
En ese momento Cerro fue el ángel de la guarda
'..Ovación de pie y de gala para el torero extremeño que se jugó la piel y la chaquetilla, desviando el galope del Fraile e impidiendo la cogida inevitable..'
Las Ventas: Rafael Cerro, también ángel de la guarda en Madrid, nos libró del infierno
Por Jean-Charles Olvera - España
Opinión y Toros/01 Agosto 2025
Lo más impactante de la noche venteña fue el quite a cuerpo limpio de Rafael Cerro a su subalterno David Adalid, en apuros tras salir de su primer par de banderillas al quinto toro.
Ovación de pie y de gala para el torero extremeño que se jugó la piel y la chaquetilla, desviando el galope del Fraile e impidiendo la cogida inevitable.
Sabíamos que Cerro era el ángel de la guarda en los festejos populares extremeños en los cuales interviene para proteger a los mozos valientes de cualquier cornada y voltereta, ahora sabemos que también lo es, de la plaza de Las Ventas. Esta otra faceta del torero, humilde y discreto, es la que le da ese aura y que atrae, como ayer, a centenares de aficionados, entre los cuales una gran cantidad de paisanos suyos de Coria.
El otro gran momento de la corrida nocturna fue el saludo de Iván García y de Rafi Goria tras banderillear con solvencia al tercero de la noche. Lo de Iván García fue espectacular, arriesgándose literalmente con un toro peligroso y en puntas. Ovación de pie para este gran torero de plata, que también ayer dio un recital con David Adalid en la brega, lidiando cada cual sus toros con gran profesionalidad, facilitando después la lidia de su torero, Rafael Cerro.
Enhorabuena por ellos y por el diestro que los escogió y que pudo así lidiar sus toros en faenas de alta tensión. En su primer toro, Cerro recibió un puntazo que le molestó, teniendo que abreviar. Al segundo y quinto de la noche, otro toro bronco que se defendía pegando hachazos con la cara alta, Rafael Cerro tuvo los mejores momentos de la corrida, en una faena de altibajos pero de gran intensidad por su casi nula posibilidad de hacerle pases. Una lidia antigua, frente a frente, cara a cara. Tensión y piel de gallina. Silencio sepulcral. Ahí se estaba jugando la vida un torero que solo toreó una corrida la temporada pasada y que justificó ampliamente su presencia en Las Ventas. Saludó al tercio tras petición de sus paisanos.
Confirmaba Raul Rivera, sin festejo en el 2024, al que se le vio febril y sin sitio. Mucho era estar anunciado con estos ‘Frailes’ de poca fe, más bien diabólicos. Su toro de confirmación fue cambiado por el sobrero de la misma ganadería, ‘Cardero’. Lo intentó con el cierraplaza, con más ilusión que poder.
El último de la terna, Rubén Pinar pasó desapercibido, dejando sus dos toros duramente castigados en varas, el sobrero 4º bis incluido, de la ganadería de Guadajira, encaste Marqués de Domecq.
El lote de Juan Luis Fraile fue casi imposible de lidiar, siendo desrazado y con mucho sentido.
Una corrida no apta para cardíacos, un infierno del que un ángel de la guarda se libró y nos libró, Rafael Cerro, al que le acompañaron dos grandes toreros de plata, Iván García y David Adalid.
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