, por crímenes no especificados. En otras ocasiones simulaba ejecuciones como método de tortura psicológica.
Del artículo de Llosa sobre Ernesto Guevara extrajo El País en el pasado mes de julio tres párrafos demoledores: "En cada etapa de su vida adulta, su megalomanía se manifestó en una urgencia depredadora por arrebatar a otras personas sus vidas y sus posesiones, y por abolir su libre albedrío"; "La disposición de Guevara cuando viajó a Cuba a bordo del Granma queda reflejada en la carta que escribió a su mujer: Aquí, en la selva cubana, vivo y sediento de sangre"; "Su sinceridad le condujo a dejar testimonio escrito de sus crueldades, incluyendo cosas verdaderamente horrendas, aunque no las más horrendas". Yo habría demandado a la Gazzetta dello Sport. Lo que a mí me parece un insulto grave dirigido a Simeone a otros sin embargo les parece un piropo, quizás por ignorancia histórica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario