Azpeitia: Toros de Ana Romero / por Lázaro Echegaray

'..Definitivamente una corrida para la afición, una corrida para la fiesta. Y es que cuando llega el toro…'

Azpeitia: Toros de Ana Romero

Por Lázaro Echegaray - España

Opinión y Toros / 1 Agosto 2025

Si días de mucho son víspera de poco, días de nada deberían ser vísperas de mucho. Y así fue.

Después del infumable encierro del jueves, llegaron el viernes ‘los santa coloma’ de Ana Romero a recordarnos qué tipo de plaza es Azpeitia. Bonitos como ellos solos, bien hechos, con remate, de muy buen comportamiento, nada fáciles. Gustaron el segundo, el cuarto, el único que tomó dos puyazos, el quinto, gran toro, y el sexto. Definitivamente una corrida para la afición, una corrida para la fiesta. Y es que cuando llega el toro…

Pues cuando llega el toro algunos se sienten confusos, quizás apocopados, necesitan tiempo para ir adaptándose, para percatarse de lo que tienen delante, y de las dificultades que entraña. El más destacado en estas cosas de la confusión fue Molina, también es el que menos ha toreado esta temporada. El tercero de la tarde, primero de su lote, tomó el mando, viendo que no lo tomaba el espada. Para cuando llegó el sexto, Molina ya había asimilado eso de que con estos toros de encaste las telas deben ir suavecitas, la bamba de la muleta al hocico y entonces tirar de él. El zapatillazo, el golpe fuerte de muleta, quizás funcionen en la parte final, cuando el toro se agota, pero no es el modo de torearlos. De uno en uno en la izquierda y tirando de manual y consejo, Molina se llevó una oreja.

Morenito de Aranda es torero de corte y de figura compuesta. Tiene clase. Maneja las telas con gusto y sabe qué terrenos pisar. Anduvo compuesto en el primero, pero por alguna razón aquello no llegaba a transmitir como el torero hubiera querido, quizás por la forma de cerrar las series, siempre por arriba, que deslucía el siguiente muletazo por culpa de la colocación. Fallaron también los aceros y Moreno fue premiado con una vuelta al ruedo. Le costó cogerle el aire al segundo de su lote. Buscaba el acople y lo encontraba ya en las últimas series. El respetable tuvo a bien concederle una oreja.

De estilo muy diferente, más recio, más campero, es Damián Castaño, bruscote en líneas generales, entrando y saliendo del toro sin encontrar el sitio determinado y dejando un rosario de pinchazos.

Fue corrida para el lucimiento de toreros valientes y capaces, luego no fue corrida fácil. Corrida de toros, más que de toreros y la afición contenta, como siempre cuando hay bravura en el ruedo. La ganadería de Ana Romero es la que más tardes ha repetido en la historia de esta plaza. Su regularidad es digna de elogio, un valor activo